Dar el sí lleva más implicaciones de lo que parece. Hay que conseguir un vestido bien pomposo que atrape todas las miradas, además de las del novio. Sin embargo, la diseñadora venezolana, Alexandra Schlaubitz supo demostrar, en el desfile de su nueva colección para novias Secret Garden, que todo lo que toca llega al altar
La mujer que, en algún momento, dudó caminar hacia altar con un gran vestido blanco puede sucumbir ante la tentación al ver las creaciones de Alexandra Schlaubitz. Entre encajes, telas de organza, raso y chiffon, los 18 vestidos de novia de la diseñadora fueron desfilados la noche del 5 de Noviembre en la pasarela del Hotel Marriot para introducir a todos los presentes su nueva colección: Secret Garden.
Los atuendos que se llevaron no fueron los únicos en hacer alusión a una boda, el lugar y el brindis de Freixenet Cordón Rosado le dieron el toque pizpireto de fiesta. Sin embargo, jamás hubo merengue pues el motivo de celebración era otro. La joven discípulo de Carolina Herrera exploró un terreno poco excavado en el país: el del vestido blanco de gala.
La mísmísma Alexandra confiesa que le cuesta elegir el traje con el que quisiera casarse “todos tienen un pedacito de mí, escoger uno sería obviar alguna parte importante de lo que soy”. Pero las novias sí deben elegir uno. Los modelos van desde un clásico vestido de novias de encaje manga larga, pasando por vestidos cortos hasta una braga de crepe de seda –tela que confiesa ser su favorita.
Pero lo que se vió en la pasarela no lo es todo. Es a penas el comienzo. Schlaubitz afirma: “A cada una de las mujeres que se acerquen a mí les quiero hacer uno especial. Algo en función de la personalidad de cada una”. Y es que la joven promesa suspira al pensar que deba encargarse de adornar entre finas telas a la novia el día más importante. Es por eso que Alexandra asegura que no solo busca hacer trajes, sino que también quiere brindar la asesoría completa.
La mujer que confeccionó Secret Garden realizó sus estudios en Parsons School of Fashion en Nueva York y en Savannah College of Art and Design (SCAD) –donde se graduaría con honores. Después de su paso por las aulas hizo pasantías con la diseñadora Carolina Herrera. Sus conocimientos la llevaron a comprender que debía vestir a la mujer venezolana y regresó en búsqueda de más que agujas e hilos.
Aunque apenas es su primera colección, Alexandra Schlaubitz planea impulsar la marca que lleva su nombre. “Busco hacer alianzas entre empresas que cubran todas las necesidades de una mujer que vaya a casarse. Queremos más: champaña, tocados y calzados para novias”. Y quién puede decirle que no, si las mujeres desde chiquitas cantan “arroz con leche me quiero casar”, ellas nunca escatimarán cuando se trate del día en que lanzarán el bouquet luego del famoso: «sí, acepto».
Instagram: @asnovias / Twitter: @asnovias
Es la venezolana más chic de todas. Mucho antes de convertirse en diseñadora de moda, su estilo la hacía resaltar entre las mejores vestidas del mundo. Desde 1980 confecciona su gusto refinado. El resultado son piezas dignas de celebridades y realeza. Las redes y la prensa global se desvive por su estilo en su cumpleaños
Casarse rápido. Casarse para irse. Casarse para tener un apoyo emocional. Casarse para tener certeza de algo en medio de tanta turbulencia, un contexto casi imposible y un país que te golpea. Las historias rosa de cuentos de hadas comparten altar con las meramente instrumentales, y hacen frente a la posibilidad del fracaso temprano impulsado por la inmadurez y la "corredera"
Atrás quedaron los días en los que el sexo era un tabú. Sin embargo, aún hay quienes tienen como objetivo reservar su primera vez para la persona especial con la que se comprometen a tener un amor para toda la vida. El “sí, acepto” se mantiene como etiqueta de virtud y pureza total, en quienes todavía se aferran a preceptos tradicionales y hasta conservadores
