El mejunje

Conoce el universo inexplorado de los aceites esenciales

Formamos parte de una cultura que está acostumbrada a solventar las afecciones comunes con pastillas y jarabes fabricados por laboratorios. Sin embargo, no es un secreto para nadie que, hoy en día en nuestro país, conseguir un antialérgico, un analgésico o un digestivo en una farmacia es una tarea digna de los dioses del OlimpoMientras esta búsqueda tan frustrante sigue su curso sin resultados favorables, lo que comenzó como un malestar puede convertirse en un cuadro más complicado sin saber que la naturaleza nos ofrece sustancias que pueden perfectamente hacer frente a esos primeros síntomas y frenar la enfermedad.

aceites esenciales
fotos: pexels
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Cuando escuchamos hablar de aceites esenciales, nuestra mente se va directo al spa, los relacionamos con masajes, aromaterapia y relajación. Si bien estas sustancias tienen ese maravilloso uso, estudios científicos recientes demuestran que las culturas ancestrales tenían razón cuando los usaban para tratar afecciones comunes con éxito.

Estos líquidos son obtenidos de diferentes partes de las plantas como las hojas, las flores, semillas o raíces, mediante la destilación (con el uso del calor) o la extracción (presión en frío), que dan como resultado una sustancia llena de compuestos volátiles biológicamente activos en formas altamente concentradas que tiene beneficios terapéuticos en cantidades muy pequeñas.

Existen también versiones sintéticas, que son más económicas pero no tan efectivas y pueden contener compuestos alergénicos, por lo que es importante elegir aceites 100% puros, es decir, que no se hayan diluido, alterado o mezclado con otro tipo de sustancia que no sea otro aceite esencial.

Contacto multisensorial

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  • Inhalación: la forma más común y segura de aplicar los aceites esenciales es a través del olfato y se colocan unas gotas en agua caliente para inhalar el vapor. Los científicos han encontrado relaciones entre los aromas y la bioquímica del cerebro. De hecho, en 2002 se demostró que algunos aceites estimulan la actividad del sistema nervioso simpático, mientras que otros lo tranquilizan, lo que permite regular algunos procesos como el ritmo cardíaco, la dilatación de los vasos sanguíneos y la presión arterial.
  • Uso externo: algunos aceites pueden ser aplicados directamente en la piel mediante compresas o se pueden añadir al agua de baño para que penetren por los poros. Es importante, tener la indicación de un especialista, porque, por ejemplo, al aplicar aceites cítricos, no se debe exponer la piel al sol por 72 horas para prevenir manchas. Además, antes de aplicar el aceite en una zona extensa de la piel, es recomendable hacer una prueba con muy pocas gotas en una zona más reducida para descartar reacciones alérgicas o irritaciones.
  • Ingeridos: para usar los aceites esenciales como aditivo para las comidas o para tomarlos diluidos en agua, igualmente se debe contar con el experto ya que no todos los aceites pueden usarse de la misma forma. Antes de adentrarnos en los beneficios de los aceites esenciales es importante tener en cuenta que no deben ser aplicados en bebés, niños y mujeres embarazadas y que hay evidencia de que pueden causar adicción si son usados de forma incorrecta.

Alivian el dolor

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  • Dolor menstrual: por sus efectos antinflamatorios y cálidos, el aceite de incienso mezclado con un aceite portador como el de jojoba es perfecto para masajear el vientre en estos días del mes femenino.
  • Dolor de espalda: el aceite de gaulteria tiene efectos refrescantes, analgésicos y ayuda al estiramiento de la espalda. Por su parte, el aceite de lavanda tiene propiedades antinflamatorias tanto en los músculos como en los tejidos conectores. Además, es analgésico y tiene efectos sedantes, que ayuda al manejo del dolor, sobre todo el que está relacionado con el nervio ciático. Al mezclar alguno de estos aceites con jojoba o aceite de coco, un masaje en la zona afectada provee un alivio inmediato y duradero.
  • Dolor de cuello y hombros: al incienso y la lavanda se agregan gotas de aceite de manzanilla que también es antinflamatorio y relajante, y se aplica suavemente en el cuello para que la piel absorba sus componentes activos, mientras el olfato se encarga de inhalar el sedante aroma de esta combinación.
  • Dolor de rodilla: los aceites que más favorecen el alivio de las rodillas son el aceite de gaulteria porque alivia inmediatamente el entumecimiento; el aceite de romero, por sus efectos en la reducción del dolor de las articulaciones inflamadas y el aceite de jengibre, que en un estudio experimental, redujo el dolor, la rigidez y la inflamación de las rodillas de pacientes que reportaron dolor severo.
  • Dolor en los riñones: además del aceite de lavanda, se ha encontrado que el aceite de tomillo reduce los síntomas del dolor de espalda y calambres relacionados con afecciones de los riñones. Se puede masajear el área afectada varias veces al día con una mezcla de gotas de lavanda y de tomillo más un aceite portador.

