De temporada

Lo que esconde el conejo

Envueltos en papeles o pintados en colores llamativos, los huevos de pascua se han convertido en un juego agradable, reconciliador y tradicional. La excusa perfecta para disfrutar en familia

Foto: publicdomainpictures.net
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 Los huevos de pascua, esconden una tradición amplia que se mantiene hasta la actualidad. Su origen proviene del simbolismo entre la vida y la fertilidad, los cambios, las renovaciones, la resurrección, agradecer y el nuevo amanecer.

Esta tradición se remonta a la época de los faraones en Egipto y los reyes de Persia, hace miles de años antes de Cristo. También las culturas celtas celebraban con huevos adornados la llegada de equinoccio de primavera, pero fue con el cristianismo que esta tradición se fomenta y extiende.

Antiguamente, estos huevos eran bañados en cera líquida para su conservación, ya que funcionaba como un manto protector, práctica que luego fue cambiando hasta la decoración de los huevos que permanece hasta la actualidad.

Así mismo, existen diferentes cuentos (especialmente de Centroeuropa) donde el conejo trae los huevos y luego los esconde para que los niños más afortunados los encuentren, y una vez que lo hagan, sean recompensados con gran prosperidad para el resto de sus días.

En España (específicamente en Cataluña y Valencia) se conocen como las “monas de pascua”. “Mona” viene del  vocablo monus y significa ofrenda. Estas se regalan a los niños después de la resurrección de Jesús, durante la Semana Santa. Sin embargo, este huevo no es de chocolate y generalmente no está decorado con pinturas y lazos, sino que,  se encuentra envuelto dentro de un pastel.

Se realiza mediante la preparación de una masa a base de harina de trigo, levadura, aceite, azúcar y huevo, que se mezcla hasta llegar a una contextura maleable pero no pegajosa con la que se hacen bolas en las que se introducen por cada una un huevo sancochado sin desconchar, para luego hornearlo y decorarlo al gusto.

Actualmente los huevos de pascua de chocolate han reemplazado a los típicos huevos cocidos que luego se pintan y decoran, y aunque esto pueda ser bueno para algunos pero antipático para otros, el huevo de chocolate lleva más de 100 años en las pastelerías del mundo, conjugándose hasta el día de hoy como la forma popular de su festejo, que sin discusión, mantiene historias renovadoras y fantásticas acerca del significado de la fertilidad, la vida, la resurrección y el agradecimiento.

Por ello, celebrar la vida, es la mejor recompensa para todas las pascuas que son representadas por huevos de diferentes estilos y formas.

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