Vida sana

¿Estamos comiendo para ser hipertensos?

La hipertensión arterial es un a enfermedad silenciosa y mortal que afecta cada vez más personas en el mundo como consecuencia de estilos de vida sedentarios y alimentación de mala calidad. Lamentablemente, sus consecuencias afloran cuando ya es prácticamente imposible detener la enfermedad por lo que cada año las Organizaciones de Desarrollo Social invierten tiempo y acciones voluntarias en materia de prevención

hipertension arterial
Foto portada: misionsalud.com
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De acuerdo al más reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la pre-valencia creciente de la hipertensión se atribuye al aumento de la población, a una mayor expectativa de vida y a factores de riesgo relacionados con el comportamiento, como la dieta poco saludable, el uso nocivo del alcohol, la inactividad física, el sobrepeso o la exposición prolongada al estrés.

Las consecuencias de la hipertensión para la salud son complejas porque muchos afectados tienen además, otros factores de riesgo que aumentan la probabilidad de infarto al miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal. Entre esos factores de riesgo se encuentran el consumo de tabaco, la obesidad, la hipercolesterolemia y la diabetes.

La hipertensión es una afección en la cual la presión en los vasos sanguíneos es continuamente alta.

Para nadie es un secreto que nuestra alimentación a migrado hacia alternativas hipercalóricas y con un alto contenido de sodio y azúcar, lo que repercute de manera negativa en nuestra predisposición a padecer las complicación de la Tensión Arterial Elevada (TAE). Estas dietas, son frecuentemente consumidas por nuestros niños y adolescentes, por lo que la probabilidad de ser hipertensos a muy temprana edad es real y sucede con mucha más frecuencia de la que me gustaría comentar.

Si bien es cierto que desde hace varios años la OMS ha realizado recomendaciones específicas del consumo de sal, la verdad es que cuántos de los que amablemente leen estas líneas, contabiliza ¿cuánta sal consume a los largo del día?

sal, nueva york, menú

La OMS recomienda una ingesta de sal de 5 g/día, lo que equivale a 2 g sodio/día.. o en términos más prácticos: una cucharadita para todo el día!

Nuestra cultura gastronómica está cargada de sal como ingrediente para realzar los sabores, y nuestro paladar ya se ha entrenado para consumir casi tres veces más de lo recomendado (según cifras de la Fundación Bengoa) comemos queso blanco varias veces al día y nos acostumbramos a incorporar sal a la masa de las tradicionales arepas, empanadas y bollitos. Si preparamos perico o incluso unos huevos revueltos, agregamos una generosa cantidad de sal y por si fuera poco, llevamos el salero a la mesa, permitiendo la posibilidad de agregar “un poco” más al plato servido.

salsas

Por otra parte, están esos alimentos que llevamos a casa y que no consideramos como fuente natural y obvia de sal. Por ejemplo, salsas y aderezos, margarina, mayonesa, galletas (dulces y saladas), pasapalos comerciales que se consumen durante fiestas o reuniones familiares y en grandes cantidades y otros menos obvios como alimentos “Light” o “ligeros” que son bajos en grasa pero que tienen un elevado contenido de ingredientes a base de sodio y que finalmente contribuyen a esa ingesta diaria que no contabilizamos.

La verdad es que hay poco debate sobre las fuentes “inadvertidas” de sodio y las campañas en medios sociales están centradas en mensajes que invitan a reducir el consumo en casa cuando se preparan las comidas. El término “sal” aparece en las etiquetas sin embargo, parece pasar desapercibido y pocas veces es asociado con el porcentaje de sodio total que contiene el producto. Tenga en cuenta que muchos de los aditivos para extender la vida útil del producto son compuestos que contienen sodio, por lo que mucho del que usted consume no proviene de la sal común.

Lamentablemente no tenemos la costumbre de leer las etiquetas, así que comemos más sodio del que creemos de manera inadvertida.