Aliados de la presión arterial

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  • Aceite de pino: es rico en taninos y flavonoides, dos poderosos antioxidantes que previenen el desarrollo de enfermedades crónicas. Además es antinflamatorio y desintoxicante, por lo que favorece la función renal y al sistema circulatorio. Puede inhalarse mezclado con agua caliente o aplicarse directamente en la piel.
  • Aceite de perejil: si se administra sistemáticamente mantiene la presión baja o normal en pacientes con hipertensión crónica. Se aconseja diluirlo en aceite de oliva o almendra para aplicarlo en la piel.
  • Aceite de salvia: puede ser diluido en aceite de oliva o aceite de coco para condimentar algún alimento y aprovechar sus efectos en la regulación del metabolismo, que ayuda a deshacerse de grasas en el área abdominal, una de las primeras causas de enfermedades cardiovasculares.
  • Aceite de citronela: en 2015 se demostró que este aceite esencial reduce la presión arterial, disminuye el estrés y mejora el ánimo de los pacientes cardíacos. Es un aceite que puede mezclarse con aceite de eucalipto, limón, bergamota o cedro para aplicarlo tópicamente.
  • Aceite de flor de naranja: en 2012 se aplicó aromaterapia a pacientes con afecciones en el corazón con una mezcla de aceite de flor de naranja, lavanda, mejorana e ylang ylang y se reportó una reducción drástica de la presión arterial.

De refriados, alergias y otros temas respiratorios

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  • Aceite de eucalipto: es expectorante, alivia la sinusitis, aclara la garganta, ayuda con el asma y la tos con solo aplicar entre cinco y siete gotas en un vaporizador.
  • Aceite de orégano: tiene propiedades antialérgicas y expectorantes, que alivia los resfriados comunes cuando se inhala su vapor.
  • Aceite de ciprés: es descongestionante.
  • Aceite de mirra: es expectorante y protege al sistema inmune.
  • Aceite de incienso: calma rápidamente la tos.
  • Aceite de árbol de té: es expectorante y alivia el dolor de oídos originado por la congestión. Resuelven problemas digestivos
  • Aceite de hinojo: al masajear el abdomen con una mezcla de dos gotas de este aceite, dos gotas de aceite de manzanilla, dos de aceite de lavanda y seis gotas de aceite vegetal se facilita la digestión, se activa una acción antibacteriana alrededor del intestino, se previenen los espasmos digestivos y se eliminan los gases.
  • Aceite de jengibre: se usa para aliviar los gases y la diarrea, también con masajes en el abdomen.
  • Aceite de menta: se deben mezclar tres gotas con un aceite portador (limón, romero, geranio) y aplicar en la espalda para calmar la inflamación, el estreñimiento y la flatulencia.
  • Aceite de anís estrellado: calma la diarrea, alivia la indigestión, la flatulencia y los calambres de estómago cuando se mezclan cinco gotas con una cucharada de aceite de almendra y se masaje el estómago.

Activan el sistema inmunológico

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  • Aceite de clavo: se mezcla una gota con agua y se enjuaga la boca por un minuto antes de escupirlo para activar sus propiedades antimicrobianas, antimicóticas, antisépticas y antivirales.
  • Aceite de toronja: se puede mezclar con agua caliente como té para limpiar los riñones y proteger al sistema linfático.
  • Aceite de canela: protege al organismo contra bacterias y virus y se puede añadir una gota al café de la mañana.
  • Aceite de limón: para combatir virus, bacterias y hongos, se recomienda rociar el hogar con una mezcla de 20 gotas de este aceite con agua. Cuéntanos tu experiencia con aceites esenciales ¿has conseguido resultados efectivos que te han alejado de los medicamentos fabricados.

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