Venezuela

Balseros cubanos y venezolanos arriesgan la vida al huir del “mar de la felicidad” socialista

El balsero que huye y pone en peligro su vida para escapar del socialismo se ha convertido en un símbolo de la miseria y de lo que el disidente cubano, Manuel Cuesta Morúa identifica como “la geopolítica de la pobreza” de un modelo que acumula 60 años de fracaso. Venezuela se ha unido a este símbolo y cada acción del régimen madurista, como las leyes del odio, las comunas, la militarización y el control económico, lo que hacen es ratificar la hermandad de ambos países en ese propósito común.

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En la medida en que “avanza” la revolución socialista de Nicolás Maduro, las imágenes de gente madrugando en una cola para obtener alimentos o gasoil se asemejan a las que ahora se difunden en Cuba, gracias a celulares y a pesar del limitado acceso a las redes sociales. Hoy, los balseros son otra imagen compartida.

Otro punto que nos une a la isla del “mar de la felicidad” son los balseros y migrantes que diariamente intentan abandonar “las bondades” del socialismo, y arriesgar sus vida atravesando rutas fronterizas para llegar al estigmatizado imperio del “capitalismo mundial”.

El pasado domingo 25 de abril se conoció de nuevo la tragedia de balseros venezolanos en el Golfo de Paria. Al menos  murieron y otros 11 desaparecieron después de que un bote de migrantes naufragara en Boca de Serpiente, una de las rutas de navegación utilizada por los lancheros para trasladarlos a Trinidad y Tobago.

Los balseros venezolanos habían partido desde La Horqueta, en el oriental estado de Delta Amacuro, y naufragaron estando todavía en aguas venezolanas. Esta ruta de escape del país está siendo utilizada de manera frecuente por quienes viven en la zona nororiental que no tiene otra vía para llegar a las islas del Caribe.

Foto de Archivo de una comunidad del estado Delta Amacuro, uno de los más pobres de Venezuela y donde se ha detectado un nuevo foco local de covid-19.

Los pobladores de Sucre y Delta solo tienen esta vía como opción dada la distancia y el costo en dólares para viajar por tierra hacia el sur del continente, desde donde un gran número de migrantes salen caminando por las trochas terrestres de las cerradas fronteras de los estados Táchira, Apure, Amazonas, Bolívar y Zulia.

La cifra de caminantes y balseros está arribando a varios cientos de mil de venezolanos, según datos de ACNUR, la división de la ONU para los refugiados.

Según datos de FundaRedes, desde 2019 hasta la fecha han desaparecido en aguas del Caribe cerca de 270 venezolanos, al ponerse en manos de “tratantes de personas” para llegar a Trinidad, Aruba o Curazao.

Interceptan cubanos

Como un punto en común con Venezuela, hasta febrero de este año 2021, cerca de 100 migrantes cubanos han sido interceptados en alta mar desde octubre pasado en su intento por cruzar el estrecho de Florida para llegar a Estados Unidos, reportó la Guardia Costera estadounidense.

El pasado lunes 27 de abril, la Guardia Costera de EEUU devolvió a otros dos balseros cubanos a Cuba. La dependencia del Departamento de Seguridad Nacional señaló en un comunicado que los migrantes fueron repatriados en el buque Isaac Mayo.

Los balseros habían sido rescatados por la tripulación del petrolero STI Brixton el 22 de abril, cuando fueron vistos agitando los brazos desde una balsa, aproximadamente a 163 kilómetros al suroeste de Marathon, en el sur de Florida. Los últimos repatriados fueron 14 balseros interceptados el pasado 10 de abril en una precaria embarcación a 35 millas al noroeste de Key West. Tras ser rescatados los cubanos presentaban signos de deshidratación y quemaduras solares.

Un mensaje divulgado en Twitter por la legación diplomática de EEUU en Cuba, informó que “en los últimos meses ha habido un incremento en los casos de migración ilegal marítima”.

El llamado se produjo un mes después de que las autoridades cubanas reportaran el naufragio de una embarcación con balseros cerca de Bahamas, que dejó un muerto y varios desaparecidos, entre ellos mujeres y niños.

