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César Farías le declara la guerra a Rafael Esquivel

Cuando el exdirector de la selección de Venezuela afirmó que deseaba ser el Presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, no estaba lanzando un grito improvisado. El cambio de formato del balompié criollo es el primer éxito que se apunta para debilitar la influencia de Rafael Esquivel en el balompié criollo.

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Atrás quedó aquella amistad de trabajar «sin contrato». De su preocupación por las elecciones en la FVF. «De perder Rafael Esquivel, yo me tendría que ir», le dijo a El Universal. Es el mismo Farías que defendió el Centro de Alto Rendimiento cuando no estaba listo y dijo que el diario Líder mentía cuando publicó las fotos del inacabado recinto deportivo. Ellos, que alguna vez fueron compadres, hoy están en esquinas opuestas. La disputa no es otra más que por el poder.

Farías está seguro de que puede acabar con la dictadura que ha mantenido Esquivel en la FVF desde 1987. De hecho, así lo llama en su círculo cercano: dictador. El periodo al actual jerarca del balompié se acaba en 2017 y el presidente y accionista mayoritario del Zulia FC apuesta por darle el golpe de gracia ese año. Para ello, asume como un gran logro el haber cambiado el formato, que se jugará en año fiscal, aunque antes 20 equipos deberán pasearse por el torneo de Adecuación, en 2016.

Farías habla a los cuatro vientos que le abrió los ojos a los demás gerentes y con esa presión, colocar en el tapete las dos ofertas de operadoras internacionales: Fox Sports y Gol Tv. El monto extraoficial, que colocan en la mesa para la transmisión del torneo local, es de tres millones de dólares. Estos ingresos, más las divisas preferenciales que solicitarían al Ministerio del Deporte, cambiarían el rostro del fútbol venezolano. Al menos, esa es la teoría del nacido en Güiria.

Pero lo cierto es que las ofertas existían desde hace tiempo. ¿Por qué no se han concretado? Aquí de nuevo Farías apunta a Esquivel: porque al directivo no le interesaba. Como lo hizo durante su labor como técnico, define la actual batalla entre malos y buenos. Los malos, obviamente, son los que están actualmente administrando desde las oficinas de Sabana Grande. Los buenos son los que se reúnen alrededor de él.

La influencia de Farías es grande, y si bien es imposible demostrar las multipropiedad, es de conocimiento la «cercanía» que tiene sobre otros equipos de primera, como Táchira (que dirige su hermano Daniel), Mineros (donde despidieron a Richard Páez para que entrara Marcos Mathías, mano derecha de Farías), Atlético Venezuela, Carabobo y Deportivo La Guaira. El Presidente de este último equipo, George Antar, es el máximo representante de la Asociación de Clubes.

El aparato comunicacional

Hábil para llevar las discusiones a su terreno y abrir el camino para conseguir sus objetivos, Farías se muestra ahora como el antagonista de Esquivel y como el líder de una nueva generación de gerentes que desean, por lo menos, mejorar las cuentas rojas de sus equipos. El estratega se ha encargado de llamar directamente a varios periodistas para invitarlos a que se sumen a la campaña: desenmascarar a la actual presidente de la FVF. En el fondo es lo mismo, pide que lo apoyen en su iniciativa.

También, medios afines y comunicadores que trabajan o trabajaron con él, publicitan este plan. De esta manera, colocan a la opinión publica en la labor de tomar partido: el pasado contra el presente. Aún cuando ambos forman parte del pasado tras comer del mismo plato mientras caminaban rumbo a la eliminatoria de Brasil, 2014. Fue esa conchupancia la que impidió la llegada de Noel Sanvicente a la selección nacional mucho antes.

Hasta ahora, Esquivel parece moverse a paso lento pero seguro. De una vez paró el impulso de los aspirantes al trono. El que decide quién transmite el fútbol venezolano es él. De ahí que cualquier cosa que no pase por una negociación que le convenga al longevo directivo, no será aprobada. El tema de fondo es saber cuál sería la ficha que dejaría para ser su sucesor, que pueda hacerle frente a Farías y su combo.

Por salud y deseo de centrarse  en sus labores en la Conmebol, Esquivel estaría dispuesto a no presentarse luego de 2017, aunque con él nunca se sabe. Ya ha amagado otras veces con abrirle paso a otras personas para luego lanzarse de nuevo. Y ante esta disputa, surge un tercero: Laureano González, quien cuenta con el apoyo de las asociaciones, necesario para triunfar en cualquier elección

Las asociaciones le tienen una cuenta pendiente a Farías: el maltrato que recibieron mientras ejercía como técnico de la Vinotinto. Conociendo este panorama, quien ha estado trabajando para limar asperezas es su asistente en tiempos de selección, Lino Alonso, aunque la labor, hasta ahora, no ha sido productiva. Sin embargo, aún quedan dos años para las elecciones y el hombre que dejó para la posteridad la frase «Carita pelada» no duda: «En 2017 sacaremos a Esquivel». 

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