Mayo es el mes de los matrimonios. Lanzarse al agua en plena crisis se pinta misión imposible para algunos. Todo un reto para las parejas enamoradas y sus bolsillos. Cada detalle de la celebración conlleva un gasto de pasmo y suspiro. Hay que pensarlo más de dos veces antes de vocear el clásico “sí, acepto”
Se abren las puertas de la iglesia y de fondo suena la marcha nupcial. Todos sonríen, se emocionan, se llenan de alegría. La decoración es espléndida, incluso combina con el vestido de la dichosa novia que camina detrás de su cortejo, esperando ser recibida por su galante y futuro esposo. Pero, ¿cuánto hubieron de trabajar para urdir los esponsales? He allí el dilema.
Contraer matrimonio en Venezuela no solo es tema de amor sino también de economía. Además de lo sentimental, se agregan elementos netamente monetarios. Algunos novios se frustran otros no por los precios. Costear la celebración supone un acto creativo. Miles de ardides salen a flote para no quedar endeudado y, sin embargo, guardar en el álbum el momento de blanco.
¿Y ahora cómo?
Según el discurso de Nicolás Maduro del 1ro de mayo, el salario mínimo es de 6.746,98 bolívares: una enclenque cifra que, sin duda, es un gran dolor de cabeza al momento de sufragar cuentas. Cada pareja es un mundo. Los gustos varían y las necesidades nunca serán las mismas —al igual que los costos. En primer lugar se debe tomar en consideración qué tipo de boda quieren los novios: civil, eclesiástica o ambas. Si será de día o de noche y la locación. Una vez completado este paso, comienza la planificación del evento.
Ajidulce, una empresa caraqueña que sirve de productora de eventos especiales, asegura que la fiesta representa lo más costoso. En ella se invierte el mayor porcentaje del presupuesto. “Según nuestra experiencia el gasto más significativo es el referente al servicio de alimentos y bebidas. Aproximadamente el 50%”, afirma el equipo. A continuación un presupuesto.
Presentación
No hay boda sin invitaciones. El tipo de papel, letra y sobre dan idea del tipo de ceremonia. Pueden ser pequeñas y sencillas o muy grandes y con detalles en relieve. Depende del gusto personal. El costo por unidad puede iniciar en 300 Bs. Si la fiesta es para 200 personas. Se habla de 60mil.
Cada invitado vale
Como en todo evento, es obligatorio hacer la lista de invitados. ¿Cuántos y quiénes acompañarán a los futuros cónyuges? Según el tipo de locación y los servicios que preste, los precios pueden variar significativamente ya que esto se calcula por persona. Existen tres opciones comunes:
Si se escoge una que incluye catering, mobiliario y mantelería, el costo se estima entre 4.400 y 5.800 Bs por persona. Esto representa una boda buena, con todo lo necesario pero sin mayor lujo en algún salón de eventos. Para un presupuesto de 200: entre 880mil y 1millón 160mil Bs.
Muchos creen que esta es la opción más económica, pero no es tan cierto. Si se planea hacer una boda de gran calidad, el precio por persona oscila entre 6.000 a 8.000 Bs. Solo por gastos de comida y bebida. También se debe considerar que existen otros agregados: toldo, piso entablado y transporte.
Este tipo de locación suele ser la más costosa. Todo debe ser transportado al lugar del evento. Luego hay que contratar catering, mobiliario y mantelería, además del servicio de festejo. En este caso el precio por persona se encuentra entre 8.000 y 10.000 Bs.
Del vivero al florero
Toda boda se adorna con flores, muchas flores. La decoración por más sencilla que sea, tiene que lograr esa ambientación mágica o de hadas Un arreglo floral está por el orden de los 1.500 a 2500bs —dependiendo del tipo de flores que se utilice. El costo total dependerá de la cantidad de mesas.
Fotos para recordar
Un día tan importante se debe pasar de la memoria al registro gráfico. Las fotografías plasman historias y vivencias. Lo lamentable de ellas es que no todo el mundo sabe captar los momentos adecuados. Si hablamos de un servicio especializado, capaz de capturar esos momentos memorables, vestido de la novia, iglesia y la “Hora loca”, puede rozar en un click los 150.000 a 300.000 Bs.
Los beats de la rumba
Fiesta no es fiesta sin buena música. Lo hace todo: el ambiente, el mood y la vibra. Por esa razón, algunas parejas consideran que este es uno de los aspectos más importantes. Existen muchas opciones para elegir: desde un simple D’j —entre 20.000 y 35.000 Bs— hasta una orquesta en vivo con un formato de 15 integrantes en los que se incluyen percusionistas, metales, piano, guitarras, bajo, entre otros, cuyo costo puede variar de 330.000 a 450.000 Bs.
Si se quiere contratar a un grupo o cantante de renombre, se debe tener presente que los precios pueden manejarse en distintos tipos de moneda. El traslado debe ser incluido y se considera un extra del total a pagar.
La mesa de dulce
Para algunas parejas la torta de boda no es muy importante, pero para otras es un requisito indispensable. Los precios varían: 8.000 a 40.000 Bs dependiendo del tamaño, de la cantidad de pisos que tenga y de los sabores del relleno. Ojo, esto podría llegar a ser más caro.
Para la mesa de postres se calculan siete dulces por persona. O sea: que si la fiesta es para 200 es un total de 1400 postres. Cada sabor tiene un precio distinto. Aquí una brevísima lista que hace guiños al estómago y a las chequeras:
Alfajores: 30 Bs.
Shots de mousse de chocolate o parchita: 50 Bs.
Macarrones: 90 Bs.
Bombón: 50 BS.
Torticas de queso criollo: 40 Bs.
Suspiros: 15 Bs.
Caña para todos
El gran golpe a las tarjetas y a las libretas de ahorro. El costo de una botella de whisky está por el orden de los 6.900 Bs. y una de vino en Bs. 3.000. Espumante 3.300 Bs.
El cálculo de las cantidades de licor también depende de varios factores. Verbigracia: si la fiesta es de día o de noche. Para la primera opción se debe calcular un poco más. Para una boda de 50 personas se calculan más o menos dos cajas y media de vinos y una y media de whisky. Total: 148.500 Bs. Si la boda es de 200 personas el costo en bebidas sería más o menos 571.200 Bs. Por 10 cajas de vinos y siete de escocés.
Totales
Saque usted lo cuenta… A eso añada el proceso inflacionario. Económicamente, casarse no es para todos.
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Existe un antes y un después de la hiperinflación. La familia Ardila Cabrera lo sabe. Cambiaron las rutinas, los hábitos, y los pequeños placeres se convirtieron en grandes lujos. El presupuesto se desangra. El dinero no alcanza, ni queriendo. Se vive con lo mínimo, como se pueda, estirando cada bolívar. “Donde comen dos, comen tres”, no suena a refrán sino a proeza. Rendir la plata es la clave y sobrevivir la meta, si la hiperinflación que comenzó hace un año deja
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