Hacemos país

Los estragos de la “dieta venezolana”

Para nadie es un secreto que la disponibilidad de alimentos durante el pasado 2016 dejó una huella imborrable en los venezolanos. No hubo tregua durante la Navidad y a pocos días del estreno de 2017 las penurias para encontrar alimentos siguen como si nada. La dieta va más allá de la comida: hay dieta emocional y hambre de buenas noticias

dudas
Foto: asier_relampagoestudio / Freepik
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La llegada del 2017 parece haber pasado desapercibida para muchas familias venezolanas, pues ya el lunes 2 de enero se podían apreciar largas colas en las puertas de supermercados y abastos para continuar la rutina instalada en el 2016: conseguir los pocos alimentos disponibles, al mejor precio posible para llevar a la casa, con un presupuesto golpeado por una inflación que tampoco tomó descanso durante la Navidad.

Con honestidad, quedo casi sin palabras ante las incesantes consultas de quienes me escriben a través de las redes, preguntando si esto o lo otro se puede comer, o qué se puede usar para sustituir nutrientes tan esenciales como las proteínas de alto valor biológico que se encuentran en productos como la carne, los huevos y los lácteos, productos que para muchos hogares, prácticamente desaparecieron del radar.

Venezuela es el único país donde un kilo de caraotas puede ser más caro que un kilo de carne de res. Con semejante legado, este año no pinta mejor que el anterior y como decían algunos analistas económicos a principio del 2016: “Extrañaremos el año viejo”.

Lo cierto es que en esta “economía” necesitamos ser impecables con el gasto del presupuesto familiar, no sólo para honrar los compromisos adquiridos, sino para tratar de mantener lo básico: alimentación física y emocional sin un orden especial pero con la premisa de mantenernos vivos durante los próximos 12 meses.

Si logró honrar buena parte de sus deudas al final del año pasado, mantenga el ritmo y evite endeudarse más de lo necesario.

Sé que algunos analistas financieros recomiendan endeudarse, pues ante semejante inflación lo que compre hoy duplicará su valor en pocos días pero, este año, planifique bien con qué se endeudará, pues podría estar viviendo un estilo de vida que ya no puede pagar y eso genera un estado de frustración tal, que desmotiva hasta al más optimista de la casa.

El CENDA en su última publicación del 2016 (única disponible al momento de escribir esta publicación) reseñó que el poder adquisitivo del venezolano se calculaba en 7%, lo que significa que con el salario mínimo, los venezolanos solo podían honrar el 7% del total de la canasta alimentaria (una diferencia de casi 12% anualizada).

Por su parte, las sociedades médicas dan cuenta de los estragos que causa la crisis en materia física y emocional y algunos especialistas han reportado un repunte de enfermedades autoinmunes, así como cuadros de depresión aguda que pueden terminar en demencia y otros trastornos mentales. En consecuencia, los alimentos se han convertido en el sujeto de mayor angustia y endeudamiento de la familia venezolana, por lo que considero apropiado que diseñe su estrategia para evitar que el desgaste físico y emocional le pase factura a usted o a algún miembro de su familia, pues enfermarse es otro lujo que pocos pueden afrontar por estos días.

Fijando como foco la salud, es importante que pueda trazar una estrategia que le ayude a mantener hábitos saludables en el binomio mente-cuerpo y a continuación, me permito con mucho respeto compartir algunas ideas que espero les resulten aplicables en su cotidianidad:

1. Practique la alimentación consciente:

Esto podría resultar fantasioso, pero créame que este es el mejor momento para apagar el “piloto automático” a la hora de comer.

Elabore un menú para la semana con lo disponible, trate de incluir en al menos una comida, una porción de proteína (carnes, huevo o lácteos) del tamaño de la palma de su mano (sin los dedos) y acompáñela con un carbohidrato y una buena cantidad de vegetales (crudos y cocidos).

Coma despacio, mastique por completo cada bocado, así aprovechará mejor los nutrientes y la sensación de saciedad llegará un poco antes de terminar de comer. Evite saltarse las comidas, pues los ayunos prolongados alteran su equilibrio.

2. Cultive y coseche: No me refiero a un huerto en la azotea, me refiero a mantener las relaciones en armonía con amistades y en especial con la familia. Quizás ya no pueda hacerlo alrededor de la mesa, pero hay incontables actividades con las que podrá cultivar sus relaciones y cosechar alegrías en el futuro no muy lejano.

Sé que en estos tiempos lo que provoca en encerrarse y esperar que todo pase, pero como ni usted ni yo sabemos cuándo será eso, lo invito a llamar a esos amigos que tiene tiempo sin saludar, visite a los mayores de la familia y abrácelos tanto como pueda, los abrazos tienen un poder increíble: Gracias a la Resonancia Magnética Funcional se ha observado que cuando abrazamos a una persona (por la cual no sentimos atracción sexual ni enamoramiento) liberamos oxitocina, hormona que disminuye los niveles de cortisol y adrenalina – las llamadas “hormonas del estrés” –y nos hace sentirnos más relajados.

4. Viva con gratitud: El agradecimiento activa la región encefálica que produce dopamina y estimula la producción de serotonina (llamada también la hormona de la felicidad), el mismo efecto que tienen los fármacos como el Prozac.

Agradecer es una magnifica terapia antidepresiva, así que comience a enlistar todas las cosas por las que usted debe estar agradecido, incluya aquellas cosas que aún no se materializan, pues eso le dará el impulso necesario para ajustar la ruta y encaminarse al logro.

Comenzar cada día pensando en todas las cosas por las que está agradecido es una forma de poner su mente en el camino correcto.

También recuerde que su futuro depende en gran medida de sus pensamientos actuales. Así que cada momento de cada día es una oportunidad para cambiar su forma de pensar y fomentar su capacidad de pensar y sentirse más positivo a futuro.

3. Equilibre su trabajo con algo que le guste: Y si eso le reporta algún tipo de ingreso mejor aún. Muchos talentos quedan opacados cada vez que llegamos a la dinámica laboral. Por muchos años mantuve una academia de baile y por allí pasaron cientos de personas que descubrieron en el baile una afición y un talento inexplorado. Luego de varios años, colgué las zapatillas pero encontré en la cocina y en la escritura un nuevo amor, así que estoy realmente agradecida por descubrirme cada día.

Aprenda a cocinar si eso le apasiona, escriba, pinte, haga caminatas, recite poesías, cante, enseñe a otros ese oficio que seguro tiene guardado en el baúl de los recuerdos. Todos tenemos algún talento que podría hacer vibrar nuevamente nuestro corazón.

4. Si tiene algún excedente, inviértalo en educación: La formación académica o el complemento de la misma, la realización de algún programa de formación en oficios o artes, aprender un nuevo idioma o la realización de estudios de postgrado serán siempre la mejor inversión que puede hacer en usted y en los miembros de su familia.

La educación tiene efectos comprobados en el bienestar individual y colectivo. Algunos autores aseguran que el grado en que un individuo disfruta de su trabajo es directamente proporcional a su nivel de formación, con lo cual se espera que las personas puedan tomar mejores decisiones en aspectos relacionados con su salud o estilo de vida.

Espero que estos humildes consejos puedan colaborarle en labrar un mejor recorrido a lo largo de este año que recién comienza, recuerde que lo mejor es vivir un día a la vez.

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