Los dulces los vuelven locos
Por lo general, ningún niño se resiste a una chupeta, un chocolate o una torta y se debe a que todos aman los dulces. De hecho, creo que la mayoría de los adultos también y me incluyo de primera en la lista
Por lo general, ningún niño se resiste a una chupeta, un chocolate o una torta y se debe a que todos aman los dulces. De hecho, creo que la mayoría de los adultos también y me incluyo de primera en la lista
Como adultos entendemos que el azúcar nos da unos picos de insulina que nos aceleran un ratico y después caemos en un bajón terrible. Pero en realidad ¿Sabes qué le pasa a los niños cuando ingieren mucho azúcar?
Lo primero que se dice es que los niños se vuelven hiperactivos y, en el caso de mis hijos, he notado la diferencia sobre todo en el menor. Cuando investigo observo que las opiniones están divididas: algunos expertos afirman que el consumo de azúcares simples como dulces, bombones y galletas sí puede generar hiperactividad, ya que estos ingresan al torrente sanguíneo rápidamente y se absorben de la misma manera por lo que aumenta la energía del niño. Sin embargo, la relación entre el azúcar y el comportamiento del niño hiperactivo ha sido investigada en estudios cuyos resultados han sido negativos.
Entre batas e inyectadoras
En el área clínica cuando se consume de forma exagerada y no se gasta toda la energía, esta se almacena en forma de grasa y eso puede generar aumento de peso en el niño. Lo más importante es el descontrol porque se obliga al páncreas a producir más insulina para absorber una pequeña cantidad de azúcar en la sangre y si esto ocurre de forma repetitiva, se genera un desequilibrio que puede hacer que el niño sufra de hipoglicemia y si no se controla, generará diabetes más adelante.
El problema, según estudios internacionales recientes, es que la población infantil consume cinco veces más golosinas que hace 20 años. Además, los dulces de ahora poseen una gran cantidad de aditivos artificiales nocivos para la salud.
Su ingesta debe ser diaria pero moderada. Incluso pueden ser de tres cucharadas al día, según los nutricionistas.
¿Y ahora?
Muchos padres, de forma errada, creemos que el azúcar es necesario para los niños porque les brinda energía que los hace más activos y dinámicos.
Yo cometí ese error porque mi mamá me enseñó que un chocolatico antes de un examen o una presentación me ayudaría con la concentración. Siempre creí en eso hasta que una psicopedagoga me dijo que le evitara los dulces a mi hijo mayor. Lo probé y el cambio fue del cielo a la tierra, sobre todo en su concentración; tanto así, que él evita los dulces, jugos artificiales y refrescos desde la semana antes de sus exámenes.
Si tenemos en cuenta que como padres debemos trabajar en positivo, podemos:
No todo lo que brilla es oro
Hace poco le comenté a una chef, que solía dar a mis hijos yogurt de una marca conocida. Me comentó que revisara bien la etiqueta y me daría cuenta de que lo que comían no era tan sano como parecía.
Así que, cuando hagas mercado, tómate el tiempo para examinar las etiquetas cuidadosamente y así escoger productos ricos y saludables. Si puedes prepararlos en casa con todo tu amor será mejor.