Pies secos, pies mojados

En una declaración sobre ese hecho, con fecha del 11 de marzo, la cancillería de la isla destacó que “entre los factores que constituyen incentivos a la migración irregular se encuentran la suspensión del procesamiento y otorgamiento de visas (…) en el consulado de Estados Unidos en La Habana y el traslado de estos trámites hacia terceros países”. Antes de la suspensión existía un compromiso de procesar un mínimo de 20.000 solicitudes por año.

De acuerdo con la ONU, 1.654.684 cubanos viven fuera de la isla, lo que supone 14,6% de la población de Cuba. En el ranking de emigrantes ocupa el puesto 139º de 195 países de emigrantes en el mundo.

Pero a la par de la modalidad de los balseros que intentan salir de Cuba hacia Florida, el flujo también se incrementó por vía aérea, cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas en el gobierno de Barak Obama a partir de diciembre de 2014.

Entre 2015 y 2017, muchos cubanos emigraron hacia Suramérica, especialmente Ecuador, Brasil y Guyana y desde esos países se movilizaron hacia Centroamérica para desde allí dirigirse a México y pasar la frontera hacia EEUU. Grupos de cubanos han sido retenidos en Ecuador, Panamá y Costa Rica y deportados. Igualmente se produjo una fuga desde Venezuela de cubanos que ingresaron a través de las misiones de Cuba-Venezuela. Algunos aparecieron en las costas de Guyana, Surinam y Guayana Francesa con la intención de pasar a Brasil.

En el último año, la frecuencia de balseros cubanos se ha vuelto a incrementar a pesar que durante el gobierno de Obama fue derogada la ley de “pies secos pies mojados” que le daba derecho al asilo a los cubanos que lograran arribaran a las costas estadounidense.

La miseria en Cuba y Venezuela

Cada nuevo índice económico y social que publican los organismos internacionales nos reafirma que el socialismo cubano y venezolano no es sólo un modelo fracasado. Algunos analistas que han estudiado el régimen cubano y el venezolano y han llegado a la conclusión de que la pauperización de la vida ciudadana es parte del modelo que permite a quienes ejercen el poder mantener el control sobre la sociedad, justificando el fracaso por las restricciones y sanciones extranjeras.

Así se justifica además la eliminación de instituciones autónomas, control económico, eliminación de medios de información mientras se registra un alto índice de corrupción.

Monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, volvió a alertar que se avecinan para Venezuela tiempos aún más oscuros ante la imposición del “Estado Comunal”. Una dramática advertencia del obispo quien fue cercano a Hugo Chávez y quien tomó la palabra durante las exequias del mandatario revolucionario en marzo de 2013.

Índice de miseria de Hanke

Venezuela vuelve a encabezar la lista de los países más “miserables” del mundo, de acuerdo al “Índice de Hanke” un estudio que evalúa variables como la inflación, el Producto Interno Bruto (PIB) el desempleo y los préstamos bancarios.

Con un “Índice de Miseria” de 3.827,6 puntos, Venezuela ocupa el primer lugar del ranking 2020, debido a una tasa de inflación de 3.713% (en 2019 había sido de 7.374%), de desempleo del 50,3% (más del doble que en 2019) y una caída del PIB per cápita del 30,9%. En el top ten de los países más desdichados del planeta que completa con Zimbabue, Sudán, Líbano, Surinam, Libia, Irán, Argelia y Madagascar.

Unos días antes tampoco fue sorpresa que Venezuela pasara este año a ser el país más pobre de América, quitándole ese puesto histórico a Haití, según reveló el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las últimas estadísticas del FMI reportaron que Venezuela tendrá el peor récord de América con una nueva contracción de -10%, que se une a la caída de -30% de su PIB en comparación con 2020 y que pronostica otra caída de -5% para 2022, con un desplome acumulado (2013-2021) de -83,6%.

Odio y comunas

Cada cierto tiempo desde 2013, Nicolás Maduro anuncia nuevos planes económicos, diálogos con todos los sectores y hace llamados para reactivar la economía. Igualmente habla de apertura y flexibilización con la economía privada, sin que se observen resultados o mejoras en los índices económicos.

Al contrario, cada acción que se hace desde el Ejecutivo o desde la nueva Asamblea Nacional madurista, lo que hace es promover más leyes que cierran la economía, restringen con mayor rigor las libertades de expresión (Ley del odio) y se avecina el fin de las pocas instituciones democráticas que quedan en pie (Ley de las Comunas).

