Íconos

Anya Hindmarch: ruge el tigre que hay en ti

Las carteras de Anya Hindmarch han sido punto de inflexión y reflexión para fashionistas. Son, para algunos adictos a la moda, frasquiteros y aduladores, epítome de elegancia —que araña en irreverencia. Sus diseños se destacan, como muchos otros, por los predecibles precios caros, por su alta confección y un branding que, para esta temporada, brama con Kellogg’s

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Para Anya Hindmarch lo que comenzó como una simple compulsión al lujo o belleza en Londres, terminó en la consolidación de un imperio. Su nombre espejea, como los de sus modelos en las pasarelas y alfombras rojas, en las columnas de Vogue o Harper’s Bazaar. Es una de las diseñadoras de carteras y accesorios más celebradas y aplaudidas de los últimos tiempos. Hace retintín no sólo por la frase “I’m not a plastic bag”, sino también por sus propuestas manufacturadas de manera artesanal en cueros, lona y metales nada cheap. Una estrella que se respete, de esas que sacuden audiencias por el talento que las ilumina —Meryl Streep, por ejemplo— o por la mediocridad que las arrebuja —sin duda Kim Kardashian—, se quiebra y serpentea en eventos con uno de sus bolsos o clutch.

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Con cierta locuacidad, Anya ha sabido cómo embutirse y pasearse con íconos de la cultura pop. Verbigracia: hizo famosas en esta semana de la moda de Londres, en la que chispearon las colecciones para la temporada Otoño-Invierno 2014, unos provocadores y divertidos bags con imágenes de cereales Kellogg’s. El ardid de consumo, nada innovador si se paragona con el genio de Warhol llevado a las sopas Campbell’s, fue bien recibido entre críticos. ¿Quién diría que Tony, el tigre azul y a veces gato afectado, por no decir remolón y amanerado, también gordo y peludo, sería referencia de buen vestir? Probablemente, Kate Moss, quien también desfila su arrogancia entre celebridades ataviadas y con complacencia empingorota la lista de clientes de Hindmarch, no ha probado un puño de Zucaritas. Fo el Frosted Flakes, que la engordan. Pero seguro se acarreará uno de estos costosos ejemplares que llegan hasta los 2.295 dólares.

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