Así somos, con gusto

Radiografía gustativa de un maracucho

Después de tanto pensarlo, en Bienmesabe llegamos a la conclusión de que los maracuchos merecen un homenaje por su importante aporte al mundo de la cocina en Venezuela. Hay que admitirlo: tienen mucho que enseñarnos sobre creatividad gastronómica, recursos, ingredientes y combinaciones a la hora de desayunar, almorzar y cenar. Aquí, nuestro diagnóstico fiel sobre la radiografía del sabor marabino, único en su especie

Ilustraciones: Shakira di Marzo
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Aunque tengamos la fiel creencia de que todos los maracuchos se ven como el hombre gozón de la portada de este artículo, sabemos que hay una creciente generación de maracuchos cool que nada tienen que ver con esa imagen del zuliano, y que se dedican a reinventar el hecho gastronómico cada día sin reproducir ese distorsionado estereotipo del lugareño «vergatario».

Sin embargo, a sabiendas de la evolución y afinación global que tienen estos nuevos hombres y mujeres, los maracuchos parecen derretirse por las mismas comidas fritas, desbordadas y abundantes de siempre sin importar sexo, color de piel, estatus social, edad o preferencia sexual. Esto hace que el resto de los habitantes del país permanezcamos fascinados ante la osadía que tienen los maracuchos a la hora de comer, además de las nuevas prácticas culinarias que adornan esos momentos tan esperados como el desayuno, la merienda, el almuerzo, el postre y la cena.

Desayunemos

Los maracuchos aseguran que lo mejor de empezar el día es comer. Al despertar, tal como lo hacen muchos venezolanos, el café es la primera opción y muy al contrario de lo que puedan pensar algunos, los maracuchos prefieren un guayoyo o café con leche a lo sencillo, antes de algo muy elaborado como un moka con crema chantilly, como podrían delirar algunos, comenta Hugo Daniel Sánchez, editor de la revista Tendencia:

«El maracucho se para de la cama listo para un café con leche. No latte, no macchiato… un café con leche, sin espuma y sin métodos de colado elegantes»

Después de su café, el maracucho se prepara para comer cualquier variante de fritura que abarca desde tequeños, pastelitos pipo, empanadas, arepas o mandocas con queso matera. La mandoca, es una fritura que viene de la mezcla entre plátano, papelón y harina de maíz (aunque puede variar de hogar en hogar). La arepa tumbarrancho es otro clásico para el desayuno; esta es una arepa re-frita rellena de repollo, mortadela, queso, mayonesa, ketchup y todo lo que se te ocurra añadir. Con respecto a los pastelitos, la salsa tártara es un fijo y de bebida, la Coca- Cola o la Malta son los mejores aliados. Aquí no existe eso de un «juguito».

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El maracucho tiene tal apego a sus costumbres culinarias, que cuando conversas con uno que lleva mucho tiempo fuera de su ciudad natal, recuerda con seguridad que nada en este mundo puede equiparar el sabor que recogen allá en su “república”, así lo admite Marianni Tinaure, que lleva cinco años en Caracas:

«Lo que pasa es que los pastelitos de acá nunca van a ser como los de Maracaibo porque el queso de allá es una verga machetérica. Porque tu muerdes el pastelito y a ese queso le sale un agüita y un salaíto que no existe en otro lugar del mundo» – Afirma Marianni mientras le truena el estómago 

Es importante resaltar que cuando el maracucho se refiere a algo “machetérico” es algo «machete» a nivel exponencial. Es decir, algo absurdamente increíble, insuperable e inmejorable. Los brunchs también se han puesto de moda en muchos locales de la ciudad y ahora más con el empoderamiento de los millenials, que hasta le dicen brunch al pabellón criollo, asegura Sánchez.

«Hay varios locales ya en la ciudad que apuestan al domingo como su día más visitado. El más divertido ha sido el de Briu Café. Además, ahí descubrí el «café cítrico» con jugo y jalea de parchita», Comenta el arquitecto

Hugo Daniel también hace mención especial a las empanadas de papa y queso que venden en los supermercados De Candido, lugar en el que se arman grandes colas con la esperanza de conseguir al menos, la última pieza.

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Merendemos

Daniel Franco, experto conocedor gastronómico maracucho y colaborador de la casa, comenta que la Red Velvet sigue imponiéndose como merienda, aunque la periodista Marianni, recuerda que en su casa se estilaba mucho la galleta de huevo o galleta pegada.

«La galleta de huevo es como una polvorosa pero más suave y de color amarilla. La galleta pegada es una galleta parecida a la María pero trae un suspiro rosado adentro».

Muchas de las meriendas vienen acompañadas de un guayoyo o una Coca-Cola o Malta (nuevamente). José Troconis, maracucho de nacimiento y fiel compañero de las frituras y el buen comer, reconoce con soltura que para merendar, su primera opción son los pastelitos o empanadas y si le provoca algo más dulce, entonces se decide por unas donuts con chocolate rellenas de arequipe. Para quienes desean encontrar algo más ligero a estas horas del día, Hugo Daniel cree que la merienda puede ir desde las ensaladas de frutas caseras, hasta cualquier oferta que haya en la popular app de yolopido.com en la que venden los famosos cupcakes de Sugar Factory.

