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Afganistán, ¿el nuevo desagüe de la ayuda humanitaria?

Con la coacción de una posible migración no deseada, la ONU pidió a los países miembros más de 5.000 millones de dólares, una cifra jamás solicitada para un solo país en un solo año. La enorme cifra será manejada por 160 agencias. Sin embargo, no explicaron cómo garantizarán que el destino de los recursos sea el correcto, sobre todo porque los talibanes se oponen a la ayuda humanitaria

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Foto cortesía Amnistía Internacional

Afganistán, la de los talibanes, podría recibir el mayor monto de ayuda humanitaria que se haya solicitado nunca para un solo país. La Organización de las Naciones Unidas solicitó a sus miembros una cifra récord de 4.400 millones de dólares en donación para «asegurar el futuro» de sus ciudadanos en 2022 y 623 millones para ayudar a los refugiados en países vecinos.

La ONU asegura que nada de ese exagerado monto llegará a los talibanes, quienes han incumplido las promesas hechas antes de asumir el mando de Afganistán, hundiendo a las mujeres hasta el límite de quitarles el derecho a la educación y ejecutando a centenares de personas que, según ellos, se oponen a su sharía, o ley religiosa.

Esos más de 5.000 millones de dólares es lo que piden solo para 2022. El año que viene requerirán de otro monto.

Todo para las ONG

Martin Griffiths, subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios y quien solicitó el monto, aseguró que se repartirá entre 160 ONG y agencias de la ONU que trabajan en el lugar y que certificarán que ese dinero no llegue al gobierno talibán. Esto da una media de 27 millones y medio de dólares por cada ONG. El funcionario de la ONU no detalló cómo evitarán que en un país con un régimen tan autoritario, se filtren los recursos o lleguen a quienes lo necesitan.

Afganistán
Un puesto de control de los talibanes. Foto Mohd RASFAN / AFP

El buen uso de la ayuda humanitaria es siempre difícil de garantizar, pero aún más en el Afganistán talibán, cuyo gobierno ha impedido la ayuda humanitaria desde el principio. Así lo revela un informe de octubre de 2021 de Amnistía Internacional, la Federación Internacional de los Derechos Humanos y la Organización Mundial contra la Tortura:

«En contra de las reiteradas afirmaciones de los talibanes de que respetarían los derechos de la población afgana, el documento publicado, Afghanistan’s fall into the hands of the Taliban, describe una larga lista de abusos contra los derechos humanos. Entre ellos, homicidios selectivos de civiles y soldados que se habían rendido, bloqueo de la ayuda humanitaria en el valle de Panjshir, que constituyen crímenes de derecho internacional».

¿Diálogo con talibanes?

Griffiths tampoco explicó cómo se llevará a cabo la auditoría entre lo recibido y lo gastado por las ONG y agencias de la ONU.

Por el contrario, Filippo Grandi, alto comisionado para los Refugiados, dijo que la ONU está creando «un espacio de diálogo con los talibanes que es muy valioso».

Afganistán
Filippo Grandi y Martin Griffiths después de solicitar el monto récord de ayuda humanitaria. Foto Fabrice COFFRINI / AFP

Es un acto de fe creer que se tendrá éxito en un diálogo que hasta ahora ha sido desoído. Por experiencia se sabe que los gobiernos autoritarios ven las conversaciones como una manera de imponer sus medidas o de ganar tiempo para evitar sanciones, sin disposición de ceder en nada.

A pagar rápido

Griffiths afirmó que los 4.400 millones de dólares son necesarios para salvar a 22 millones de personas, la mitad de la población afgana, que tiene «necesidad urgente de ayuda».  Y agregó que «empleados públicos, educadores y personal de salud llevan meses sin recibir salario».

Apremiaron a los países miembros a pagar, para que los necesitados de ayuda puedan «sobrevivir» al invierno.

Estados Unidos, que ocupó el país durante 20 años para evitar el regreso de los talibanes, reaccionó rápidamente y ofreció 300 millones de dólares. Espera que ese monto se destine a alimentación, la sanidad y la protección contra el duro invierno.

La coacción para lograr que los países suelten esos millones de dólares está en la migración no deseada en todos los continentes. Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para Refugiados, advirtió que «si el país se derrumba (…) se verá un éxodo mucho más importante de gente. Y ese desplazamiento de pobladores será difícil de enfrentar dentro y fuera de la región, porque no se va a quedar dentro de la región».

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