Cuando eres foodie, te conviertes en referente para muchos sobre dónde ir a comer y, una de las preguntas más comunes es dónde se consigue un sitio bueno, bonito y barato. La respuesta es siempre la misma: "Barato se acabó. Aquí hay estándar y caro". Sin embargo, en estos tiempos, puedo hacer una excepción y decir que existe Piola Caffe
Esta iniciativa del chef Alex Wertenstein (Spice, Yakitori y Spice Market en Panamá) junto a su socia Hanny Nessim, fue pensada para que la gente pudiera darse un gusto, comer sabroso, de forma honesta sin arruinar el presupuesto del mes. Por eso, pizzas, ensaladas, sándwich de carpaccio, clubhouse e incluso unos tequeños maracuchos que vienen del famoso Club Náutico de Maracaibo forman parte de la oferta.
Una carta con smoothies y bebidas refrescantes donde se incluye papelón con limón y esta nueva onda de jugos con diversas frutas y vegetales contribuyen a quienes se quieren cuidar mientras comen sabroso.
Una de las cosas fantásticas del lugar es que precio / tamaño / calidad van de la mano y abre la posibilidad para degustar varias cosas. Las pizzas tienen la particularidad de que no son ni muy delgadas ni muy gruesas y los bordes están cubiertos con lluvia de ajonjolí. Entre los distintos sabores, tienen una con crema y vegetales como alcachofas y champiñones que merece la pena probar, aunque Wertenstein le tiene devoción absoluta a la de peperoni que realmente le queda muy sabrosa.
Otra ventaja que ofrece este lugar es que hay posibilidad de pedir la comida para llevar y mientras usted va en camino, se la preparan para que cuando llegue no tenga que bajarse del carro sino que se lo llevan para que siga su destino.
Por último, pero no menos importante, aquí los postres son de «gordito». Si se quiere dar un gusto de verdad, verdad, entonces puede comerse las cazuelas con galleta chocolate chip horneada y helado, un fondant de chocolate o algo más ligerito como una panna cotta de yogurt con frutos rojos que está súper sabrosa y refrescante.
Ya salir a comer no tiene por qué ser una limitante y vale la pena darse estos gustos cuando no quiera cocinar.
Coordenadas para comer bueno, bonito y razonable:
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