Curiosidades

Devoción en Venezuela ¿Por qué nos convertimos en devotos?

Devoción. Según la Real Academia Española es la prontitud con que se está dispuesto a dar culto a Dios y hacer su santa voluntad. En Venezuela son muchos los devotos de las Vírgenes y los santos. Cuando se preguntan anécdotas, no falta quien con orgullo quiera compartir sus experiencias y, al preguntarles la razón de su devoción, no hay mucho misterio en ello pero sí un punto en común: la tradición familiar

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Foto portada Rosaura Gonzalo, cortesía de Patricia Vivas
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Crecer en un hogar donde siempre hay una imagen de la Virgen es la referencia que viene a la mente cuando la vida te pone a prueba y necesitas pedirle a una fuerza suprema que interceda por ti a cambio de algo. No necesariamente son personas que van a misa todos los domingos, pero sí son creyentes y respetuosos de la vida espiritual.

Algunas experiencias son más fuertes que otras pero todas afianzan la fe del creyente. Aquí las tres primeras de muchas experiencias bonitas sobre la devoción en Venezuela y que casualmente coinciden con la Vírgen del Valle:

Patricia Vivas y las mariposas amarillas

Cuando Patricia Vivas se iba a casar con su novio Luis Monteverde, fue a la iglesia María Auxiliadora y la experiencia no fue nada positiva. “De hecho, las cosas no se dieron para que me casara ahí”, cuenta y continúa: “Nos fuimos al colegio Belén y yo no sabía que ahí había una imagen grandísima de la Virgen del Valle. Toda mi familia es devota de ella. Cuando entré, me encantó esa capilla sobre todo con la presencia de esa imagen y dije que tenía que casarme ahí. Ese día ya no tenían la agenda en la mano y no me podía anotar; así que al llegar a mi casa, pensé en la Virgen del Valle y le dije Bueno madrecita, si Luis y yo estamos destinados a casarnos ahí, que así sea y lo puse en manos de ella. Yo había reservado la fiesta para el día 18. Mi mamá fue al día siguiente de nuestra visita y resulta que habían tomado el día 17 y el 19 pero el 18, contra todo pronóstico estaba libre. Y así fue, nos casamos ahí”.

La historia no termina ahí. Cuando Patricia estaba embarazada de su primera hija, María Ignacia, ella le había prometido a la virgencita ese embarazo. Pensó que había quedado embarazada la primera vez que lo intentó, pero al final no sucedió. Confiesa que cuando uno está en esa etapa de buscar bebé y no concibe, la sensación es muy frustrante. Con fe, ella y su esposo siguieron intentando. En una siguiente ocasión sintió que tenía los mismos síntomas, el cuerpo reaccionaba con los síntomas de un embarazo y pensaba “Yo no puedo estar tan loca que me siento que estoy embarazada y no lo esté”.

Una vez más recurrió a la fuerza divina y pidió: “¿Madrecita, será que tú me puedes ayudar o darme una señal de si estoy embarazada o no?” Entonces, ese fin de semana, le dijo a Luis que tenía cuatro días de retraso y que aunque eso no necesariamente significaba algo, no aguantaba más y sin decirle a más nadie, se fue a la clínica El Ávila y se hizo un examen de sangre. De regreso a su casa, se estacionó en la bomba de gasolina de Los Naranjos y llegó una señora con un montón de estampitas. Patricia confiesa: “Yo me asusté porque no me la esperaba. La señora me dijo “Toma, te regalo esta estampita”. Le dije, que muchísimas gracias pero la verdad no tenía para pagarle y aún así me dio la estampita de la Virgen de la Caridad del Cobre y me respondió “Te la regalo, esta la necesitas tú”. Llegué a la casa y le conté a mi esposo. Se suponía que en dos horas me enviarían los resultados pero no sucedió. Llamé al día siguiente, un domingo, y pregunté si tenían los resultados. Me lo enviaron por correo y el resultado era positivo”.

Por último, pero no menos importante, Patricia comparte su más reciente experiencia: desde hace un año tenía en mente la idea de tatuarse una mariposa amarilla como las que pinta la artista Rosaura Gonzalo en sus cuadros con imágenes de la Virgen del Valle. “Yo sentía que eso me daría más vida, más fuerza, es algo que me mueve, lo necesitaba conmigo. No sé, representa a mi familia y me la quería hacer en el pie izquierdo. Mi esposo estaba negado y me decía que la Virgen no necesita que me tatúe para que ella sepa que la adoro».

Patricia quedó embarazada de su segundo hijo y aprovecha para confesar que siempre le ha rezado a la «Vallita» por sus hijos. Un día revisó la historia de Rosaura donde cuenta la razón por la que incluye en sus cuadros mariposas amarillas. Al parecer, la virgen no se dejaba pintar con mariposas azules y en una aparición de la Virgen aparecieron rodeadas de mariposas amarillas. Cuando Patricia leyó el relato, vio que la fecha de la aparición fue la misma fecha en que nació su hijo Rodrigo y para ella, esa idea de este hermoso insecto era una señal de la protección de la Virgen del Valle hacia su hijo.

Alejandro Garrido: 

Alejandro Garrido es un venezolano radicado en Panamá y comparte su historia: «Una vez un doctor de apellido Palazzi me operó los dos tobillos ya que padezco de hemofilia y sus consecuencias me estaban afectando las articulaciones. Al finalizar la operación, mis tobillos no estiraban y había perdido la movilidad por completo. Inmediatamente pensé que no iba a caminar o volver a nadar profesionalmente y ahí le pedí a la Virgen del Valle que me ayudara a caminar y nadar. En modo jocoso agrega: «Pude volver a hacer ambas cosas aunque se me olvidó pedirle a la Virgen que también pudiera correr de nuevo por tal razón ya no lo puedo hacer pero mucho tiempo después, en un cruce del Orinoco y el Caroní a nado, le pedí de nuevo que me diera fuerzas para terminar la carrera e inmediatamente sentí una recuperación por dentro indescriptible que me ayudó a llegar a la orilla. Después de ese día llevo a mi Virgen del Valle en el pecho, con orgullo como promesa que le ofrecí.

Al preguntarle el porqué de su petición a la «Vallita», Garrido responde: «Porque un día fui a Margarita y de ahí me enamoré de ella. Sentí algo especial y diferente. Yo quería mucho y me identificaba con la Rosa Mística por un milagro que vi de ella pero no sé, fue amor de madre sin que te digan que esa es tu mamá».

Cuando la Virgen te dice que tu papá está bien

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Verónica Hernández, desde Panamá, también revela su historia: «Mi papá era del San José de los Teques pero de adulto no le gustaban ni los curas, ni las iglesias, ni nada. Él solo era devoto de la Virgen Del Valle. Durante un tiempo fue el secretario general de la universidad Santa Maria y el encargado de todas las graduaciones. Murió de cáncer y un día, mientras imprimían los títulos se dieron cuenta que entre título y título, salió esta imagen. Ese día comprendí que estaba muy bien».

Esta es nuestra primera experiencia pero queremos contar más ¿nos ayudas?

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