Gente del oficio

Churros de Prados del Este: una tradición familiar

Las hermanas Nelly y Silvia Ares se encargan de que las tardes en el Parque Agustín Codazzi de Prados del Este sean inolvidables para todos lo que van y prueban los churros artesanales del carrito de ellas, una tradición que tiene casi sesenta años en la misma esquina

Texto y Foto: José Ricardo Rojas P.
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¿Cómo empieza el negocio?
El carrito que vende churros comenzó con tan dulce labor hace 60 años con el tío de un primo de las hermanas Ares que era dueño de varios carritos de comida y que, después de mucho tiempo, los empezó a vender. Por Nelly ser familia, recibieron un carrito, el negocio y la tradición de los churros. Ella trabajó con su esposo por casi veinte años hasta que hace ocho años él falleció repentinamente.
“A nosotros, por ser familia, nos dio este punto en el que estuvimos mi esposo y yo por veinte años, pero mi esposo falleció hace 8, por lo que estuve un tiempo fuera del negocio. Mi hermana me ayuda después de nueve meses a arrancar de nuevo. Silvia y yo tenemos ocho años juntas con el carrito. Solo vendemos churros, refrescos, agua y los toppings de chocolate, arequipe y leche condensada”, acota Nelly.
Pero, ¿por qué churros?
Nelly relata que su tío empezó como un puesto ambulante de churros y, ella y su esposo, decidieron mantenerlo así. Luego se sorprendió de que algo que comenzó como un simple negocio ambulante, se convirtió en algo que iba más allá de lo dulce: “Nunca pensé que tendríamos tantos clientes. Sobre todo niños que nos preguntaban qué le poníamos a la masa que siempre volvían, a lo que mi esposo respondía que el ingrediente principal era el amor”.
¿Cómo se preparan?
Nelly empieza por preparar la masa a las seis y media de la mañana y lo hace de manera artesanal: pone a hervir varias ollas de agua ya que se usan varios kilos de masa. El agua se coloca en una especie de bañera grande y se remueve con un palo de madera grande que se asemeja a una paleta. Se sienta frente a la bañera con el agua hirviendo, se vierte la harina y se mezcla con fuerza para obtener la masa. Luego se debe amasar en varias partes que varían de dos a tres, porque son muchos kilos los que deben amasarse, usualmente entre cinco y 10 kilos de masa, algo que les toma toda la mañana. Al final, dejan que se enfríe un rato en bandejas grandes antes de colocarla en el tobo que será transportado al carrito.
También preparan el topping de chocolate. Por la situación del país, Silvia prepara la leche condensada que aunque no es igual a la que se vende, sigue siendo muy buena. El arequipe, aunque saben prepararlo, prefieren comprarlo ya que el casero no sabe igual.
¿Qué las diferencia?
Si bien existen muchos puestos de churros en la ciudad, ellas ofrecen buena atención a sus clientes y les brindan un producto totalmente artesanal que es preparado con aceite nuevo cada día. Mantener un punto durante veinte años no es cosa fácil, pero el cariño que les tienen se demuestra ya que, cuando Nelly regresó después de la muerte de su esposo, muchísimos clientes le llevaron flores para darle apoyo.
También tienen clientes que vienen a visitarlas desde varios rincones de la ciudad como Prados del Este, Montalbán, La Guaira, Los Teques y la urbanización Miranda, entre otros sectores. Algo que también hacen es ir a verbenas de colegios de la zona y a ferias como la de la Iglesia de La Tahona.

COORDENADAS:

  • Parque Agustín Codazzi. Urbanización Prados del Este. Caracas, Venezuela.

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