A continuación comparto con usted una serie de aditivos que son de uso común en la industria alimentaria y que contribuyen a su consumo inadvertido de sodio:

  • Carbonato de sodio (E500): se utiliza como antiaglomerantes y corrector de acidez.
  • Nitrato de sodio (E251): se utiliza como antimicrobiano por lo que brinda estabilidad y extiende la vida útil de muchos productos.
  • Nitrito de sodio (E250): se utiliza como conservante y estabilizador.
  • Sulfato de sodio (E514): se utiliza como estabilizante.
  • Tetraborato de sodio (Bórax) (E285): Se utiliza como conservante y antiséptico natural.
  • Fumarato de sodio (E365): se utiliza como sustituto de la sal común y corrector de acidez.
  • Sorbato de sodio (E201): se utiliza como conservante natural al ser un derivado del ácido sórbico (E200) que es extraído de las bayas del árbol Azarollo.
  • Benzoato de sodio (E211): se utiliza como conservante, puede ser de origen natural o sintético, siendo este último más tóxico pero más económico.
  • Sulfito de sodio (E221): se utiliza como conservante en una amplia gama de alimentos y bebidas.

Las mismas fuentes predominantes de sodio en la dieta de la mayoría de los consumidores son alimentos procesados industrialmente y estos también contienen altas concentraciones de azúcar añadida, cuyo consumo podría ser más fuerte y directamente asociado con la hipertensión y el riesgo cardiometabólico.

La evidencia científica sugiere que los azúcares añadidos, sobre todo la fructosa, pueden aumentar la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la demanda de oxígeno del miocardio, contribuyendo a la inflamación, resistencia a la insulina y la disfunción metabólica. Por lo que no sólo contribuye con el sobrepeso y la obesidad sino también con esas enfermedades no transmisibles como la hipertensión.

Dado que la mayoría de los alimentos procesados y ultraprocesados son más económicos, su consumo es bien extendido en las poblaciones de recursos más limitados, lo que crea un círculo vicioso entre probreza-malnutrición-enfermedad.

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La OMS recomienda que la ingesta diaria de azúcar sea inferior a 25 g/día, tenga en cuenta que una lata de gaseosa aporta 35 g, por lo que la tarea requiere medidas extremas.

Al igual que el sodio, el azúcar puede pasar desapercibido luego de una lectura rápida de etiquetas, por lo que comparto ahora algunos otros nombres de ingredientes y/o aditivos que son esencia “azúcar”, algún derivado o simplemente su metabolismo es similar y por lo tanto contribuye tanto o más que cuando le agregas azúcar a tus comidas o bebidas:

  • Sacarosa
  • jugo de caña
  • Miel de caña
  • Dextrosa
  • Fructosa
  • Jarabe de maíz (rico en fructosa)
  • Glucosa
  • Miel
  • Azúcar invertida
  • Maltosa
  • Melaza
  • Papelón
  • Azúcar morena

Tenga en cuenta que de esta lista quedan exentos los alimentos como frutas y vegetales que siendo ricos en frutosa, contienen una cantidad de fibra tal, que dosifica el ingreso del “azúcar” a tu sistema.

Fruta

Las carnes curadas y los embutidos son otros alimentos que debemos ingerir con moderación pues contribuyen a un consumo excesivo de grasas saturadas. Un estudio reciente concluyó que al menos en el caso de las mujeres evaluadas, el consumo de carnes rojas aumentó un 35.6% el riesgo de padecer de TAE en mujeres que comían 1.5 o más porciones diarias.

El consumo de más de 30 ml de alcohol diariamente eleva la presión arterial en forma permanente. Este incremento será mayor si usted es fumador y/o si tiene el colesterol elevado. Tenga en cuenta que el aporte calórico de algunas bebidas alcohólicas contribuye al sobrepeso en algunas personas, por lo que el riesgo de TAE se duplica.

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Incorpore a su plan de alimentación más frutas y vegetales, sustituya las bebidas gaseosas por infusiones naturales y re-aprenda a comer y a “querer” lo que es bueno para usted.

Súmele puntos a su salud, incorpore rutinas diarias de ejercicios cardiovasculares (30 minutos diarios o más) y abandone sus viejos hábitos como el cigarro y el alcohol. Tenga en cuenta que usted es modelo para los más jóvenes de la familia, regálese la oportunidad de disfrutarlos con buena salud y mucha energía, para que sean largas y alegres historias por compartir.

¿Estamos comiendo para ser hipertensos? ¿Usted qué opina? Y mejor, ¿Qué planea para hacerlo diferente a partir de hoy?

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