De exportación

Mérida dice presente en el restaurante de Gucci en Italia

Al principio de su carrera, el merideño Marko Sterlicchi no sabía ni diferenciar el cilantro del perejil. Actualmente es uno de los chefs de partida sel restaurante Gucci Osteria, que forma parte del circuito del mejor restaurante del mundo, la Osteria Francescana  Para llegar de Venezuela a Italia se necesitan recorrer aproximadamente 8.633 kilómetros, pero para formar parte de uno de los restaurantes del prestigioso chef italiano Massimo Bottura se necesita perseverancia, amor por la cocina y mucho talento. Hoy en día, la cocina del restaurante Gucci Osteria, ubicado en Florencia, tiene como chef partie a Marko Sterlicchi, un cocinero venezolano de tan solo 28 años que demostró que si bien la profesión que escogió implica  mucho sacrificio, al final del día, el único límite siempre será el cielo.

Fotos: Cortesía.
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El viaje del joven Marko en el mundo gastrónomico inició hace más de 20 años en la provincia venezolana caracterizada por su páramo, sus dulces abrillantados y la amabilidad de su gente. El merideño compartió que su pasión despertó como amor a primera vista en la cocina de su abuela gracias al aroma que se desprendía de los sartenes donde freían plátanos maduros. Posteriormente, durante la adolescencia, Marko comenzó a cocinar preparaciones criollas de la mano de su mamá y su hermana, Yitsa Smitter, quien se destaca por ser una gran cocinera y pastelera.

Años después, cuando Marko tenía que tomar la decisión sobre qué estudiar en la universidad, se inclinó por la industria de la hostelería. No obstante, no pudo dejar a un lado su pasión por los fogones y, en sus momentos libres, realizó sus primeras prácticas de cocina en el restaurante Ksamigos en Mérida del chef Antonio Amarista.  «Aunque no lograba diferenciar entre cilantro y perejil, mi corazón había decidido ser cocinero”.

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Luego de Ksamigos, el venezolano continuó cosechando experiencias y aprendizajes en las cocinas merideñas de Tinto y Melao con el chef Antonio Gamez,  de La Casa del Páramo con el chef Carlos Serrano y Melao Restaurant con el chef Issam Koteich, donde se desempeñó durante dos años como sous chef antes de mudarse al continente europeo.

Al llegar a Italia, Marko solicitó unas pasantías en la Osteria Francescana de Massimo Bottura y, luego de insistir un par de veces, fue aceptado por tan solo un mes. Sin embargo, al pasar los 30 días, sus pasantías fueron extendidas por seis meses más, los cuales se convirtieron en la mejor experiencia que el venezolano ha vivido hasta la fecha. De esta manera, Marko tuvo la oportunidad de formar parte del laboratorio de producción, entradas y pastelería del mejor restaurante del mundo según de The World´s 50 Best Restaurants of 2018 .

Al finalizar ese período, el cocinero se fue a trabajar a Francia en el restaurante de dos estrellas Michelin, La Grenouillere. Y, aunque fue una experiencia maravillosa, Marko expresó que el hecho de extrañar tanto a Italia fue un motivo suficiente para regresar. “Gracias al contacto y amistad que he mantenido con la familia de Osteria Francescana recibí la oferta para trabajar como jefe de partida en Gucci Osteria . Ya tenemos ocho meses desde que abrimos las puertas, ha sido una bellísima experiencia, con mucho trabajo, sudor y tanta satisfacción. Para mí es un sueño trabajar bajo dos de los máximos referentes del arte italiano Gucci (moda) y Bottura (cocina) ”. 

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Hasta la fecha, Marko ha logrado trabajar con cocineros de distintos países como México, Canadá, Alemania, Senegal y Bolivia; así como de varias regiones de Italia. Este intercambio cultural le ha permitido vivir una valiosa e interesante experiencia llena de técnicas y sabores que lo ha enriquecido tanto en el área profesional como personal. A su vez, Marko compartió que cada semana un chef de Gucci Osteria prepara una comida típica de su país y, por supuesto, las arepas de reina pepeada y de carne mechada son las favoritas de muchos.

Si bien Marko es el único venezolano dentro de Gucci Osteria, el joven de 28 años no solo ha logrado transmitir su ADN criollo con las arepas, sino también con la positividad de su trabajo dentro de una profesión “dura y sacrificada”. Igualmente, expresó que, como todo venezolano, se caracteriza por ser optimista ante cualquier situación, por esforzarse cuando está cansado, por nunca faltarle una sonrisa en su cara y por sus ganas de “echarle pichón” cada mañana. “Además, lo importante siempre será divertirse, para mí más que un trabajo es un estilo de vida”.

Y ¿cómo es la cocina de Gucci Osteria? Marko describió que el restaurante está cargado de buenas energías las cuales vienen dadas por el gran equipo humano liderado por la chef residente Karime López.  Ella se ha encargado de conducir al equipo del restaurante de Bottura por el camino de la excelencia, firmeza y pasión por cada uno de los platos que se preparan a diario.

Desde la cocina de su abuela con aroma a tajadas hasta la cocina inmersa en los jardines Gucci en Florencia, Marko definió su estilo culinario como una conjugación entre sus raíces latinoamericanas y los matices europeos en constante evolución. Asimismo, como sus más grandes influencias, el venezolano mencionó a los chefs Issam Koteich (Venezuela), Franca Camerucci (Italia), Andrea Ribaldone (Italia), Alexandre Gauthier (Francia) y, por supuesto, Massimo Bottura (Italia).

A pesar de encontrarse dentro de la cocina de uno de los chefs más prestigios del mundo y de haber ejecutado exquisitas preparaciones, para Marko su plato más emblemático es el ceviche “atizanado” de trucha que preparaba cuando era el chef de La Casa del Páramo en Mérida. El joven explicó que las truchas se pescaban a menos de cinco kilómetros del restaurante y que ya venían fileteadas para ser condimentadas al momento con una fresca leche de tigre y con frutas tropicales que recordaban el perfume que reina en las fruterías de Venezuela.

Como planes a futuro, Marko seguirá trabajando y dando lo mejor de sí en Gucci Osteria. De igual forma, afirmó con certeza que nunca olvidará de dónde proviene y les recomendó a los jóvenes venezolanos que están en los primeros pasos de esta profesión entender el sacrificio y la dureza del oficio y a comprender que la esencia de todo es poder ser cocinero antes de ser chef. De esta manera, solo el cielo podrá ser el límite de sus sueños. “Más que la clave del éxito creo en la clave de la felicidad que para mí es hacer lo que me gusta. Si estás a gusto contigo mismo y feliz con lo que haces el éxito se convierte en algo natural”.

La Osteria Francescana logró el primer lugar en el ránking mundial 50 Best Restaurants que se ha impuesto como el más prestigioso. La lista completa de galardonados se puede leer pinchando aquí 

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