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Y en la calle o en la comodidad de tu hogar, siempre podrás conseguir un ácido y delicioso viagra que, más allá de ser vigoroso, es muy sabroso: «El viagra es un mango que te lo aderezan con adobo cubito maggi. El viagrero. Un aderezo a las tres de la tarde» –Comenta Troconis con confianza.

Almorcemos

La diversidad de los platos maracuchos, pese a que es bastante, tiende a sucumbir a las tentaciones de los clásicos de la carne, el asado negro, el lomo o cerdo. El plátano, en cambio, es un “obligado” en toda ocasión, no importa si no combina con la comida, esta fruta debe estar presente siempre, «porque es parte de la idiosincrasia del zuliano, no solo del maracucho«, comenta Franco.

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Troconis también cuenta que debido a la crisis económica del país, los maracuchos se resuelven con Nestea y, en momentos especiales, piden cerveza. El chivo en coco, el mojito en coco y el plato tradicional de asado negro con arroz y ensalada es un clásico, siempre y cuando se acompañe con la tajada, porque, tal como dice Marianni, siempre debe haber algo frito en alguna esquina del plato”.

Otras variaciones del almuerzo están influenciadas por sabores foráneos como sucede con la pasta, a la que agregan tajada, carne frita o pollo a un lado de la pasta, como si se tratara de un acompañante, comenta José Troconis:

«También comemos mucho la pasta. A mi también me gusta mucho la carbonara con carne molida con pollo, mantequilla y queso y aparte la carne frita o pollo»

El pasticho de plátano, el revuelto de pollo, las hamburguesas, la comida italiana y la comida árabe son un must en las calles de Maracaibo, y tampoco se quedan atrás las bandejas de arroz chino y lumpias. Las hamburguesas son el resuelve de los ejecutivos y empleados ya que son la elección más rápida y satisfactoria para los citadinos, comenta Hugo Daniel:

«Los perrocalenteros de la plaza Indio Mara o de la avenida Cecilio Acosta son muy pedidos, así como los restaurantes dedicados a darle variaciones y toques personales a la receta clásica de pan, 200 gr de carne, muchas salsas y pan. Mi lugar favorito de hamburguesas en Maracaibo es Bön Burger: hay una hamburguesa de ensalada César. lo mejor de ambos mundos entre dos panes»

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Un dulcito

Además de comer frituras y mucho “salado” los maracuchos aman comer postres; bien sea arroz con leche, quesillo o torta de chocolate. En ese sentido, no distan mucho del resto de la población venezolana, pero como es de esperarse, siempre hay un destacado que jamás tendrá el mismo sabor en otra parte de la región. Tal es el caso del limonsón, también llamado «Chocho e Vaca», los huevos chimbos, dulces de icaco, dulce de lechosa con piña y el manjar (una natilla de maicena que lleva clavitos y otras especias) que por lo general va acompañado del dulce de lechosa con piña.

«La realidad es que hoy día el maracucho se ha internacionalizado bastante», así lo afirma Hugo Sánchez, quien describe postres un poco alejados a las escogencias clásicas del venezolano común:

«Ahora, lo más seguro es que el maracucho se decida por unos waffles con cambur y fresas, un cheesecake de Oreo y otras opciones 100% Instagram ready y en inglés. La Torta de Pan, también ha sido testigo del crossover a las pastelerías más refinadas, en las que destaca la versión del local Merengue Postres. Otro de mis lugares favoritos»

Por su parte Troconis es fiel de las donas que provienen de Maxi Donas, y pese a que le preguntamos en Bienmesabe por otras opciones, repetía incesantemente: “Maxi Donas”

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Cenemos «ligero»

Al caer la tarde la elección culinaria siempre parece ser la misma que el desayuno y la merienda. Son como balas frías que aportan calidez y felicidad. Una arepa con queso blanco de matera, semiduro o rojo palmita, cuenta Franco, siempre es bienvenida. El plátano maduro de cena es óptimo si se acompaña con queso y mantequilla (si es que se consigue). Todas las versiones del plátano son un resuelve exquisito, bien sea tajadas, pastel de plátano o mandoca. Y es que el maracucho no se obsesiona con las calorías, mucho menos en la oscuridad, que es cuando más disfruta de la comida.

«Todo maracucho cena con pan francés o canilla, no campesino, no brioche. Sí toca comer en la calle, la reina de la noche es la pizza, más aún si es en grupo: «Comida y amigos», como el lema de mi pizzería favorita Vittorio’s. Las distintas versiones de masa de este local deja satisfecho a cualquiera, además, es imposible irse sin un postre. De las mejores tortas de Maracaibo».  Afirma Hugo Daniel 

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Patacón con carne mechada, pernil o pollo mechado, arepa, tumbarrancho con pernil, agüita de sapo (una arepa frita cubierta con lascas de pernil, queso frito y el fondo de cocción del pernil, que luego se cubre). De las arepas hay muchas versiones para cenar, y entre las más conocidas están las cabimeras y las boconas, explica Tinaure:

«Las boconas también se comen mucho en la cena. Estas son unas arepas medianas que traen como 400 gr de carne, pollo o pernil, salsa de la casa y pico de gallo. Mucha variedad, mucha comida rápida y chatarra»

Estas deliciosas y calóricas piezas no podrían tener mejor acompañante que la Coca-Cola y para dormir como los príncipes y princesas que son, repetir el mismo ciclo culinario día y noche se ha convertido en el pan de cada día de los maracuchos. Esta es la radiografía del imaginario culinario de estos interesantes seres zulianos.

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