Vinicultura

Baco y sus vinos a salvo del volcán Calbuco

El volcán chileno Calbuco despertó justo cuando culminaba la cosecha en las zonas vitivinícolas de la Patagonia Argentina. Por fortuna los vinos de este año se salvaron de los azares de la naturaleza

Fotos cortesía de Bodega Del Fin del Mundo
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La pluma de humo del volcán chileno Calbuco, que despertó sin bostezo previo el pasado miércoles 22 de abril, cruzó fronteras dejando una fina capa de cenizas en varias localidades de Argentina.

Sin embargo, la zona vitivinícola de la enigmática Patagonia no resultó afectada, más allá del cierre de aeropuertos y carreteras. Lo asegura Ana Viola, directora de la reconocida Bodega Del Fin del Mundo, ubicada en Ruta Provincial de San Patricio del Chañar, en la provincia de Neuquén, que junto a la de Río Negro hospedan lo más nuevo de los vinos del Nuevo Mundo. De aquellos lares resultan también conocidas las etiquetas de Humberto Canale, Noemía, NQN y Familia Schroeder, que ofrendan vinos de gran personalidad en cada una de sus variedades típicas: Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Syrah y Cabernet Franc entre las tintas y Chardonnay, Sauvignon Blanc y Semillón entre las blancas.

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Sin la nube negra

Viola explica que los viñedos de Bodega Del Fin del Mundo están en una zona abierta, con brisas constantes, por lo que no ha habido hasta ahora acumulación de cenizas volcánicas. “De todas maneras nos queda solamente el 10% de la cosecha pendiente, el resto ya ha sido recogida y ha sido una cosecha excelente. Las cenizas son, de acuerdo a los informes que hemos recibido, inocuas. Pero de todas maneras estamos trazando los vinos elaborados con uva cosechada luego de la erupción del volcán para hacer nuestros propios análisis y determinar si hay diferencias desde lo organoléptico hasta lo químico. Experiencias volcánicas anteriores —con mucha mayor cantidad de ceniza— nos han demostrado que la ceniza no arroja diferencia en los vinos. Pero igualmente todos estos eventos requieren medidas especiales”.

Por su parte, Santiago Bernasconi, de la Bodega Annielo —joven empresa familiar que aún no llega a Venezuela— explica que las bodegas pequeñas y medianas de Alto Valle del Río Negro habían finalizado en su totalidad la cosecha cuando se hizo fuerte la presencia de cenizas el jueves 23 y sobre todo el viernes 24 de abril: “Fueron días de una niebla pesada, y han quedado depósitos de unos tres a cuatro milímetros en el campo. En nuestra zona ya hemos tenido caída de cenizas de otros volcanes anteriormente, no es inmediato pero con los años se registra una mejora en la fertilidad del suelo por lo que no estamos preocupados. Por suerte en los años 2011, 2012 y ahora en 2015 las erupciones fueron en periodos inmediatos posteriores a la cosecha —en 2012 recuerdo que fue en junio—por lo que hasta ahora no hubo interferencias. Esperemos que los volcanes de la zona se sigan comportando de esa manera”.

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