Degustación

Madrigal, cocina mediterránea con sabor a Panamá

Cuando se trata de satisfacer al paladar, al igual que los demás sentidos, el chef Andrés Madrigal sabe conjugar la armonía perfecta entre buen sabor y buena experiencia. Con paciencia y pasión le abre las puertas a todos los turistas que visiten Panamá en su restaurante Madrigal, un espacio para todos sean parte de la realeza

Fotos Alejandro Cremades
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El chef Andrés Madrigal nació el 10 de agosto, justo el día en que se conmemora a San Lorenzo, el patrón de los cocineros. Desde su nacimiento, los astros sabían que la mantequilla, la sal y Andrés iban a ser buenos amigos. Madrigal viene de la tierra del “olé” y su acento español y pasión al hablar lo delatan. También su pelo largo con personalidad propia.
Desde joven empezó a trabajar en el oficio de la cocina para ganar algo de dinero. Tiempo después le agarraría el “gustico”.
En 1996 recibió su primera Estrella Michelin mientras trabajaba en “El Olivo”, un restaurante de Madrid. Desde entonces ha dirigido otras seis cocinas, pero no todo queda en los platos que sirve a los clientes. También ha plasmado sus recetas y pensamientos en libros, entre ellos: La cocina de Andrés Madrigal, que ganó a Mejor libro del Chef Salón Internacional Perigueux, Placeres de alcoba y Cocina con sentidos.
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“La mejor forma de sentir la cocina es transformar una idea en algo que perdure en la memoria. Sed curiosos…”
Andrés Madrigal sabe hacer del paladar el mejor aliado de la memoria. Él conjuga su originalidad con las recetas que lleva hasta la mesa. Prueba de ello es el restaurante Madrigal en el Casco Antiguo de Panamá. Las paredes rojas del lugar han sido testigos de los aplausos de muchos. La lista de quienes se han sentado a probar sus creaciones van desde el rey y la reina de España, Felipe y Letizia, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, Mark Zuckerberg hasta el actor Robert De Niro y el venezolano Edgar Ramírez.
Y es que no hay que saber demasiado de gastronomía para darse cuenta de que en cada bocado imprime su pasión por lo que hace.
“Pero es que cómo no le vamos a rendir tributo a los alimentos si los seres humanos pasamos el mayor tiempo si comemos tres veces al día, durante toda nuestra vida”, comenta Hector Soucy, quien por cierto es socio de Andrés en el conocido restaurante del Casco Antiguo.
La propuesta culinaria en “Madrigal” se pasea por platos mediterráneos hechos con ingredientes panameños. Todos los días hay un menú nuevo. Buns de calamares, caldereta Mallorquina, trilogía de conejo, cochinillo Lechal, magret de pato, son algunas de las opciones para degustar en el lugar.
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El cocinero no solo ha sabido mezclar ingredientes, también ha sabido crear tendencia en Panamá. Andrés no cree en modas, sí en buenos sabores: “A mí siempre me ha encantado las sardinas. Así que un día me puse a inventar y salió un plato magnífico. Quienes lo probaron preguntaban qué era. Nadie creyó que fueran sardinas. Un mes después muchos chef lo añadieron a su menú”, comenta. A partir de allí comenzó a ser tendencia. Dice entre risas que los dueños de otros restaurantes suelen preguntarle a su distribuidor “qué esta pidiendo Madrigal” para ellos saber qué deben comprar.
La dupla: Soucy y Madrigal
Todo comenzó cuando Hector Soucy, cocinero, presentador gastronómico y papá del actual socio de Andrés, se encontraba de visita en Madrid. Entró a un restaurante y ordenó. Después de terminar pidió que llamaran al chef del lugar para felicitarlo. Cuando salió Andrés, Soucy le dijo: “Tú no cocinaste lo que yo comí, mírate la pinta. Esto es una burla, que salga el verdadero creador”. Pero el mal entendido terminaría en algo mejor que gritos, en amistad. Desde entonces, no se separaron. Más tarde se animaron a trabajar juntos.
Unos años después la familia Soucy se convirtió en un buen aliado del español. “Elegimos Panamá porque es un país que está creciendo mucho. Hay buen clima y público”, dice Héctor Soucy (hijo).
El turismo y la gastronomía van de la mano. En estos momentos muchos aprovechan que el mundo tiene los ojos puestos en esta tierra tropical. Hoy en día Andrés y Héctor están convencidos que su mayor aporte a los visitantes del lugar es que coman rico.
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