Curiosidades

7 trabajos de comida que todos quisiéramos tener

En el campo laboral existen muchos trabajos que podríamos envidiar. Sin embargo, hay un puesto especial para aquellos en los que la comida es el principal centro de atención y eso, jamás podrá ser superado por ninguna carrera por más lucrativa que esta sea

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Este es el increíble pero muy cierto caso de los trabajos en los que la comida es lo más importante. Es evidente que no todos los trabajos relacionados a la comida son tan apreciados, pero nosotros creemos que dentro de todos, existen siete que para muchos podrían ser el paraíso, aunque para los involucrados, es un trabajo igual que cualquier otro.

A continuación, nuestra apreciada lista y sus privilegiados puestos junto al sabor:

El estilista de alimentos

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Este personaje hace que todas las divinas y hermosas fotos que vemos en las revistas, catálogos o restaurantes sean tan apetitosas. En muchos casos, la comida que maquillan o arreglan para que se vean agradables, no son comestibles e incluso puede llegar a ser muy desagradable la relación entre los ingredientes.

Sin embargo, muchos dicen que eso es cosa del pasado, ya que en la contemporaneidad la clave del éxito está en lograr que la comida se vea increíble y que además te la puedas comer completa sin ningún truco artificial. Este es el caso de la cocinera y estilista argentina Jessica Lekerman, quien apuesta por usar productos fieles a sus fotos con la búsqueda de que se vean más naturales (o capaz porque quiera comérselo todo) aunque existan alimentos con los que se pierde la paciencia.

«Una vez intenté hacer fotos con helados de verdad y llegué a comprar hasta 15 veces el helado para que no se derritiera. Fue un desastre, pero aprendí con el helado otras técnicas»

Pero ser estilista no solo se trata de maquillar y hacer que la comida se vea deliciosa y bonita, también está relacionado con una lista de privilegios que vienen de la mano, especialmente cuando eres cocinera, estilista y restauradora, como es el caso de esta argentina, quien viaja muy seguido y por supuesto, come en todos sus viajes:

«Es muy frecuente que me encuentre en la ciudad de New York trabajando varias veces al año. Pero de mis restaurantes preferidos están, Buvette y Gitane. En Londres también me gusta comer de Ottolenghi como en Nopi y en Barcelona me gusta el Bar Lobo o Quentin»

El fotógrafo

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Este trabajo tiene la particularidad de ser muy beneficioso porque el fotógrafo gastronómico tiene la oportunidad de estar en todos los eventos, conocer a los chefs, los restaurantes y además, adquiere gran fama si llega a juntarse con los platos y restaurantes ideales. Además, el fotógrafo de alimentos en sus inicios puede ser muy versátil y flexible y con el tiempo adquiere un estilo, una forma única y eso lo hace destacar del resto.

Un claro ejemplo de esto es el fotógrafo Gonzalo Picón, quien se ha especializado en el documentalismo y periodismo gastronómico en la fotografía. Hoy, Picón admite que lo que más le ha gustado de su carrera es poder conectar con el resto de los involucrados en su trabajo, tal como los chefs, el personal de restaurante, los cocineros y hasta los comensales. Para muestra un botón: Picón comparte que hasta la fecha ha trabajado con grandes chefs de la gastronomía venezolana tal como Carlos García, Iván García y Nelson Castro. Aunque para los que observan su trabajo, lo más importante siempre será imaginar a qué sabe la comida que él fotografía, por eso, una de las condiciones que tiene para trabajar es probar todos los platos y aunque para el resto de los mortales sea un privilegio, para él es un proceso que debe llevarse a cabo siempre.

«Todos los platos a los que les tomo foto los he probado, toda la parte del proceso y el recorrido del plato como tal me parece importante y me siento privilegiado porque dentro de este proceso me consigo con gente muy culta y diversa», comenta el fotógrafo.

El crítico de gastronomía

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Por lejos, uno de los trabajos soñados para cualquier aspirante a este campo laboral. Muchos dicen que si haces lo que te gusta, entonces nunca trabajarás, pero realmente queda demostrado que ser crítico de la gastronomía no es para cualquiera. Probar la comida y dar una opinión correcta sobre los platos se convierte en un verdadero desafío cuando eres consciente del criterio que se requiere para hablar sobre la comida. Así piensa el español José Ramón Navarro, quien descubrió la gastronomía como un hobbie antes de hacerlo su trabajo profesional.

El caso de Navarro es especial porque es considerado una personalidad importante en el mundo gastronómico en España y puede darse el lujo de decir con gran humildad, las increíbles cosas que le pueden suceder en un día:

«En un día normal en mi rutina puedo colaborar en el aniversario de un restaurante donde invitaron a un chef de estrella Michelin y luego salir con un amigo del trabajo a probar un nuevo menú, por ejemplo».

Pese a la facilidad que tiene para conectarse con la alta cocina, admite que lo que más le gusta de su trabajo es ser parte del proceso de los cocineros o restauradores y verlos evolucionar. Para él la comida es una experiencia en todos los sentidos y por eso, no tiene rutinas con lo que degusta.

«No repito la comida, me gusta cambiar todos los días lo que como y para mi es importante tener esa posibilidad de cambiar y visitar diferentes sitios siempre».

