Vida sana

Alimentos que potencian tus habilidades

¿Por qué llenarnos de píldoras si podemos recurrir a la nevera o a los gabinetes? Nuestro cuerpo está preparado genéticamente para surtirnos de los nutrientes necesarios para llevar a cabo procesos naturales y también para desarrollar nuestras aptitudes, pero queda de nuestra parte aportarle materia prima, sobre todo, si percibimos que tenemos carencias en algunas áreas de nuestro quehacer diario. Entérate cómo potenciar la desinflamación, la actividad sexual, la inteligencia, el desempeño físico y el descanso.En las últimas décadas, la sociedad ha tendido a preocuparse más por tener un estilo de vida saludable: nos interesa alejarnos de los vicios, nos prometemos (y cumplimos más que generaciones anteriores) establecer el hábito del ejercicio físico y nos preocupamos por mantener una alimentación sana. Y aunque incorporar más agua, frutas y verduras a nuestra alimentación nos ha desintoxicado bastante, aún hay mucho que conocer.

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Tal es el caso de la alimentación específica, que va más allá de mantener los huesos fuertes y disminuir las probabilidades de padecer alguna enfermedad grave, y apunta, más bien, a atender necesidades puntuales del organismo, para las cuales, creíamos, que solo los fármacos podían ayudar.

Inflamación a la vista
El proceso inflamatorio comienza por un agente irritante o infeccioso en cualquier tejido del cuerpo. Los síntomas son: dolor, enrojecimiento, rigidez o pérdida de la movilidad, hinchazón y calor en la zona afectada. El cuerpo reacciona enviando histamina, que es una sustancia que dilata los vasos sanguíneos y provoca liberación de agua de las células, que produce la inflamación, en principio, para proteger el tejido en riesgo. Una vez que el agente irritante es eliminado, la histamina se reabsorbe y se desinflama el tejido.

Si la inflamación persiste, nos recetan antihistamínicos, pero podemos tomar una actitud proactiva y ayudar a nuestro organismo con la reabsorción de la histamina. Una dieta antiinflamatoria se basa en los siguientes principios:

• Aumentar el consumo de grasas saludables, frutas y verduras ricas en fibra y agua.
• A menos que sea pescado graso o azul, disminuir las proteínas de origen animal.
• Añadir alimentos que contengas antioxidantes y eliminar los productos procesados.

Por esto, es recomendable recurrir a los granos enteros, como el maíz, el arroz y el trigo; los pescados grasos, como el salmón, la anchoa, atún, sardina y trucha; hojas verde oscuro, como la acelga, la espinaca y la alfalfa; el turmeric, una de las especias contenidas en el curry y las almendras.

Una relación placer-placer
La vinculación entre la alimentación y la actividad sexual es un tema del que se habla desde que tenemos uso de razón como especie. Desde conclusiones basadas en el parecido físico de algunos alimentos con los órganos genitales, hasta potenciadores naturales y místicos de algo tan abstracto como el deseo sexual abundan en la literatura desde hace miles de años. Y aunque nuestro interés, en este momento, es encontrar los nutrientes que favorecen la fisiología de la actividad sexual, es innegable que el solo hecho de entregarse a los alimentos afrodisíacos, ya es sexy.

En el proceso sexual intervienen múltiples factores, además del físico. Por eso, además de proveer al organismo de vitamina E, para balancear el estrógeno; L-arginina, para potenciar la circulación sanguínea en los genitales; magnesio, zinc y vitaminas del grupo B para producir más testosterona, potasio y omega 3 para favorecer al sistema circulatorio, también hay que tomar en cuenta estabilizadores del estado de ánimo como la serotonina, las endorfinas y los estados de alerta y vigilia.

El top 10 de los alimentos sexys es:
• Ostras
• Miel
• Aguacate
• Cambur
• Chocolate
• Vino tinto
• Café
• Patilla, fresas y granadas
• Maní
• Salmón

La fuente de la eterna inteligencia
Hasta hace pocas décadas, todo parecía indicar que la inteligencia tenía un ciclo de vida que encontraba su clímax alrededor de los 20 años de edad, se mantenía estable hasta los 35 años para luego comenzar a descender hasta llegar a un punto bastante disminuido en la vejez. Estudios recientes indican, que no solo se puede frenar el deterioro de la inteligencia por el paso del tiempo, sino que además, mediante hábitos saludables se ha logrado incrementar el coeficiente intelectual y el desarrollo de habilidades específicas en adultos mayores.

