Cultura

Santa lengua reprimida: Batman no puede hacer sexo oral

Era la bomba para la temporada tres de la serie “Harley Quinn”: Batman iba a sacarle unos ronroneos a Gatúbela. Sin embargo, DC se interpuso. ¿Por qué? Bienvenidos a la regla principal de las franquicias heroicas: los superhéroes no hacen eso. ¿Podría cambiar ese tabú? El camino parece estar servido para ello

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Batman
Diseño: Yiseld Yemiñany

Justin Halpern y Patrick Schumacker, dos de los co-creadores y productores ejecutivos de la serie animada para adultos, “Harley Quinn”, activaron el viejo punto S: los Superhéroes no hacen sexo oral. Al menos, no Batman con Gatúbela (Catwoman). Es una regla no escrita: se puede golpear, incluso matar, pero el sexo explícito… eso es otra cosa.

En una entrevista para Variety, publicada el pasado 14 de junio, los creativos narraban cómo había sido concebido el personaje de Harley Quinn, eso a propósito de un reportaje que explicaba cómo las series «WandaVision», «The Umbrella Academy» y la de DC Entertainment-HBO estaban cambiando la perspectiva del superhéroe. En ese contexto, se describía que en el programa de la antagonista de Batman, se mostraban cosas que los héroes regularmente no pueden hacer.

“Es increíblemente gratificante utilizar personajes que se consideran villanos porque tienes mucho más margen de maniobra”, explicó Halpern. “Un ejemplo perfecto de eso es en esta tercera temporada de ‘Harley’ [cuando] tuvimos un momento en el que Batman estaba bajando por [el cuerpo] de Catwoman y DC dijo: ‘No puedes hacer eso. No puedes hacer eso en absoluto’. Entonces dijimos: ‘¿Estás diciendo que los héroes son unos amantes egoístas?’. Y respondieron: ‘No, es que tenemos que vender juguetes de consumo para héroes. Es difícil vender un juguete si Batman hace eso'».

En honor a la verdad, Halpern y Schumacker explicaron que ha tenido mucha libertad para trabajar en los guiones más allá de lo que regularmente permite DC, sin embargo, se toparon con una pared que es muy frecuente en el género: la sexualidad. Al menos que hablemos de «The Boys», serie en la que las masturbaciones, felaciones, cunilingüis y otras especies son más explícitas. Pero eso tiene una razón: en el fondo todo es una parodia de lo que hacen de los estereotipos de DC y Marvel.

¿Qué pasa con el sexo y los héroes?

Elijah Davidson, columnista de Fuller Studio, publicó una interesante columna en la que habla del sexo, o mejor dicho, de la falta de él en las películas de Marvel y DC. Hace un exhaustivo seguimiento de las escenas en las que solo se insinúa algún tipo de relación y concluye: «Creo que el género de películas de superhéroes sería más interesante si permitiera que sus personajes maduraran. La sexualidad es un aspecto esencial de la existencia humana. Es fundamental para nuestra vida privada y pública, e incluirlo de manera adulta en este género que se preocupa principalmente por el papel del individuo privado en la contribución al bien público. Enriquecería el género».

Y agrega una cita del poeta y ensayista Wendell Berry, (Henry, Kentucky, 5 de agosto de 1934) del ensayo «Sexo, economía, libertad y comunidad»: «El sexo no es ni puede ser un ‘asunto propio’ de ningún individuo. Tampoco puede ser un asunto privado de ninguna pareja. El sexo, como cualquier otro poder necesario, precioso y volátil que se posee comúnmente, es asunto de todos. Se debe encontrar una manera de dar derecho al interés legítimo de todos en él sin violar su privacidad esencial ni permitir que sus energías desenfrenadas reduzcan los procedimientos públicos necesarios al nivel de una disputa privada. Para los problemas y potencialidades sexuales que tienen un interés más que privado, lo que se necesita son formas y soluciones comunes o compartidas que no son, en el sentido habitual, públicas. La forma indispensable que puede intervenir entre los intereses públicos y privados es la de comunidad”.

Para comprender mejor lo que dice Berry, un hombre de un profundo activismo, que defiende la agricultura tradicional y los valores familiares, es que sus escritos siempre van en contra del individualismo moderno. Por lo tanto, el sexo lo comprende como un tema que atraviesa y permite crear comunidad, en la medida que nos puede hacer felices a todos si se enfoca como una herramienta que une y genera bienestar común, no una simple satisfacción individual.

Jeffrey A. Brown, un experto en el área del cómic y del entretenimiento de masas, fue directo al punto en el libro «Love, Sex, Gender, and Superheroes», en el que examina a los superhéroes, en los cómics, películas, series de televisión y merchandising. Advierte que los mensajes, en cuanto al sexo, «son contradictorios».

Para Brown, los cómics de superhéroes pueden reforzar los roles sexuales con la reiteración de hombres musculosos y mujeres fatales furtivas, pero también, advierte, que recorren un camino borroso porque en el género se permite la transformación física y los intercambios corporales. Explica que si bien la mayoría de los héroes tienen intereses amorosos heterosexuales, el género prioriza el vínculo homosocial (relaciones del mismo sexo que no son de interés romántico o naturaleza sexual, como la amistad, la tutoría y otras) y celebra y condena al mismo tiempo la violencia de género y sexualizada.

Y ahora la pregunta del millón: ¿por qué esto debería importarnos? Para Brown es bastante claro: las representaciones de los superhéroes moldean nuestras percepciones del amor, el sexo y el género. Si conectamos esto con lo dicho por Davidson y Berry, la conclusión es bastante obvia, aunque quien sabe si verificable: la sexualidad en la ficción incide en la real. ¿Mensaje peligroso? Probablemente las millonarias ventas de las «Cincuenta sombras de Grey» y su llegada al cine no convirtió a sus lectores en fanáticos de la dominación sexual.

En todo caso, imaginar a nuestros superhéroes teniendo relaciones sexuales puede ser divertido y de hecho genera preguntas que los propios guionistas tendrían que trabajar. ¿Qué pasa si Hulk se excita y comienza a cambiar de tamaño en pleno coito? ¿Quedaría mal parado Flash? ¿Spiderman infectaría a su pareja? Algunos cómics han abordado estas cuestiones, pero en la pantalla, la historia es otra. Mejor, por ahora, no nos compliquemos tanto.

Como se explica en el reportaje de Variety, la nueva generación de directores y guionistas, que crecieron leyendo cómics y consumiendo películas de este género, están ofreciendo una mirada más madura de estos personajes que representaban valores muy antiguos. «Wandavision» y «The Falcon and the Winter Soldier» son algunos ejemplos. La manera en que se muestra el duelo y las enfermedades sicológicas en la primera y el racismo y la culpa en la segunda lo demuestran. Tal vez solo sea cuestión de tiempo para que veamos a en la pantalla a Batman y Gatúbela compartir un final feliz.

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