Entrevista

Carolina Jaimes Branger, poemas de amor y orgasmo

La escritora venezolana Carolina Jaimes Branger deja entrever su lado más sensible con los versos de su poemario Del amor tuyo y el mío. En él profundiza sobre el amor de principio a fin, infinito para la autora, y plasma la estructura que encontró hace décadas cuando se especializó en Ingeniería de Sistemas

Fotografías: Dagne Cobo Buschbeck
Publicidad

Una llamada imprevista del poeta venezolano Rafael Cadenas hizo que Carolina Jaimes Branger perdiera parcialmente la concentración en la vía. “Me dijo por teléfono ‘ese libro me gusta mucho’”, cuenta emocionada. El referente de los versos criollos se excusaba con ella pues no podría escribir, por falta de tiempo, una presentación para el bautizo de su más reciente publicación, Del amor tuyo y mío (2016). “‘Pero quiero ir y leer dos o tres poemas tuyos’, me dijo. Eso es lo mismo para un católico fanático que el Papa le bautice al chamo”, dice conmocionada.

El resultado de diez años de escribir, borrar y corregir se presentaron finalmente el pasado domingo 21 de agosto en la Sala Cabrujas de Los Palos Grandes. La ingeniero convertida en escritora y devenida en poetisa culminó su obra en 2012, que aderezó con un prólogo de Alexis Márquez Rodríguez, poeta, escritor, profesor universitario y su amigo fallecido el pasado 10 de mayo de 2015. Con esta obra, Jaimes Branger se separa de la prosa conceptual por la que es reconocida y que ha plasmado en distintos medios nacionales impresos y digitales, como El Universal y El Estímulo, así como en su libro El anclaje del subdesarrollo.

cita-CJB-Clímax-5

El amor conyugal unifica los versos plasmados en el libro publicado por la editorial PublicArte: “No encontrarás allí amor de madre, ni amor por el país, es amor de pareja. Incluso, hay poemas que tienen un alto contenido erótico”, explica. La obra está dividida en tres etapas: la búsqueda inicial del ser amado con quien se consustanciará el sentir, la consumación del amor hallado y su trascendencia final sobre la muerte. Para ella, es eterno, inconcluso, mágico. Se maravilla con la transmutación de sus posibilidades, con su infinidad. Según la autora, ni fallecer puede acabar con el sentimiento que parece haber desaparecido de las nuevas generaciones. “Lo mágico que tiene el amor es que sientes que es único, que nadie se ha sentido como tú, que nadie ha querido como tú. Eso es maravilloso. Por eso es que la poesía funciona y cala dentro del alma de la gente”. A través de su creación, Jaimes Branger busca sensibilizar corazones con la emoción más excelsa y encontrar conexiones individuales en el público.

CBJ-1

La autora graduada en Ingeniería en Sistemas de la Universidad Metropolitana (1981) pone su alma en cada letra plasmada. Se evidencia en sus artículos de opinión, en su ensayos, en sus bocetos más antiguos, en sus cuatro obras escritas: El anclaje del subdesarrollo (2002), Los 7 encuentros (2008), Yo nací en esta Ribera (2011) y Carmen, de primavera (2012). De igual forma, se percibe en los primeros 200 ejemplares impresos de su más reciente publicación. “Del amor tuyo y el mío tiene todo de mí”, asevera. Ríe mientras rememora cómo Márquez cuestionó el carácter personal de las historias una vez leída la obra en su totalidad. “Recuerdo que me preguntó si era autobiográfica porque nadie describía con tanta pasión algo que no había vivido. En un correo que me envió luego de haberme mandado el prólogo de mi poemario me puso que nunca había leído en un texto un orgasmo tan bien descrito, y con tanta elegancia”, dice, aún sonrosada y halagada.

cita-CJB-Clímax-4

“Soy como la vecina de al lado de mis lectores. Me sienten muy cercana cuando escribo y se nota en las cartas que me enviaban y los emails que recibo”, dice entre risas, mientras enfatiza la necesidad de darlo todo al tomar la pluma o sentarse frente al teclado. “Si no sacas el alma cuando escribes no estás escribiendo. Será algo que no le va a llegar a nadie porque no te llega a ti”.

