Gente del oficio

Finca Dos Aguas: hortalizas listas para comer desde hace 30 años

Sabemos cómo funciona: abrir el empaque y servirse la ensalada, lista, sin necesidad de lavar, pelar, rallar ni picar nada, solo agregarle un aderezo y a comer. Comprar vegetales presentados de tal forma que nos faciliten la vida es un producto común hoy en día, en nuestras neveras y las de los supermercados Sin embargo, a principios de la década de los 80 cuando el señor Eduardo Stein y su esposa – ingenieros agrónomos formados en Europa- decidieron comprar una finca por los lados de El Junquito y dedicarse a la producción y venta de hortalizas limpias y empacadas eran de los pioneros en el país. Finca Dos Aguas tiene exactamente 30 años y comenzaron con espárragos y endivias hasta convertirse en lo que es hoy: una agroindustria alimentaria con casi 300 empleados que producen además de las lechugas –con las que hacen sus famosas ensaladas empaquetadas- hortalizas como vainitas, calabacines, zanahorias, maíz, pimientos de padrón, berenjenas, tomates tipo cóctel, rabanitos y una cantidad de hierbas que en pequeñas bolsitas se venden también listas para el consumo. Decenas de personas sembrando o cosechando se pueden ver por las laderas que conforman la Finca Dos Aguas a más de 1400 metros sobre el nivel del mar. Perfeccionar sistemas de riego y de cuidado en ambientes protegidos para todas esa variedades de hortalizas requiere mucho tesón -eso sin contar todos los obstáculos que hoy en día supone proveerse de semillas y agroquímicos en Venezuela, pero allí están y siguen creciendo. Eduardo Stein asegura que quisiera simplificar los procesos, pero sigue innovando y lanzando al mercado nuevas variedades. Por estos meses están probando con unos rabanitos bebé que son un gusto a la vista y al paladar y la famosa Kale que hoy está de moda por sus grandes propiedades para la salud.

Fotos: Juan Toro
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Frase_bms “No podemos dejar de incluir nuevos productos… si no lo hacemos pensamos que es un fastidio para nosotros y para el consumidor también. No todo aquí es número o rentabilidad, también queremos disfrutar lo que hacemos”. En la sala donde se empacan la albahaca, menta, yerbabuena, estragon, cilantro, tomillo, orégano, eneldo, romero, mejorana, ciboulette, el perejil rizado y la rúgula los aromas son intensos y cada hoja que llega a la bolsita bien cuidada. “Cuando sembré esto la primera vez –dice Stein refiriéndose a la rúgula-pensé que le gustaría a los cuatro italianos que había en Caracas… nunca pensé que sería la yerba que más se vende”. La rúgula y la ensalada Europea que podrían calificarse como productos gourmet nunca se habían vendido tanto como hasta ahora.
Finca.Dos.Aguas.BMS
“Comenzamos con la Europea que la llamábamos ensalada gourmet y luego fuimos incorporando a la variedad, la Americana, la Verde mix y la Baby mix. Las primeras ensaladas salieron en el año 1993”. El proceso para convertirse esas mezclas de lechuga en un producto de consumo listo para comer, requiere de cuidados estándares de calidad, de agua muy fría que previene la oxidación y de una selección, clasificación, lavado, secado, chequeo y cortes que todavía no son atendidos en su totalidad por máquinas. En sus galpones que huelen a yerba recién cortada, Stein se pasea por toda la línea de producción advirtiendo hasta los más mínimos detalles. “Nosotros siempre hemos hecho una muy fuerte selección, rechequeamos incluso después del lavado, queremos los más altos estándares de calidad”. Actualmente solo venden en la zona central del país y venden la lechuga lavada para los restaurantes Miga’s, eso supone aproximadamente 59.000 Kg netos empacados al mes. “En América Latina yo me atrevería a decir que en consumo de ensalada, los venezolanos somos los que más consumimos per capita, incluso más que Colombia y en Brasil que son mercados que conozco” asegura Stein desde su Finca Dos Aguas, todavía con mucho por recorrer.

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