Restauración

Clásicos de siempre: El restaurante francés Laserre

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He crecido en la capital y desde que tengo memoria, me han hablado del Lasserre como uno de los mejores restaurantes del país. Después de muchos años teniéndolo en mi lista, tuve la oportunidad de ir con unos amigos y, finalmente, pude constatar por qué este espacio da tanto de qué hablar

Tenía, muchas expectativas de lo que iba a encontrar ahí: desde la oferta del menú, hasta los domos de plata que, supuestamente, tapan los platillos y manjares. Leyendas urbanas, no pasó. Algunas expectativas se cumplieron, otras no. Sin embargo, la experiencia sí valió la pena.

Ubicado en la urbanización Los Palos Grandes, es un sitio que por fuera no parece la gran cosa pero, luego del franquear la puerta, la sensación es otra: un viaje a una época no tan remota.

Un pianista ambientaba el espacio desde una esquina, al lado de la barra, mientras el maître nos cantaba la carta. Maderas oscuras y pinturas al estilo clásico cubrían las paredes. La mejor imagen que se me ocurre es que parece un restaurante sacado de El Gran Gatsby. Pude imaginar personas reunidas, ataviadas con pieles y sombreros. Hombres de negocios que, botellas al frente, cerraban pactos o contratos, en tanto corría el aire denso por el humo de tabaco.

La carta, por la situación actual que enfrenta el país, estaba limitada. La falta de ingredientes y materia prima está afectando a todos los negocios. No había foie gras, ni lenguado ni pato, por decir algunas cosas. Así, que el menú se vio reducido sencillamente a las recomendaciones del maître. Sin embargo, las opciones tan exquisitamente descritas por él, no decepcionaron. Como entrada probamos unos langostinos crocantes en masa filo y salsa de ciruelas, una terrine de salmón y bisqué de langostas. De segundo: un estofado de lapa, medallones de venado en salsa de vino tinto, mero en salsa de champaña y guayaba, y el famoso pollo Kiev de Lasserre.

Una de las cosas que me dejó un poco fuera de base fue, siendo un espacio tan formal y elegante, fue la oferta tan tradicional y hasta casera. Es contradictorio que el vino sea decantado en jarras de cristal y ofrezcan tastevin para catarlo, pero que las técnicas de preparación sean tan poco innovadoras. Me hubiese gustado ver mejores presentaciones y recetas más creativas, más proporcionales a toda la parafernalia del lugar. No obstante, no por eso quiere decir que la comida estuviera deficiente. Muy lejos de eso. El pollo Kiev estaba jugoso, crujiente y la mantequilla mezclada con las hierbas era como un bálsamo de dioses.

Los langostinos estuvieron geniales, la salsa lo hizo todo. Algunas cosas, como el terrine y el bisqué estuvieron perfectamente adecuados, pero nada sobresalientes. Hubo un puré de castañas de acompañante, que parecía dulce de leche, y para mí, fue uno de los mejores sabores de la noche.

Referente a los postres: sencillos, tradicionales, pero excelentes. Si algún día van o vuelven a Lasserre, el pie de queso con mora es una obligación. Fue el mejor cierre para una noche tan agradable y, cualquier falta que haya habido, se perdona.

Me parece pertinente compartir con ustedes que la atención y el servicio están a estándares internacionales. Hasta el chef salió a conversar con nosotros —cosa muy común en lugares de este calibre. Es una lástima que la gastronomía en Venezuela se vea limitada por los constreñimientos económicos que padece el país, pero a la vez es un alivio saber que todavía existen comedores que, a pesar de la situación, mantienen un nivel.

Lo que me tenía más asustado era la cuenta. Para mi sorpresa, no fue de paro cardíaco. Sobre todo por la locura de los precios en este momento. Con decir que probablemente en un lugar de sushi, que los rolls ya están costando hasta Bsf.600, se puede gastar más que en Lasserre.

Y, a pesar de que ya no utilizan los domos de plata para servir la comida, la experiencia que se vive es algo diferente y que se debería probar al menos una vez en la vida. Por lo menos darse el gusto de salir bien vestidos y arreglados de las casas, sentirse bien atendidos y disfrutar del pie de mora.

Iguana Tips
Vestimenta formal: hombres en pantalón y chaqueta, corbata opcional. Mujeres estilo coctel.
Probar: pollo Kiev y Pie de Mora
#iguanómetro 9/10

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