Curiosidades

7 planes que debe hacer un "musiú" cuando viene a Venezuela

En Venezuela se le llama a cualquier extranjero de tipo blanco o rubio, como los norteamericanos, ingleses, franceses, alemanes, entre otros, "musiú" que viene de la contracción venezolana de "monsieur" o señor en francés

Fotos Patrick Dolande
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Por eso, cuando llega un «musiú» o extranjero a nuestro país, siempre aparece la incógnita sobre dónde llevarlo y qué darle de comer para que entienda nuestras costumbres y sabores, sobre todo porque nos gusta que se lleven un buen recuerdo de nuestros planes.
Por supuesto existen muchas alternativas pero aquí te dejamos 7 planes que consideramos son un “must” para tomarle cariño a nuestro país:

1. El calentaíto y la sangría en bota
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Para quienes vayan a Mérida a la Feria del Sol, deben quitarse el frío con esta bebida. Por eso, deberán detenerse en cualquier puesto de la carretera para tomar este licor compuesto por 27 hierbas diferentes aproximadamente. Cuando ya se sientan aclimatados con esta bebida y el frío merideño, váyanse a las corridas de toros para hidratarse con las famosas botas de cuero, llenas de sangría.
2. Comprar cosas en la carretera
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En toda Venezuela se encuentran maravillas en las carreteras donde productores de la zona se asoman para ofrecer lo que hacen. Por eso, dependiendo de donde estén paseando, es imprescindible detenerse para comprar casabe, miel, coco frío, panelitas de San Joaquín, quesos frescos, golfeados, bolas de cacao y frutas de temporada como la ciruela de huesito.
3. Desayunos los domingos:
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Suceden dos cosas particulares. Los fines de semana, uno sale a desayunar fuera de casa. Incluso, más que desayuno, se hace brunch porque al venezolano le gusta tomarse su tiempo para levantarse, organizar el plan e ir a comer, muchas veces en grupos familiares.
En pueblos como Carora, está el restaurante Doña Celina, famoso por su mondongo de chivo, donde el plan no es ir precisamente a comer en el restaurante sino que cada cliente lleva su ollita para que allá se la llenen con este plato típico y luego se la lleva para comerlo en casa.
Mercados libres: en muchos de estos espacios existen negocios especializados en distintos platos tradicionales dependiendo de la región en que se encuentre.
4. Jueves o viernes de «tarde adeca»:
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En el país existe la expresión “tarde adeca” que podría entenderse como el dolce far niente criollo. Hace muchos años, quienes militaban en el partido Acción Democrática se hicieron famosos por hacer negocios o resolver problemas fuera de las frías oficina. Las nuevas sedes de resolución de conflicto eran los restaurantes de carne donde el cronograma incluía botella de whisky Old Parr y mucha carne. Se sabía cuando empezaba el plan pero no cuando terminaba.
Pasadas ya varias décadas, esa expresión ha sido adoptada por muchos de forma jocosa y cuando la invitación es a un establecimiento de carne, algunos tiemblan porque saben cuándo llegan pero no cuando salen. Vale acotar que estos restaurantes ofrecen probablemente el mejor servicio en el país: los mesoneros saben que a sus clientes les encanta ser tratados como verdaderos jefes y por eso, no tardan en cumplir con los pedidos, términos correctos de la carne y medidas exactas en las formas de saber servir un whisky.
5. La experiencia del pasapalo:
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Llamamos pasapalo a una pequeña porción de comida que se acompaña con un trago.  Todo extranjero que toque tierras venezolanas tiene la obligación de asistir a algún evento: piñatas, bautizos, comuniones, graduación o matrimonio. El musiú deberá ser digno de probar los tequeños y aprenderá que dentro del protocolo de consumo, se toman de dos en dos.
6. Después de una buena rumba – sábado 2:00 am:
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En todas las ciudades de nuestro país existen areperas abiertas las 24 horas. Sin embargo, es tradición que en la madrugada, después de una fiesta, todo el mundo vaya a comer tres platos fijos: arepas, cachapas o sopas como chupe o cruzado.
Entre las armonías que acompañan estas propuestas, está el toddy frappé y los batidos de frutas. También, venezolano que se respete cuenta con su perrocalentero de confianza que ofrece un amplio repertorio de salsas y contornos que acompañan el condumio en cuestión. Aquí hay que quitarse la careta y aflojarse la corbata: siéntese en su banquito de plástico y separe las piernas para que no se le manche el pantalón.
7. Calle El Hambre
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Por toda Venezuela existe una Calle El Hambre donde se concentran cantidades de carritos de comida con ofertas como perro caliente, hamburguesas, pepitos e incluso shawarmas. Estos sitios usualmente son coloridos, llenos de luz y mucho sabor. Si tiene oportunidad de ir a Maracaibo puede tener la experiencia de ver platos llenos de salsas, plátano y frituras infinitas.
Una vez nos contaron que en la madrugada, salía de uno de estos locales un plato difícil de distinguir que al parecer estaba compuesto de pan, carne, jamón, queso, salsas varias, mortadela y la cliente se quejaba porque preguntaba que dónde estaban sus papas fritas.

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