A jugar “PALITO MANTEQUILLERO” para vivir
El gobierno tiene a todo un país en juegos perversos. Para sortear los miles de problemas y cuitas del día, los venezolanos se ingenian mil y un estrategias para saltar la cuerda y no caer Uno de mis juegos favoritos cuando yo era chamo se llamaba “Palito Mantequillero”. Consistía en nombrar a un capitán para que escondiese la ramita de un árbol en un lugar sin que el resto de los niños lo vieran. Cuando ya estaba escondida, todos salían en su búsqueda y el capitán señalaba con la palabra “frío” si el tropel estaba muy lejos del lugar donde escondió el palito o “caliente” si estaba cerca del sitio. Cuando alguien encontraba el palito mantequillero, le tocaba el turno de ser capitán y el juego volvía a comenzar. Lo que jamás imaginé es que en mi vida adulta tendría que jugar a lo mismo para conseguir productos de primera necesidad. Todos los días debo someterme a esta modalidad de juego para comprar detergente, afeitadoras o harina. Solo que ahora al capitán se le conoce como “bachaquero” y el palito ahora es un pote de leche o champú. Las palabras del juego también cambiaron. “Caliente” ahora es “pitazo” y “frío” es “No, mijo”. Hasta el nombre varió. Principalmente porque la mantequilla es difícil de conseguir.