Vida sana

Navidad libre de prejuicios

Las Navidades son sinónimo de cenas, meriendas, almuerzos temáticos y un sin fin de encuentros donde la comida es el principal protagonista. Para los que viven con régimen especial de alimentación, estos son tiempos de mucho estrés, pues pocas veces prestamos atención a sus requerimientos, apostamos por lo tradicional, que rara vez es libre de gluten, o de lácteos y mucho menos de azúcar

gluten free
Foto: Freepik
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Hallacas, pan de jamón, ensalada de gallina, dulce de lechosa, tortas, panettone y galletas son productos que para un celíaco, una persona con alergia a los lácteos, diabéticos o incluso intolerancia a la lactosa pueden ser sinónimo de malestar por varios días.

Lo cierto del asunto es que para quienes tenemos alguna restricción alimentaria, salir a comer en espacios no controlados significa dos cosas: pasar por maleducado pues la tendencia a decir “no gracias” es la más frecuente o caemos en la tentación de probar algo del menú con la ya conocida consecuencia: distensión abdominal, cefaleas y otros malestares.

Estoy consciente de que cuando no hay en la familia una persona con algún tipo de restricción alimentaria, estamos poco atentos a esta circunstancia. Yo he vivido por muchos años cerca de personas con alergia e intolerancia alimentaria y más de una vez tuvimos que “correr” para llevar algo que sí pudiéramos comer para evitar el mal rato de tener que negarnos a compartir con la familia y los amigos.

La Navidad es tiempo de compartir pero, para muchos ese “compartir” puede ser una diatriba entre sentirse mal o quedar mal con los otros… una decisión compleja que no le deseo a nadie Con tantos diagnósticos de sensibilidad alimentaria, creo que ya es hora de que tomemos acciones y podamos brindar mayor empatía con nuestros invitados. Por ejemplo, en las invitaciones, pregunte si alguno de los asistentes tiene algún tipo de restricción alimentaria. Créame, esto puede hacer la diferencia.

En la mesa dedique un espacio para esos detalles que pudo comprar y que fueron pensados en esos invitados que no pueden comer “de todo”. Si tiene invitados celíacos o con alergia a la leche, consúltele qué puede servir en la mesa, dónde comprarlo y cómo colocarlos para evitar la contaminación por contacto cruzado, lo que significaría que, aún a pesar del detalle, pudiera no ser apto para su condición.

La contaminación por contacto cruzado es el mayor reto de las personas con hipersensibilidad alimentaria, pues muy pequeñas cantidades pueden desencadenar malestares que van de moderado a grave. Actualmente en el mercado se pueden encontrar varias alternativas bien hechas y que poco tienen que envidiarle a las versiones tradicionales.

Eso sí, prepárese a pagar un poco más pues la mayoría de estos productos requieren ingredientes que son poco comunes o requieren más pasos para su elaboración. Luego de un breve recorrido por las tiendas especializadas, pude constatar que el producto más costoso es el pan de jamón, cuyo valor puede oscilar entre Bs. 12000 y 15000, en presentaciónes de 300 a 500 gramos. La razón es muy elocuente: el pan tradicional esta elaborado con trigo, lleva leche y también azúcar.

Si quiero una versión libre de gluten, lácteos y azúcar debo invertir un poco más para obtenerlo pues la sustitución tiene su arte. Las tortas y galletas suelen tener precios más accesibles que dependen de la cantidad que quiera llevar. Lo mismo sucede con un panettone pequeño (ración para una persona) que puede alcanzar los Bs. 2500 y un paquete de galletas puede estar cerca de Bs. 3000.

Las hallacas son el otro plato fuerte de la mesa tradicional venezolana por lo que aquí los retos suelen ser mayores, especialmente porque en nuestro país tenemos muy pocas opciones de harina de maíz libre de gluten (una paradoja la verdad) así que las hallacas deben ser elaboradas a la manera tradicional: pilando el maíz, lo que supone un trabajo adicional que merece ser honrado por quienes deciden elaborarlas de esta manera.

Algunas personas deciden prepararlas con masa alternativa mediante el uso de tubérculos. Confieso que quedan realmente deliciosas, así que es cuestión de creatividad impulsada por el deseo de mantener la tradición a pesar de alguna restricción, fenómeno que admiro cada vez más, en especial cuando nos situamos estratégicamente en Venezuela y las ya conocidas dificultades para conseguir alimentos. Algunas que puedes encargar a través de las redes oscilan entre Bs. 4000 y Bs. 6000, cada una.

Los vegetarianos, veganos y todas las variantes que comen sin productos de origen animal han desarrollados estrategias adorables para mantenerse firmes a la tradición y a sus preceptos. Así encontraremos hallacas vegetarianas y veganas deliciosas, que le invito a comer (sin prejuicios). Para las ensaladas preparan deliciosos aderezos libres de huevo y lácteos que si no se lo notifican con antelación, les aseguro que no se darán cuenta. Todo es cuestión de probar.

La pieza maestra es la sustitución del pan de jamón que para los más tradicionalistas puede suponer lo impensable. Sin embargo, he tenido el placer de probar deliciosos enrollados de vegetales que con un gusto increíble me han dejado con ganas de probar más. Tienen pasitas y aceitunas como el tradicional y lo único que cambia es el jamón. De nuevo, sin prejuicios, creo que vale la pena darse de gusto de probarlos.

Si tiene varios invitados con restricciones alimentarias y quiere mantener el presupuesto controlado, mi recomendación es que compre algunas alternativas libres de gluten y las combine con recetas que naturalmente son apropiadas para la sensibilidad de su invitado.

Una ensalada fresca con trocitos de pollo y frutas y un aderezo simple con sal, pimienta y limón puede ser un magnífico sustituto para los que no pueden comer la tradicional ensalada de gallina. Los vegetales salteados y enrollados, también le harán honor a su gentileza. Si su invitado no puede comer cerdo, sustitúyalo por pavo o pollo y piense siempre en aquellas personas que deben comer con poca sal o sin azúcar.

Tenga a mano algunas opciones apropiadas para ellos, les aseguro que el gozo en su corazón al ver su cara de alegría compensará cualquier sacrificio previo. ¡Bendiciones y mucha luz para Venezuela!

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