Vida sana

Alimentación saludable como derecho, ¡no privilegio!

Este sábado 14 de noviembre se conmemora internacionalmente el Día Mundial de la Diabetes y el lema para este año se ancla en la alimentación saludable como estrategia para la prevención. El argumento es claro y contundente: La alimentación saludable debe ser un derecho y no un privilegio

diabetes, cocina segura, día mundial de la diabetes
Composición gráfica: Mariángel Paolini
Publicidad

Si se lograra reunir en un mismo territorio a todas las personas diagnosticadas con diabetes en el mundo, este sería el 3er país más grande de los cinco continentes.
El más reciente informe de la Federación Internacional de la Diabetes indica que cerca de 415 millones de personas viven con esta condición en todo el mundo y el pronóstico para los próximos años es muy poco alentador (642 millones para 2040).
En 2015, el Día Mundial de la Diabetes pasa a ser una campaña que durará todo un año para reflejar la realidad de los millones de personas que viven con ella. La campaña se centrará en la alimentación saludable como factor clave en la lucha contra la diabetes y fundamental para la salud mundial y el desarrollo sostenible.
Una alimentación saludable puede ayudar a prevenir la aparición de la diabetes tipo 2 y es una parte importante para el control efectivo de todos los tipos de esta enfermedad y para ayudar a evitar sus complicaciones. Aunque las diferencias entre el tipo 1 y el tipo 2 son bastante importantes, ambos comparten varios objetivos comunes en su tratamiento. El más importante para los dos consiste en lograr una glucemia “normal”. Para alcanzarlo las estrategias pueden ser diferentes en virtud del origen de esa diabetes, pero en cualquier caso siempre, hay un punto de convergencia claro en su tratamiento: Compromiso del paciente con hábitos de vida saludables, entre los que se incluyen una alimentación sana y un patrón de actividad física adecuada a las circunstancias personales.
Las más reciente de las publicaciones en torno al tratamiento de esta condición concluye que la mejor fórmula es limitar la ingesta de carbohidratos en el plan de alimentación, paradójicamente, este fue el único tratamiento posible hasta el desarrollo de la insulina inyectable.
Sobre la base de 12 argumentos bien sustentados, los autores concuerdan que siendo la “normalización” de la glucemia el principal objetivo en el tratamiento y considerando que son los carbohidratos los responsables de su incremento en sangre, la mejor manera de manejar la condición es restringir el consumo de aquellos alimentos responsables de la elevación de los niveles de glucosa en la sangre.
Ahora bien, ¿qué significa comer “bajo en carbohidratos”? Para comenzar requiere que usted conozca lo mejor posible el aporte que cada alimento hace a su nivel de glucosa en sangre, en pocas palabra que conozca el Índice Glucémico (IG) de los alimentos. Luego, debe incorporar más fibra a su plan diario de alimentación, pues esta ayuda a que sus niveles de glucosa en sangre se eleven poco a poco, aún en presencia de alimentos con alto IG.
En tercer lugar, incorporar más frutas, vegetales, cereales integrales y leguminosas; que en general son alimentos con bajo IG (encontrará algunas excepciones, por lo que debe consultar con un especialista para que lo oriente de manera adecuada).
Por último, vale la pena incluir proteínas como lácteos bajos en grasa, frutos secos, huevos, pescados y controlar la ingesta de alimentos que contienen ácidos grasos trans y grasas saturadas (como margarinas, mayonesas y salsas). Vale la pena evitar también las harinas refinadas y disminuir la ingesta de sal y azúcar.
Si lo vemos con objetividad, un plan de alimentación saludable debería ser muy fácil de aplicar pero no siempre resulta fácil de mantener. Primero por el impacto social que genera y el estilo de vida que ha distorsionado los patrones de consumo y luego porque para muchas personas estos alimentos suelen estar fuera de las alternativas cotidianas de la compra de alimentos familiar (por cultura y/o por presupuesto).
En muchos países es más económico comprar un refresco comparado con el agua embotellada y en otras situaciones la posibilidad de acceder a fuentes naturales de agua potable son limitadas por no decir que escasas.
La falta de consciencia a la hora de elegir los alimentos, la desinformación en los primeros años de vida por la falta de formación de los adultos influenciadores, el aumento en el tamaño de las porciones, la abundancia de aditivos que mejoran el sabor de algunos productos con poco o ningún aporte nutritivo hace más cuesta arriba la posibilidad de incorporar menús saludables en cantinas escolares y comedores industriales.
Se requiere un esfuerzo que parece infrahumano para hacer que las personas retomen el camino de comer como se debe y “como se quiere” influenciado por efecto de las grandes campañas mediáticas, la falta de educación en materia nutricional y ahora la falta de presupuesto.
Pero que eso no nos detenga pues con los ajustes necesarios es posible hacer algo por nuestra salud y por la salud de los pequeños quienes aprenden de nuestro ejemplo. Cuídese aquí y ahora. Usted se merece una alimentación equilibrada, sin excesos y eso depende en gran medida de sus propias decisiones al momento de comprar y preparar sus alimentos.

]]>

Publicidad
Publicidad