Los procesos cognitivos superiores se alimentan de yodo, ácido omega-3, zinc, monofosfato y la colina, ya que estos elementos incrementan la calidad de las conexiones neurales.

Nuevamente, los pescados grasos o azules aparecen entre los alimentos saludables, ahora para el buen funcionamiento del cerebro, además se recomienda la sal fortificada con yodo; la carne de res asada, semillas de auyama, germen de trigo, chocolate negro o cacao en polvo y las nueces, como fuentes de zinc; los huevos, el coliflor y el brócoli que aportan nutrientes para la construcción de colina y la remolacha, que aporta otro tanto para el monofosfato.

Por otra parte, se ha encontrado que tanto la cúrcuma, con su curcumina, como el célery, con su luteolina, están relacionados con el mejoramiento de la memoria porque estimulan la producción de nuevas células cerebrales, calman la inflamación del cerebro y desaceleran la neurodegenación.

Investigación en proceso. La semilla de chía está siendo investigada, actualmente, por su vinculación con los altos niveles intelectuales de sus consumidores originarios: los aztecas y los mayas. Aunque no hay conclusiones aún en este aspecto, sí se sabe que aporta calcio, antioxidantes, hierro, fibra, proteínas y potasio, todos necesarios para la salud cerebral.

Mucha motivación para ejercicios moderados
Las personas que se dedican a actividades físicas de alto rendimiento deben seguir una dieta especial para satisfacer sus necesidades nutricionales. Los demás mortales, a quienes también nos gusta ejercitarnos de maneras más moderadas (yoga, pilates, clases de gimnasio, caminar, trotar, bailar) debemos atender nuestra alimentación, no solo para no desfallecer en el intento, sino también para sentirnos motivados a continuar.

Las premisas básicas de una dieta para realizar este tipo de ejercicios son:

• El cuerpo necesita al menos dos horas para digerir alimentos adecuadamente.
• Si no se cuenta con ese lapso, se pueden consumir alimentos ligeros y en pequeñas cantidades.
• Dejar de lado los alimentos que tienen alto índice glucémico y los que tienen exceso de azúcar y picantes.
• Igualmente, hay que evitar los alimentos que producen acidez o flatulencias.
• Tomar pequeñas cantidades de agua o jugo para evitar náuseas y calambres estomacales y estar hidratado.

Antes de ir al gimnasio o al parque se puede ingerir:

• Aguacate: tiene potasio, magnesio para el buen funcionamiento de los músculos y sus grasas buenas ayudan a disminuir el colesterol.
• Cambur: su alto contenido de magnesio previene calambres e inflamación muscular.
• Smoothies frutales: hidratan, nutren y dan energía sobre todo si se preparan con piña, naranja, melón, kiwi y se fortifica con yogurt.
• Manzana: controla la acidez, tiene azúcares naturales y fibra, mantiene al organismo hidratado y tiene vitamina C.
• Barras energéticas que no superen las 300 calorías.

Después del ejercicio se recomienda:

• Agua: en grandes cantidades y se pueden agregar variantes como el agua de coco o añadir gotas de limón.
• Sopa de verduras: para reponer calorías añadir zanahoria, célery y espinaca.
• Pan y atún: aportan energías y nutrientes para ayudar a la reposición muscular.

Comer bien para dormir mejor

Ni acostarse después de una cuantiosa cena ni irse a la cama sin cenar. Lo que procura un buen descanso y aleja el insomnio de nuestras noches son los alimentos ricos en triptófanos, que ayudan a la producción y segregación de serotonina y melatonina, dos hormonas relacionadas con la regulación del sueño. Es ideal incluir en la última comida del día:

• Leche (o yogurt) y miel
• Pavo y pollo
• Arroz, pasta y pan integrales
• Pescados grasos, frutos secos y verduras de hoja verde (otra vez)

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