Cuvelier Los Andes, vinos franceses con ritmo argentino

Rolland se enamoró de Argentina, pensó en hacer el proyecto Clos de los 7 y con el terreno que encontró con 800 hectáreas, invitó a un grupo de amigos de Bordeux para que se sumaran a este proyecto ya que no podía realizar por sí solo.

Cuvelier Los Andes es un proyecto familiar del cual Michel Rolland es amigo de la familia Cuvelier y asesor consejero en Bordeaux de la propiedad familiar Château Léoville Poyferré y Château Le Crock desde el año 1983.

Gracias a los hermanos Jean Guy y Bertrand Cuvelier, empezaron con esta bodega en 1998, plantaron los primeros cuadros en el 99 y el primer vino Cuvelier Los Andes vio la luz en 2003. Demora 15 años para que una planta llegue a su madurez. Ahora tienen 55 hectáreas plantadas en producción y les sobran 10 hectáreas para plantar.

Baptiste Cuvelier: la segunda generación toma el mando

Hoy día, quien está a la cabeza de la marca es Baptiste, segunda generación de la familia Cuvelier y comparte que poco a poco han aprendido a entender y a trabajar mejor el terroir con el malbec ya que en Francia ellos trabajan con otra cepa pero aclara:

“Trabajamos con un know how y visión muy francesa fusionado con la experiencia de los enólogos argentinos quienes transmiten su conocimiento de la zona y del varietal malbec. No nos hemos vuelto locos. Nos mantenemos en lo que sabemos manejar y queremos producir vinos de muy alta gama. Queremos generar el primo argentino de Château Léoville Poyferré, lo que genera unos estándares muy altos”.

La producción de Cuvelier Los Andes es como se hace en Bordeux. Ensamblaje, una primera etiqueta que es Gran Vin y una segunda etiqueta que es el colección.

La marca tiene como clientes Argentina, Brasil, EEUU Y Baptiste comparte, mientras paseamos por los viñedos, que la gente está acostumbrada a tomar por varietal. Por eso, han creado al lado del Gran Vin, el Gran Malbec y al lado del Colección, el Malbec, el Cabernet y el Merlot.

“Si fuera solamente por mi, estaríamos produciendo exclusivamente el Grand Vin y el Colección: 60% malbec con cabernet sauvignon, merlot, syrah y petit berdot y el ensamblaje de gran vin que es similiar con la diferencia de que es una uva más concentrada con crianza más larga y con barrica más nueva. Gran Vin tiene más concentración más potencial de guarda y Colección tiene un poco más de facilidad para tomarlo”.

“El primer mercado es EEUU, segundo mercado Argentina y eso es un logro porque hay tantas bodegas antiguas y nosotros con muchos menos años hemos entrado a competir en el mercado de vinos Premium y súper Premium porque reproducimos nuestra manera de trabajar en Bordeux, solamente trabajamos con uva propia, es decir, no compramos uva ni vino a granel. Todo lo que sale de esta bodega ha crecido de nuestros viñedos. Para tener un vino de calidad hay que producirlo en casa”, comparte el bodeguero.

En este espacio todo es orgánico, de bajo rendimiento. La uva es de piel espesa con un tanino maduro y es lo que la marca intenta transmitir de la uva al vino.

Entre las proyecciones que hacen a cinco años, les interesa saber qué van a hacer y a plantar con los viñedos que tienen disponibles, así como qué hacer con la experiencia que han logrado a lo largo de estos años. También tienen claro que quieren continuar con el desarrollo biorgánico de este lugar.

La tierra en Valle de Uco es árida, muy arenosa, muy pobre donde la materia orgánica tiende a cristalizarse por las condiciones desérticas de la zona y con el manejo orgánico y biodinámico, con el riego que le brindan y el trabajo que le hacen, ven que ahora tienen una tierra orgánica que huele al humus que no cristaliza más la materia así que la están aprovechando y la van a rentabilizar quizás sembrando otras cosas como tomate, frutillas, menta, cereales, etc. Primero porque va a brindar complejidad al vino y con tratamiento orgánico y manual, pueden lograr que entre una uva gratuita en la bodega. Ese sería el objetivo económico y agrónomo.

La colecta en Cuvelier es 100% manual. Es un trabajo mucho más preciso, eliges qué racimo vas a cortar o cuál desechas. Lo más importante es la materia prima y así están seguros que se cosechan los racimos en buen estado y bien maduros.

A veces, se rectifican varias veces para que haya una madurez homogénea. La cosecha mecánica puede ser más rápida pero no garantiza que la selección sea la mejor ya que entran hojas, caracoles, etc.

Baptiste revela:

“Nuestra clave es equilibrio y balance. Sí tengo mucho alcohol en mi vino es porque es uva concentrada, con alto rendimiento, con una concentración de azúcar importante, una fermentación completa. Tengo unos taninos bien maduros, aromas fuertes que me mantienen en balance. Lo complicado es mantener la acidez por los cambios de la temperatura”.