Esta última intención de control ciudadano ya se está aplicando en muchas zonas del país, por ejemplo en la Parroquia El Recreo: “El Parlamento Comunal” se instaló en lo que fue la sede de Bancaribe en La Campiña y los llamados “CUPAZ” una suerte de policía comunal controlan el suministro de gasolina en las dos estaciones de servicio de La Florida e inspeccionan los locales comerciales y vendedores informales de la zona.

Se va el heredero

Cuando Raúl Castro asumió la sucesión en Cuba en 2008 tras la enfermedad de Fidel, no sólo asumió la conducción de la revolución en nombre de su hermano, sino que impuso su propia línea de acción consolidando una burocracia privilegiada que le garantizaban gobernar sin el liderazgo y carisma de Fidel. No solamente impuso cambios en la dirección política del partido y los organismos del Estado sino en las más importantes empresas y centros de producción controlados por el Estado cuyas firmas se encuentran en el exterior como el caso de la Corporación CIMEX SA, cuyas ganancias en dólares se manejan en cuentas financieras en el exterior.

En la economía impuso severas restricciones, eliminó subsidios y llamó a reactivar el trabajo y la producción. Reconoció el fracaso del modelo económico de 50 años, promovió gigantescos proyectos como el del Puerto de Mariel como centro económico apoyado por inversionistas aliados como Lula Da Silva y Odebrecht. Se permitió de manera limitada el comercio privado con los llamados “cuentapropistas”; pero la apertura y las nuevas inversiones sucumbieron ante la ideología socialista y los favorecidos fueron los privilegiados de la cúpula gobernante y sus familiares, igual que está ocurriendo en Venezuela.

Revolución fallida

Sólo el turismo había logrado paliar parcialmente la crisis histórica con inversiones europeas tras la caída de la URSS en el Período Especial. La sobrevivencia económica logró un pequeño repunte con el apoyo económico de Hugo Chávez que ahora se restringe por la crisis venezolana y la pandemia.

En definitiva, las intenciones de apertura fracasaron y se consolidó de nuevo la vieja consigna: “Dentro de la Revolución: todo; contra la Revolución ningún derecho”.

Raúl Castro le dio mayor privilegio a los sectores militares incorporándolos a los negocios productivos. Así nombró a su hijo Alejandro Castro Espín como jefe de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, que controla la inteligencia cubana.

Pero más importante aún es el proceso de militarización que le dio el control de la economía cubana al sector militar dándole la administración del Grupo de Administración Empresarial, S.A. (GAESA) que genera 90% de la exportaciones de la isla y controla la mayor parte de las empresas turísticas y las operaciones financieras en divisas.

Desde luego, tal como ocurre en Venezuela, esos consorcios no rinden cuentas y manejan sus operaciones desde cuentas en el exterior.

Geopolítica de la pobreza

De acuerdo a un análisis publicado por Diario Las Américas, en el VII Congreso del Partido Comunista Cubano (2016) se impuso el sector contrario a las reformas y la apertura.

El último, VIII Congreso del PCC, (abril de 2021) se realizó bajo nuevas protestas de la sociedad civil, cientos de detenidos, huelga de hambre y periodistas independientes que solo cuentan con las redes sociales confinados en sus casas y toque de queda.

Raúl Castro y otros viejos dirigentes por encima de los 90 años se despidieron con un informe que consolida el sistema estatal de producción en la economía cubana, señalando que el modelo: “no debe conducir a un proceso de privatización que barrería los cimientos y la esencia de la sociedad socialista”.

El opositor Manuel Cuesta Morúa, historiador, escritor y analista político, quien sigue viviendo en Cuba, comentó que este informe “se inscribe deliberadamente en la geopolítica de la pobreza”, cita una nota de Radio Martí.

Es evidente que los pasos que ha dado Nicolás Maduro, fuera de la propaganda y el discurso sin soporte, apuntan en la misma dirección de la revolución cubana. Maduro inscribe a Venezuela en ese mismo concepto al que apunta el disidente cubano, dándole sustento a la premonición hecha por monseñor Moronta sobre los tiempos que se avecinan.

La miseria en Cuba es una realidad de medio siglos. Las herrumbadas fachadas de casas y edificios son una estampa de esa decadencia.
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