Sexo

"Montar Cachos" también es negocio

Las efemérides resaltan las prácticas amatorias de los infieles y AshleyMadison.com las capitaliza. Esta página web hace las veces la Cupido cibernético: une a divorciados, solteros o casados con otros que buscan calores o marimorenas

Fotografía: Mercedes Rojas
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Más que una página web para encontrar el amor y tener un romance de película, el portal es un espacio para aquellas personas que están abatidas por los problemas del matrimonio: divorciados que atraviesan una difícil etapa transitoria. El fin, a corto plazo, no es otro más que conocer gente nueva para escapadas y affairs. Así lo plantea David Benoliel, VP de Operaciones para América Latina de AshleyMadison.com, un hombre guapo que, pese a sentir empatía por la gente con desaciertos amorosos, proclama estar felizmente casado y exhibe en su anular izquierdo el anillo que lo certifica.

No es un requisito sine qua non estar casado o con pareja, no. De hecho, más del 20% de las mujeres que se registran, son solteras. Al entrar, el usuario es invitado a escoger una situación sentimental, luego sigue la creación del perfil personal —beneficio que es gratuito para todos. Los curiosos entran y merodean un rato para sentirse cómodos y confiados antes del primer contacto. Para establecer comunicación con otras personas, sólo los hombres deben pagar. En el caso de las mujeres el servicio no tiene costo, a menos que sea una mujer que busca a otra mujer.

Benoliel dice que es como la vida misma: “Un caballero que corteja a una dama en un bar siempre ha de pagar la cuenta”.

La seguridad es la premisa del site. Nadie quiere toparse “por accidente” con el perfil casanova de su actual pareja. Son pocos los que ponen sus nombres completos e imágenes frontales que revelen el rostro. Al pasear por esta casa de citas online, se descubren fotos de torsos, espaldas, caras cubiertas y el uso de sobrenombres; estas son las herramientas de conquista más utilizadas. Hay un botón de pánico, que se pulsa en caso de que una compañía indeseada llegue sorpresivamente, al presionarlo se abrirá otra página con un contenido menos polémico y revelador. Todo parece estar meticulosamente planificado, hecho por expertos con unos cuantos cachos en su currículo. Los más precavidos tienen sus fotos en un área privada a la que sólo se tiene acceso mediante una llave —que será entregada por el dueño a quien considere de confianza.

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David habla con la tranquilidad y normalidad de alguien que vende productos de belleza. “Exponer a AshleyMadison.com en una enorme valla no promueve la infidelidad. Probablemente, el que ingrese ya tiene carencias afectivas irremediables”, afirma Benoliel. Invita, además, a que se haga, de forma segura, discreta e inteligente, conexiones amatorias y calenturientas, al tiempo que afirma que es una excelente oportunidad para las mujeres. “Para aquellas que no gozan de la aceptación social, que son juzgadas por buscar amores pasajeros en lugares públicos. A diferencia de los hombres que salen, por ejemplo, solos a un bar a conocer gente, van a un club de strippers o a casas de masajes con finales felices, y no son criticados”. AshleyMadison.com es en cambio, una manera fácil y confiable para hacerlo sin salir de casa, sin preocuparse por las lenguas viperinas y envidiosas.

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