Al momento de cosechar se enfocan en la acidez y en Bordeaux ellos se enfocan en la madurez.

Las colectas siempre se hacen de día. Lo que se cosecha en la tarde con uvas calientes se coloca en un espacio que las refresque para que al día siguiente, quienes las van a seleccionar se encuentren con una uva fría que no se haya oxidado. Y en la tarde se procesa lo que se ha cosechado frío en la mañana.

Cuvelier hace microvinificación, lo que significa que los enólogos ensayan diferentes técnicas de vinificación, desarrollan potenciales nuevos vinos, todos con alta calidad.

La bodega produce al año 300.000 botellas anuales de las cuales 150.000 van a Clos de los 7 donde se hacen blends con las otras bodegas del grupo: Monteviejo, DamiAndes y Bodega Rolland.

Alfredo Quiroga: el jefe de los viñedos

Cuando es temporada de vendimia, los recolectores de uva caminan entre los viñedos con vista a los imponentes Andes nevados, y seleccionan las mejores uvas que serán procesadas en Bodegas Cuvelier Los Andes.

Cuando los cestos están llenos, se montan en unos camiones y por cada cesta, Alfredo Quiroga, jefe de viñedos en Cuvelier, le entrega al recolector una ficha. Al final de la semana, todas las fichas obtenidas son canjeadas por el pago final de su trabajo. En una semana se pueden recolectar alrededor de 300 a 500 cestas.

Respecto a este año, comenta que a pesar de los cambios climáticos por el fenómeno de “El Niño” ha sido un poco difícil el proceso pero que por la altura que se encuentran todo ha salido casi a la perfección y de hecho no tienen casi preocupaciones.

Han aplicado varios tratamientos fitosanitarios preventivos y curativos que mantienen la vid en orden y equilibrio.

Quiroga es de Tunuyán y tiene quince años trabajando en la bodega. Ha hecho de todo: coloca palos, alambres, riega, poda y considera que las mejores añadas para esta bodega han sido 2004, 2007, 2010, 2011, 2012 y, como todo mendozino, lo que más le gusta es el malbec.

Adrián Manchón: el enólogo

Adrián pertenece al equipo desde enero de 2005 y fue en marzo de ese mismo año cuando pudo experimentar, por primera vez, qué terroir y micro terroir tenían para poder advertir el potencial de estas viñas.

Sobre las mejores añadas con las que ha contado la bodega comparte: “Acá en Argentina, y particularmente en Vista Flores, Mendoza las añadas son bastante regulares. Por ello, es un poco difícil aplicar el concepto de millesime o añada como en Bordeaux, pero tengo una preferencia por las añadas impares y en particular la 2009 que me da gran placer. Ya casi no queda en los mercados de esta añada, pero cada tanto pruebo nuestro stock, que guardamos desde la primera añada, y siempre me sorprende gratamente el 2009 y en particular nuestro Grand Vin”.

Cuando se le pregunta sobre qué características presenta un vino para que sea digno de Cuvelier con la firma de Manchón responde:

“¡Ah! estas son las preguntas que más me gustan! A pensar con el corazón. Honestamente, cuando tomé este desafío en una pequeña bodega familiar de tradición francesa como la Familia Cuvelier, de Bordeaux, me sumé porque solo haríamos vinos de alta gama en esta tierra única y maravillosa, y esta es mi pasión. Inmediatamente, al probar las uvas en ese marzo de 2005, me di cuenta del potencial que había. Luego todo fue más fácil: pasión, sensibilidad, alegría, equipo, al decidir cada instante que acompaña la vinificación y el vino final que solo debe entregar lo mismo con lo que fue creado, pasión, alegría, placer. No hay recetas mágicas, hay que sentir con simpleza pasión y alegría, una buena pizca de locura y el vino te lo devuelve en la copa. Puef concluir que la firma no es ni más ni menos que esto. Tiene personalidad y muestran el cariño con que los hacemos en equipo”.

Hace poco, la bodega acaba de estrenar su nuevo vino: El Cuvelier Los Andes 2012 que no es otra cosa que todo lo anterior concentrado en solo 3000 botellas, pues en la etapa final de la crianza de los mejores lotes en barricas, hacen una degustación de barrica por barrica, y solo aquellas que se destacan entre la multitud, diez en este caso, están presente dentro de estas 3.000 botellas extraordinarias.

Este “EL” es un vino que habla por sí mismo, fineza concentración, elegancia suprema, y extraordinario potencial de guarda. Un vino que te deja pensando.

¡Santé!

Si quieres conocer más sobre la marca:

• www.cuvelierlosandes.com
• Instagram: @cuvelierlsandes
• Vale la pena visitar la bodega, hacer una cata y quedarse a almorzar