El periodista gastronómico

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Nuestra editora Ligia Velásquez entra en el top de los trabajos más deseados incluso por los que se encuentran en esta lista. Siempre la vemos de evento en evento en los que prueba cualquier cantidad de platos y postres. A la redacción llegan regalos y muestras de productos nuevos bien sea para un agasajo personal o para que dé el visto bueno a los emprendedores. El caso es que el periodista gastronómico siempre está en todo, especialmente en lo más in del momento y siempre está un paso más allá que el resto de los mortales. Su misión es mantener el medio para el que trabaja siempre al giorno y lo logra de una sola forma: comiendo.

«Lo que más me gusta de mi trabajo es comer, es obvio. Pero hay algo que para mi es mucho más trascendental y es que siempre conozco nuevas historias y gente que hace país, especialmente en estos momentos cuando más lo necesitamos».

En el mundo de la comida venezolana (e internacional) Ligia es muy reconocida y por eso tiene acceso a probar cosas exóticas como un plato con araña mona o un gusano de moriche y a ella todo esto le parece divertido. Ella goza, conoce y degusta, esa es su vida.

El sommelier

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En Venezuela no hay mucha cultura de sommeliers. Sin embargo, las pocas personas que se involucran en esta labor, hacen de este un gran trabajo ya que impulsa la diversificación y la especialización de los oficios y eso siempre trae consigo un importante crecimiento. Un sommelier es un experto en vino y uno de sus trabajos es sugerir a la clientela de importantes restaurantes los vinos apropiados según la ocasión y la comida.

Muchos se atreven a decir que podrían ser sommeliers porque aman el vino, pero la verdad es que para llegar a este puesto, debes recorrer importantes caminos y además, tener tus sentidos muy bien entrenados, especialmente el del olfato y el gusto, aunque nadie quite que debas usar muy bien tu visión y a veces, tu audición.

Dayana Medina es una de esas personas que ha encontrado la felicidad como sommelier y aunque su carrera no ha sido la más fácil, ahora recuerda con gratitud todos los viajes que ha realizado y toda la gente que ha conocido gracias a que su trabajo ha evolucionado de una forma increíble en todo el mundo. Es que ahora ser sommelier no se limita al vino, también realizan presentaciones o catas y en el caso de Medina, no solo de vino, sino de otras bebidas y por supuesto, comida:

«Todo el tempo estoy sirviendo vino y tomando que es lo que más disfruto, pero me llena muchísimo dar clases y trasmitir el conocimiento y servir vino, catar y hablar mucho de vino, de whisky, ron, agua mineral, de café, jamones y quesos».

El food blogger

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Ay… los food bloggers, los que describen sus increíbles y monumentales experiencias gastronómicas cuando les nace del corazón. Ellos no se dejan atraer por ningún contrato a tiempo completo o dejar su blog, ese que es su diario profesional. Todos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas envidia porque este es el típico personaje que viaja, conoce y se mueve por el mero placer de vivir y comer bien. Nos atrevemos a decir que son unos hedonistas y nos da piquiña que tenga a su disposición tanto placer para exponer.

David Egui es uno de esos blogueros que tiene en su recorrido lo mejor de los dos mundos: tomar fotografías de platos, escribir de estos y comerlos. Además de escribir para su blog, también es colaborador para otros medios digitales y tiene muchos contactos que lo llevan a experiencias fructíferas, crecimiento personal y profesional.

«Siento que tengo demasiado por aprender en vino, en gastronomía, en probar sitios nuevos y cada día me doy cuenta que me faltan y me faltan. Empiezas a crear un apetito por conocer más y aprender más y eso es lo que más me gusta de este trabajo».

El chef

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Nuestro último trabajo de la lista es considerado para todos un rockstar de la comida, una celebridad. Ahora con los programas de chef’s y el boom del food porn, parece que todos los jóvenes quieren apropiarse del liderazgo en la cocina porque sienten que si logran ese puesto, entonces logran la fama. Es verdad, todos vemos a los chefs como dioses de los alimentos y aunque no tenemos ni la más remota idea sobre cómo es la dinámica en una calurosa cocina de restaurant, estamos seguros de que nos ganaremos nuestra cota de popularidad. Sin embargo, Beto Puerta, chef de Santo Bokado desmitifica todas estas idealizaciones del oficio y, aunque es amante de su trabajo, considera que más que una profesión es un matrimonio, una vida entera, un lazo irrompible.

«He vivido cosas increíbles en mi carrera como trabajar para El Celler de Can Roca y también desgracias como quedar en cama un mes entero por un derrame de aceite caliente».

Estar en la cocina es una batalla cotidiana, pero su recompensa la obtiene a través de magníficos e importantes detalles que hacen la diferencia, como ver desde la cocina a un cliente a  la espera de un plato y descubrir que sonríen al probarlo. Eso, dice, es su mejor recompensa, además de tener la mejor comida del mundo a su disposición todos los días de la semana.

«Lo que para muchos es un lujo, para mi es algo normal, tengo todas mis comidas al día y además no son cualquier comida, son muy buenas».

Y tú ¿qué trabajo de comida quisieras tener?

 

 

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