La inspiración no es una musa que la sacude de a ratos, sorpresivamente. Jaimes Branger la trabaja a diario hasta convertirla en prosa o versos que conecten con el lector, desde sentimientos universales hasta las penurias más criollas. La situación del país la mueve, no la frena en su quehacer. Rozando los años dorados, es de las que se queda en su patria a pesar de las dificultades, luchando sobre papel desde su trinchera.

cita-CJB-Clímax

De casta

Su proceso creativo fue lento y orgánico, con las complicaciones de todo poeta. La insatisfacción con lo escrito y la búsqueda constante de metáforas cada vez más acertadas la llevaron a pulir su obra hasta la edición final. La poeta afirma que escribe de lo que siente, conmueve, preocupa, enfurece. Lo ha hecho desde que era niña. Sin saber de octosílabos ni de versos alejandrinos, la hija mayor de tres hermanos buscaba palabras para rimarlas entre sí mientras las redactaba con tinta rosácea y letra cursiva en su máquina de escribir marca Olivetti –regalo de Niño Jesús concedido a los 6 años. “Un día escribí mi primer poema. Se llamaba El agua de Cebedel, que era el nombre de un pueblo que yo inventé para que me rimara el poema. Lo leí frente a mis abuelos, mis tíos abuelos y mis papás y todos se sorprendieron, alucinaron con ello”, cuenta.

CBJ-2

A partir de esa lectura, Pedro Centeno Vallenilla, uno de sus tíos abuelos, pintor y poeta venezolano, la introdujo en el mundo de la poesía, en el que descubrió los versos de Andrés Eloy Blanco, Rubén Darío, Santa Teresa de Ávila, Gabriela Mistral. Con él descubrió uno de los poemas que más le ha impactado en su vida: La tristeza del inca, de José Santos Chocano. Incluso hoy en día podría recitarlo, lo recuerda y aún la estremece.

cita-CJB-Clímax-3

“Creo que si yo hubiese dicho que quería estudiar Letras o Comunicación Social me hubieran dicho ‘estudia una carrera seria’”, especula. Su habilidad numérica la llevó a desempeñarse en una disciplina estructurada, cuadrada, la cual la llevaría a impartir casi 23 años de enseñanza en Matemáticas y Cálculo. Así, recuerda cómo alumnos que instruyó le han agradecido su éxito dentro y fuera del país. La poeta no se arrepiente de haberse formado en Ingeniería de Sistemas hace 35 años. Además de la docencia, la carrera “me permitió escribir claro, tener una estructura de pensamiento, con ideas muy cortas y muy bien definidas. Me ha servido muchísimo, sobre todo para la prosa”.

CBJ-3

Con un amplio camino recorrido en ambas disciplinas, Carolina Jaimes combina el mundo de las letras y la docencia mientras imparte clases de Escritura Creativa. “Es el mejor de los dos mundos”, ríe. Los conocimientos que imparte los adquirió en la Universidad de Harvard, en la que hizo maestrías en Historia del Arte y Educación. Sin embargo, su formación poética se la atribuye a Luis Alberto Machado, reconocido escritor venezolano y amigo de su padre, quien puliría hasta sus textos más preciados. “A veces teníamos pleitos horribles porque me decía que tenía que botar en la basura cosas que a mí me encantaban. Pero cuando decía que era una maravilla de verdad lo era”. De su sabiduría aprendió retórica, a contar sílabas incluso cuando se trataba de versos libres e incontables técnicas que aplica casi inconscientemente en la actualidad.

cita-CJB-Clímax-2

En el hablar de Jaimes Branger se cuelan dejos poéticos, con referencias de sus autores predilectos. La cercanía con la que escribe sus artículos de opinión es casi palpable en una simple conversación con la escritora. La poesía impactó en su vida y léxico. Como miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, ve imprescindible que suceda lo mismo en el colectivo: “La gente siente que la poesía es algo de las mujeres por estos paradigmas equivocados de que somos más sensibles. Y fíjate que la mayoría de los grandes poetas son hombres, que han utilizado la herramienta para desembocar su sensibilidad. Nos haría mucha más falta sensibilizarnos a través de la poesía. La única manera es empezar a leerla y encontrar una que te haga click”.

Publicidad
Publicidad