Historias que duelen

Caso de ancianos en Mérida: hablan la nieta y la hija

En un video, su nieta Dalia Salinas desmiente el abandono "e incluso la desnutrición" de los dos profesores jubilados, a pesar de que el reporte de los bomberos y médicos habla de deshidratación, signos de falta de alimentos, incomunicación y depresión

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Durante tres días los vecinos de las residencias Los Sauces, ubicadas en el sector Paseo Las Ferias de la ciudad de Mérida, no supieron nada del profesor universitario Pedro José Salinas y su esposa, la bioanalista Ysbelia Coromoto Hernández Romero. No fue hasta el domingo 23 de enero que el cuerpo de bomberos local les dio a conocer la razón de su desaparición: ella, que tenía 74 años de edad, estaba muerta y él, con 83 años, presentaba un cuadro de deshidratación severa y signos de desnutrición.

Después de circular mucha información sobre el hecho, finalmente habló Dalia Salinas, una de las nietas del profesor. Desmintió las «noticias falsas» sobre fallecimiento de Pedro Salinas, abandono «e incluso desnutrición».

Aseguró que los bomberos de la Universidad de Los Andes acudieron al domicilio porque la madre de Dalia los llamó «desde España». Antes habían contactado a los Bomberos de Mérida que, según las palabras de la joven, no fueron al rescate y les dieron información falsa de que ambos estaban vivos.

En sus declaraciones Dalia Salinas no explicó dónde estaba ella, pero horas más tarde su madre, Perla Salinas, indicó en un audio que la joven vive en Inglaterra. Además, la hija del profesor Salinas consideró «amarillista» la información que corrió sobre el estado de su padre y su pareja, y resaltó que «no se encontraban abandonados».

A pesar de las palabras de ambas, los usuarios reclaman en los comentarios su ausencia. Aquí están sus declaraciones, difundidas en la cuenta de la periodista Yanara Vivas.

La escena

Pedro José e Isbelia vivían solos. Sus hijos y nietos emigraron de Venezuela hace varios años. Según los vecinos, solo la profesora tenía algunos parientes, pero residían en Caracas y no los visitaban con frecuencia.

Los bomberos, en la minuta del caso, señalaron que se trataba de «personas que estaban incomunicadas en su vivienda por problemas de salud», algo que pudieron confirmar periodistas locales luego de conversar con sus vecinos.

De acuerdo con los bomberos, al abrir la puerta ambos estaban en el piso. El profesor universitario no podía moverse como consecuencia de su estado físico, por lo que de inmediato lo trasladaron al Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula), donde aún se encuentran recluido.

En cuanto a la señora Ysbelia Hernández, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) determinó que murió de un infarto al corazón.

Foto: Bomberos ULA.

Si bien la causa de muerte Hernández no fue desnutrición, los vecinos y rescatistas afirmaron que ambos presentaban signos de desnutrición avanzada.

El decano de la Facultad de Medicina de la ULA, Gerardo Tobito, indicó este miércoles 26 de enero que el profesor Salinas se está recuperando del cuadro de deshidratación, desnutrición y fuerte depresión en el que lo encontraron.

Por otro lado, el doctor Virgilio Castillo del IAHULA señaló que actualmente el profesor Salinas cuenta con el apoyo de la Asociación de Profesores de la Universidad de Los Andes (Apula) y que se le han realizado varios estudios médicos, entre ellos una tomografía. Yanara Vivas indicó también que sus familiares han prestado apoyo para cubrir sus necesidades inmediatas.

La prensa se defiende

Jordin Morales, el periodista de sucesos de Mérida que reportó el caso y fue señalado por Dalia Salinas, dijo durante la mañana del miércoles a la emisora local Rumberísima 91.1: «Yo tengo desde 2013 reportando sucesos acá, y las personas cuando son afectadas directamente no le gusta la información. En cambio, cuando son personas ajenas sí les gusta. Yo redacté la noticia apegado a mi informante – los funcionarios del cuerpo de bomberos de Mérida -, y la traté con respeto. Dije la verdad, que estaban solos en Mérida».

«Ellos quedaron incomunicados de manera fortuita. La señora Ysbelia fallece y por la conmoción, el profesor Pedro se cae y sufre de problemas en la columna. Queda tendido en el piso boca arriba, inmóvil, por eso es que estaba con deshidratación severa. No era que estaba pasando necesidades o sufriendo por falta de alimentos», aclaró.

«Cuando informamos algo es porque tenemos la precisión de que ocurrió. Nos confirman informantes, funcionarios del estado Mérida», finalizó.

Una pareja reconocida

En vida, Ysbelia Coromoto Hernández Romero destacó como docente, bioanalista y abogada. Mientras que Pedro José Salinas, que estudió ingeniería agrónoma en la Universidad Central de Venezuela (UCV), fue un reconocido investigador, extensionista y docente en la Fundación Shell entre 1962 y 1968. Además hizo una maestría y doctorado en la Universidad de Londres entre 1966 y 1972.

Fotografía de Pedro José Salinas. Cortesía: Saber ULA

Desde 1968 es profesor de la Universidad de los Andes (ULA) en la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales y en el posgrado de la Facultad de Medicina. También dirigió la Revista Forestal Venezolana y fundó la revista MedULA.

Continúa siendo miembro de la Asociación de Editores de Revistas Biomédicas Venezolanas (Asereme), de la World Association of Medical Editors (Wame), de cuatro de las seis comisiones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) y del World Cultural Council.

Otro caso más

En Venezuela, según datos de la Encovi, el  94,5% de los venezolanos están en condiciones de pobreza. De ellos, el 76,6% está en pobreza extrema, es decir, sus ingresos no alcanzan para comer completo. Por eso, la historia de Ysbelia Coromoto Hernández Romero y Pedro José Salinas no ha dejado de conmocionar a varios en redes sociales porque son la prueba de la realidad venezolana: no importa qué tanto estudies o trabajes, la pensión – de dos dólares – o salario no alcanza para sobrevivir.

Nota publicada el 25 de enero y actualizada el 26 con declaraciones de la nieta y la hija de Pedro José Salinas.

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