Vida sana

Una cucharadita de azúcar y una pizca de sal hacen la diferencia

Por muy pequeño que sea el aporte de una pizca de sal o una cucharadita de azúcar, su ingesta está relacionadas con dos de las enfermedades que más víctimas cobran año tras año en el mundo: la diabetes y la hipertensión. ¡Así que a tener cuidado con esos pequeños toques de sabor que le agregamos a nuestras comidas!

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Si en la lonchera de su hijo, de lunes a viernes, incluye un cuartico de jugo envasado, el niño ingerirá 600 gramos de azúcar al mes. Si lo acompaña con una galleta dulce, sumará 200 gramos más al mes. Por esos dos alimentos, una vez al día, su hijo recibiría 800 gramos de azúcar todos los meses y en un año estaría ingiriendo 9,6 kilos de azúcar. Ese jugo contiene seis cucharaditas de azúcar y la galleta tiene dos.

La ingesta excesiva de azúcar añadida se relaciona con sobrepeso y obesidad y, a largo plazo, con diabetes, colelitiasis (cálculos en la vesícula biliar), enfermedades cardiovasculares y caries dental (cuando la higiene bucal es deficiente). Sin contar con el riesgo de desarrollar diabetes que se incrementa 10% con la toma diaria de una bebida dulce o jugo de fruta azucarado.

Algunas de las recomendaciones son: consumir las frutas frescas, disminuir la ingesta de dulces (caseros, industriales), evitar los alimentos que combinen azúcares con grasas (pastelería), no mezclar dulces con salados en la alimentación de los niños para evitar la adaptación del paladar al dulce, tomar agua para calmar la sed en vez de bebidas y gaseosas azucaradas y vigilar la cantidad de azúcar oculta en los alimentos revisando la tabla nutricional.

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Menos sal, más vida

Si bien la diabetes es una enfermedad de cuidado que pone en riesgo la vida de millones de personas en todo el mundo, la hipertensión también se cuenta entre las más peligrosas en la actualidad. Las aproximaciones de la OMS apuntan que es causante de 16,5% de las defunciones anuales a escala mundial. Ante la relevancia de informar y concientizar sobre este problema de salud es importante promover la disminución de la ingesta de sal, poderosa medida para prevenir la elevación de la presión arterial.

La hipertensión recarga el trabajo del corazón y de los riñones y aumenta la probabilidad de sufrir enfermedad renal, ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. Cabe destacar que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, de ahí la importancia de alejar el salero de la mesa y disminuir en el menú comestibles con alto contenido de sal como embutidos (mortadela, jamón, chorizo), jamón endiablado, carne, sardinas enlatadas, aceituna, alcaparras, pasta de tomate y salsa tipo kétchup, mantequilla y margarina, pizza, pasapalos, snacks (chucherías saladas), queso blanco duro y queso fundido.

El mejor consejo es sazonar con hierbas o especias (orégano, jengibre, romero y cilantro), usar aliños naturales como cebolla, ajo y ají dulce, eliminar de la mesa el salero y las salsas industrializadas, preparar la masa de las arepas sin sal, limitar la ingesta de alimentos con sal visible (señoritas, galletas, palitos de queso, papitas y semillas saladas) y evitar alimentos enlatados, deshidratados, cubitos, salsas, embutidos, quesos curados, chucherías, hojaldre y cachitos.

Hacer retroceder las alarmantes cifras de morbilidad y mortalidad por hipertensión y diabetes es posible, en parte con una alimentación equilibrada y controlada en cuanto a consumo de sal, azúcares y grasas.

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