Vida sana

El imperdonable desperdicio de los alimentos

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para el año 2050 la producción mundial de alimentos deberá incrementarse en un 70% para abastecer el aumento previsto de la población. No obstante, la Comisión Europea estima que cada año se desaprovechan más de 1.300 millones de toneladas de alimentos, es decir, 1/3 de la producción mundial.

día mundial de la alimentacion
Publicidad

Reducir los desperdicios alimentarios es uno de los mayores retos de las organizaciones no gubernamentales en el mundo. Al tirar comida desperdiciamos recursos valiosos, porque resulta caro comprarla y eliminarla. La comida tiene una huella ecológica alta en carbono.
Se necesita demasiada energía para que crezcan los alimentos, se cosechen, se transporten, se procesen, se empaqueten, se vendan al detal y se preparen, y por consiguiente todo el proceso tiene un grave impacto en nuestro planeta.
Las pérdidas y desperdicio de alimentos no solo representan, desde una perspectiva global, una oportunidad desaprovechada de alimentar a una población mundial que va en aumento, sino que, en el actual contexto de crisis económica, en el que países como Venezuela atraviesan momentos difíciles y se ha incrementado el número de personas en situación de vulnerabilidad social, la reducción de este desperdicio alimentario sería un paso preliminar importante para combatir el hambre, mejorar el nivel de nutrición de las poblaciones menos favorecidas y prevenir enfermedades no transmisibles como la diabetes y la hipertensión.
De acuerdo a la FAO el desperdicio de alimentos se define como el descarte de alimentos aptos para el consumo y está relacionado esencialmente con malos hábitos de compra y consumo, así como por una inadecuada gestión y manipulación de los alimentos.
El desperdicio alimentario, en el marco de la fase de consumo, puede a su vez generar los siguientes tipos de desechos:
• Desechos evitables: Alimentos y bebidas que están en perfecto estado para ser consumidos pero se eliminan.
• Desechos potencialmente evitables: Alimentos y bebidas que a pesar de ser comestibles y estar en estado óptimo de consumo, algunas personas los consumen y otras no, dependiendo de cómo se preparen o se elaboren, por ejemplo lo que se deja en el plato después de comer.
• Desecho inevitables: Residuos de alimentos o bebidas que no son comestibles en circunstancias normales (huesos, cáscaras de huevo, pieles de algunos productos).
Tenga en cuenta que más allá del impacto mundial de los desperdicios alimentarios, existen implicaciones económicas que pueden determinar el éxito o el fracaso de un negocio, o el gasto relevante en el presupuesto familiar. Los costos de los desperdicios son los primeros que deben ser atendidos. En primer lugar, es importante prestar especial atención en los costos asociados a la comida que se debe tirar por estar vencida: tenga en cuenta que no es sólo el valor de los insumos vencidos, a eso debe sumarle una fracción de los costos de energía que se invirtieron durante el almacenamiento y si tiene un negocio, el costo por mano de obra de su recurso humano.
La esencia de una gestión eficaz de desperdicios radica en implementar las tres R: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Las tres R son muy evidentes en varias fases del proceso de la cocina (sea un restaurante o una cocina doméstica).
Manténgase alerta ante los desperdicios y enfoque su estrategia en reducir el margen de los desperdicios en todas las áreas posibles optimizando cada paso:
1. Compra: debe tener un control a tiempo real de sus existencias y productos vendidos.
2. Almacenamiento: debe tener una visión general de las existencias utilizando un mejor sistema de etiquetado de fechas y aplicando la regla “Lo primero que entra es lo primero que sale” (FIFO en inglés).
3. Preparación: prepare la comida cuando esté seguro de que se va a consumir y de este modo no preparará en exceso. Planifique el menú de la semana de todos los integrantes de la familia y considere aquellas ocasiones en las que comen fuera de casa.
4. Las raciones y el desperdicio en el plato: si las raciones son correctas, evitará que sobre demasiada comida en el plato y su cocina producirá menos desperdicios. Vale la pena recordar que las raciones demasiado grandes suelen acabar en la basura, ¡no siempre en el estómago del comensal! Un control de las raciones preciso es clave para reducir el desperdicio y aumentar la rentabilidad.
5. Eliminación: aprenda a eliminar de manera eficiente los desperdicios que quedan en el plato y elimine los residuos orgánicos de manera sostenible.
6. Sea creativo y aproveche al máximo los recursos: los desperdicios son un efecto secundario inevitable de cocinar. Por consiguiente, el uso creativo de los desperdicios no es un nuevo concepto. Algunos de los platos más famosos del mundo tienen su origen en intentar reutilizar los desperdicios.
A cada paso, explore dónde genera más desperdicios y plantee un plan de acción inmediata para su reducción. Mantenga un monitoreo constante de manera que pueda medir el impacto de sus acciones, involucre a todos los actores de la cadena (empleados y familiares) y así contribuir a disminuir el imperdonable desperdicio.]]>

Publicidad
Publicidad