Vida sana

¿Es posible salir a comer con niños y que prueben nuevos alimentos?

La mayoría de los padres piensa que salir a comer con sus hijos pequeños es una tortura. La verdad no tiene que ser así; al contrario, esa experiencia la pueden usar para compartir y enseñar a sus hijos a probar platos nuevos

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Fotos: Freepik
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Lo primero es olvidarnos de los menús infantiles pues lo único que ofrecen es pasta con queso, hamburguesas o nuggets con papas fritas. No soy nutricionista, pero no creo que sea muy saludable; además, no les abre el abanico de oportunidades que tienen a la hora de sentarse a la mesa.

A esto le sumo un estudio que realizó la Universidad de Chile que indica que la familia promedio en Latinoamérica sale a comer fuera de casa entre tres y cuatro veces por semana. Estos mismos estudios concluyen que los que siguen este estilo de vida, toman muchos más refrescos, comen menos vegetales y frutas, que se traduce en que consumen más grasas y calorías que las familias que por lo general comen en sus casas.

No está mal comer en restaurantes, pero trata de hacerlo de una forma mucho más saludable para ser cuidadoso a la hora de escoger lo que comes y lo que ordenas para tus hijos.
Algo nuevo
Si queremos que los niños estén dispuestos a comer y probar nuevos platos o ingredientes, debemos manejar la situación, en condición de padres, desde un principio, con tranquilidad y naturalidad, pues la relación de los infantes con la comida debe ser lo más sencilla posible desde el minuto cero. Sería genial que ellos mismos pudieran elegir qué y cuánto quieren comer.

Si se sabe aprovechar, podemos enseñarles a los pequeños en el arte de comer poco a poco.

Esta práctica la comencé con mi primer hijo y ya establecimos como familia, un reto de probar un producto a la vez: una nueva mezcla de jugos, una salsa diferente, una forma nueva de cocinar su comida favorita o un acompañante diferente; la idea es que puedan tener opciones y no, si no nos gusta, no debamos pedir otro plato, pues se traduce en gastar más dinero. Otra opción es pedir el plato nuevo para compartir y así todos prueban lo mismo.

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Para que los padres lo tengan presente:

  • Cuando veas que el niño está preparado para probar algo nuevo, deja que se sirva la cantidad más pequeña que pueda. Recuerda que este es un gran paso para él, pero no es garantía de que le vaya a gustar.
  • Enséñales cómo se llama eso que están probando por primera vez y explícales (brevemente) cómo lo has preparado. Intenta sonar neutral y no muy insistente, como si no te importara si lo prueba o no.
  • Dale opciones para que escoja lo que prefiera probar.
  • Ten mucha paciencia.
  • Premia con un alago el paso que acaba de dar.

Una opción para el hogar
Hay un método que descubrí hace poco que acabo de implementar con mi hijo pequeño y he tenido algunos progresos para que coma ciertos alimentos. Se llama el método Baby Led-Weaning y consiste en poner a su alcance alimentos variados en el que sean ellos mismos quienes decidan qué elegir y cuánto comer. De esta manera prueban nuevas texturas, diferentes sabores y combinan los alimentos como más les gusta en casa.

Recuerda que cada niño es completamente diferente, el no forzarlo hace que las cosas fluyan y que ambas partes –niños y padres- no se frustren.

Lo más importante es que los pequeños, al final, seguirán el ejemplo que les damos. Ábrete a lo nuevo y demuéstrales las maravillas que pueden descubrir.

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