El 14 de enero del 2005, el artista plástico Jesús Soto se despidió del mundo cinético. Sin embargo, legó un acervo plástico que jamás podrá decir adiós. Que no morirá. A pesar de que en 2011 el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, en Ciudad Bolívar, fue intervenido por el gobierno ─en contra de los encargos que en vida dejó─ su arte y trabajo prolífico sigue intacto. Además, se cotizó y revaluó más que nunca. Marchands, aficionados y coleccionistas pujan por sus metales coloridos. Con el reconocimiento del Premio Nacionalde Escultura en Paris, Clímax rinde tributo al maestro del estado Bolívar y reseña cinco reliquias que insuflan de orgullo e identidad.
La Esfera de Caracas
Creada en 1996 para el plan de Rafael Caldera “Un cariñito para mi ciudad” en la autopista de Caracas Francisco Fajardo. Fue modificada el mismo año de su muerte, en el 2005. En el 2014 también recibió otro cariñito.
En el cielo de Soto
No se sabe si el cielo es como lo creó Soto en el Teatro Teresa Carreño, pero sin duda hace volar a todos los que miran hacia arriba en el teatro ubicado en Bellas Artes.
Museo de Arte de Jesús Soto
Ubicado en Ciudad Bolívar, entre el casco histórico y viejo, el espacio está a cargo de su hijo. Las obras que se encuentran adentro fueron todas donadas por él mismo escultor. En su momento, la construcción del museo costó 1 millón de bolívares. Fue inaugurado por el presidente de aquel entonces, Rafael Caldera, el 25 de agosto de 1973.
Escultura en movimiento
En el Museo de Bellas Artes se encuentra uno de los clásico de Soto, «la escultura en movimiento». El cinetismo y el amarillo predominan en esta pieza.
Mural Signals
En el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas se encuentran dos Soto: Mural Amsterdam (1964) y Mural B.I.V (1974). Ambas ubicadas en la puerta trasera del lugar que creo Sofía Imber.