María Fernanda de Giacobbe y Helena Ibarra formaron parte de la exhibición Iam, que presentó este particular chocolate amazónico en Los Galpones de Los Chorros Selva, identidad, sabor, luz, arte. El chocolate Iam nos da la bienvenida al Amazonas a través de los sentidos.
Presentado a través de una experiencia sensorial única en el Centro de Arte Los Galpones, en Caracas, este chocolate elaborado con 70% de cacao se distingue por presentar múltiples tonalidades autóctonas de la región amazónica.
Los sabores amazónicos del cacao proveniente de la zona de Guarátaro convergen en una pieza de arte, que trasciende el plano de un simple antojo vespertino.
De acuerdo a su creador, el fotógrafo Julio Osorio, Iam es «alimento para el cuerpo y para el alma», puesto que, de acuerdo al artista, somos lo que comemos, y el cacao es «parte de la genética de todos los venezolanos».
El chocolate Iam es elaborado a través de la técnica bean to bar para realzar y honrar el sabor del cacao.
Julio tiene 25 años como fotógrafo, y en determinado momento, decidió transmutar la luz que captaba con el obturador a la elaboración de chocolate. «Para mi el Iam, es un sonido, es una tríada, tiene que ver con la evolución de lo que soy. Es chocolate, arte y cacao al mismo tiempo. Es lo que me gusta hacer», asevera el fotógrafo.
Realizado a través de la concepción de maestros chocolateros como Adrián Suárez, bajo la mentoría del premio Basque Culinary, Maria Fernanda di Giacobbe, en los laboratorios de Cacao Santa Clara, este chocolate al ser consumido nos transporta a las profundidades de la selva amazónica.
El cacao utilizado para el Iam tiene la particularidad de que es fermentado con una técnica característica de los yekuana que le agrega un valor especial. Para Julio, la trazabilidad del grano es de vital importancia para entender cómo será la pieza final.
El galpón 17 fue ambientado con los sonidos del músico Rodrigo Figueroa, piezas gráficas del artista Yoshi fueron proyectadas en las paredes.
Jimmy Brito, maestro chocolatier, prestó apoyo en la exhibición armando flamboyanes y exóticas coquillas que se preparaban al momento con rellenos de mandarina y bachaco culón, mermelada de copoazú, túpiro y picante de catara, hechos con las recetas de Di Giacobbe y la chef galardonada con el tenedor de oro, Helena Ibarra.
Galletas y suspiros de manaca también fueron deliciosos y singulares acompañantes en la degustación de los bombones amazónicos.
«Hacer esto es un arte, de la manera en que se le vea. El cacao en este chocolate se hace respetar, tiene presencia, es el protagonista de esta novela», agrega Brito.
Adrián Suárez, maestro chocolatero, pieza fundamental para la creación del chocolate, añade que la personalidad de Iam es como el Amazonas: floral, frutal y además salvaje.
«Pasan muchas cosas en la boca al mismo tiempo. Lo bonito de este chocolate es que mientras más lo pruebas más cosas descubres. Son complejos y únicos, a diferencia de los chocolates comerciales», agrega Adrián.
Desde el punto de vista de Adrián, el Iam de Julio es solo diversión, una manifestación lúdica de lo que le gusta hacer; buen chocolate, con gente que le gusta lo que hace. «Este proyecto es mi iniciación de este mundo tan complejo del cacao y el chocolate», sumariza Julio. La experiencia Iam solo estará disponible en este tipo de exhibiciones, que reúnen todas las características necesarias para realmente sentir el Amazonas en nuestro paladar, nuestros ojos y nuestra piel. Para hacer un montaje de Iam o saber el calendario de experiencias, hay que contactar directamente a Julio Osorio a través de la cuenta de Instagram, @chocolateiam
Coordenadas
Instagram: @chocolateiam
Olvidaron un chocolate blanco por 4 días en baño de María y obtuvo un color rubio y un sabor entre caramelo y tostado. Durante 7 años perfeccionaron la fórmula pero ahora enfrentan otros obstáculos
La mesa de la tierra del sol amada es de las que más se aferran a su tradición.¿Por qué son tan distintos? Hoy, Día de la Zulianidad, buscamos dar una respuesta
Dos venezolanas proponen el camino inverso del bean-to-bar: con la compra de una tableta de su chocolate se apadrina una planta de cacao
