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Y la TV llegó a las cocinas venezolanas

Si algo caracteriza en nuestros días a los canales locales, empresas de cable y a la TV por internet, es la enorme profusión de programas gastronómicos, en especial culinarios y “reality” famosos que tienen a los cocineros como protagonistas

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A comienzos de los años cincuenta, en Venezuela, tanto el Estado como algunos emprendedores privados se preparaban a emprender el reto que significó nuestra incorporación al espacio televisivo. La emisora estatal “Televisora Nacional” (Canal 5) fue la primera en concretar sus proyectos con su salida al aire el 22 de noviembre de 1952 desde los estudios de Cerro Marín y el inicio de la programación regular en enero del año siguiente.
En 1953 la empresa “TELEVISA” (Canal 4), fundada y presidida por Gonzalo Veloz Mancera, inició las trasmisiones de prueba y en mayo comenzó a trasmitir su programación regular en un horario comprendido entre las 4:00 de la tarde y las 12:00 de la noche. Pudo entonces observarse cómo parroquianos y transeúntes se reunían en torno a los novedosos aparatos en cafés y pequeños restaurantes o se detenían frente a las vidrieras de grandes almacenes, en las que se exhibían televisores que trasmitían programas deportivos, noticiosos y de entretenimiento con la presencia de personajes populares que comenzaban a ganarse las simpatías de los televidentes.
Así, desde los estudios ubicados en la urbanización Los Caobos en Caracas, se trasmitió en vivo el primer espacio de cocina de la TV venezolana: el programa de la Tía María, conducido por la Sra. María Chapellín Palacios, una matrona emparentada con el Libertador a través de los Palacios, de cuya vida sabemos poco, pero apreciamos sus amplios conocimientos acerca de la cocina venezolana e internacional. Su figura evoca la de una apacible y sencilla ama de casa caraqueña de los años cincuenta, entrada en kilos, canas y experiencia culinaria, amante de los sabores y de “bien poner” la mesa en su santo lugar. A través de sus palabras y sus manos muchas jóvenes amas de casas tuvieron un primer acercamiento a las delicias de nuestra cocina criolla, alternadas con platos de la cocina internacional de la época, como la sopa de cebollas, el filet mignon o los canelones a la “Rossini”.
Tres años después de su incursión televisiva, la Tía María publicó en dos tomos su primer libro de recetas: El libro de Tía María. 1000 Nuevas Recetas de la Cocina Internacional y Nacional de Venezuela (1956) y el segundo bajo la edición de Alvaro Peñalver: La Cocina Criolla de Tía María (1959). Ambos libros constituyen un acervo de recetas y sabores que han acompañado el crecimiento de numerosas generaciones.
Refiriéndonos específicamente al tomo II de su primer libro, allí los lectores podrán encontrar 150 recetas de la “cocina criolla” oriundas de distintos lugares del país y ordenadas en bebidas, panes y bizcochos, sancochos y sopas, guisos y empanadas, mojos, carnes, tamales, jaleas y bocadillos.
En esta variedad de platos sobresalen algunos emblemáticos como el carato criollo de arroz, el muy apreciado y refrescante jarabe de goma y la popular Leche de Burra. Asimismo encontramos la receta del pan de Chepe, propio de Barlovento y que aún hoy se consigue en Turgua (El Hatillo), las tejas de maíz, las almojábanas andinas, las cafungas típicas de Barlovento y las conocidísimas panelitas de San Joaquín; de los manjares heredados de las monjitas del convento de las Mercedes en la Caracas colonial tenemos los buñuelos de Navidad y el mazapán de coco; hay recetas sobre sopas y sancochos -sobre todo de las costas orientales-, una variedad de mojos de colores y sabores procedentes de distintos lugares del país; algunas una exquisiteces como la cuajada de chicharrón y plátano propia de los Llanos y la auyama rellena de cochino de los valles de Aragua. Y para estos días y noches decembrinos el famoso Pan Dulce Navideño.
¡Feliz cocina navideña en recuerdo de la Tía María!

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