Humor

Cilia y Evita: las mentiras de una gira presidencial

Hace pocos días el sucesor del "Comandante Eterno" desembarcó junto a la "primera combatiente" de la nave que lo llevó de gira por los países miembros de la OPEP. Su propósito era incrementar el precio del petróleo. El periplo es comparable con el que alguna vez hizo la rubia Evita, divinamente vestida de pies a cabeza. Los resultados de ambos viajes son cuestionables por no decir infructuosos

Publicidad

En 1947, la Primera Dama de Argentina, Eva Perón, emprendió un viaje de buena voluntad hacia Europa. La bautizada por la prensa como “Gira del arco iris” fue un recorrido que la llevó a la España de Franco, donde le fue impuesta la Gran Cruz de Isabel La Católica ante la ovación de una multitud. De allí pasó a Italia y al Vaticano, donde se reunió con el Papa Pío XII. En seguida fue festejada en Portugal, Francia y Suiza hasta regresar tres meses después a Buenos Aires.

Fue un éxito a todas luces según los titulares de la época, hasta con una portada en la revista Time para rematar. Lo que los periódicos no reseñaron en su momento ─o contaron antes de que el régimen peronista los clausurara─ es que con la excepción de su visita a España, donde prometió enviar un cargamento de trigo a un pueblo muerto de hambre, el tour de Eva Perón solo fue beneficioso para cimentar el mito de “Evita”.

La realidad es que en Italia, el partido comunista tachó a la señora Perón de fascista. Del Vaticano salió con un rosario que Pío XII sacó de una gaveta de su escritorio, porque ni loco le iba a dar el título de marquesa pontificia que ella anhelaba. En Francia publicaron las fotos subiditas de tono de su pasado como modelo, en Suiza le cayeron a tomatazos y a Gran Bretaña ni fue porque la Familia Real le hizo “el fo”.

Evita regresó a su ciudad. Ya con sus descamisados y su marido entre sus brazos ¿qué importaba si su viaje fue un fracaso? Cuando de la aeronave emergía una mujer con el new look de Christian Dior, son pocos los que se cuestionaron el brillo de un arco iris. Cuando el dinero sigue entrando, como entró con los Perón, “uno no pregunta cómo” -como dicen en el musical de Andrew Lloyd Webber sobre la llamada santa peronista.

La gira presidencial de la pareja presidencial que ocupa -¿la Casona?- ha despertado un interés similar al viaje de la otrora residente de la Casa Rosada. Una gira que, si nos guiamos por los organismos oficiales y sus fotografías, ha probado ser tan fructífera que juraríamos que Cilia Flores anda vestida de Dior y no de visitante a la pista de patinaje en el Hotel Humboldt.

De Moscú a Pekín y de Riad a Doha, los medios controlados por el Gobierno han destacado el éxito de los logros conseguidos por el Presidente, su esposa y una comitiva que incluye hasta niños ─se presume que deben ser expertos en microcréditos o algún tema que explique su presencia─ para derrotar las llamadas pretensiones de los Estados Unidos de mantener una guerra petrolera en el mundo.

Según estos diarios sumisos, Nicolás Maduro regresa al país esta semana con un convenio bajo el brazo con China de más de 20.000 millones de dólares; un acuerdo con Irán para construir 20.000 viviendas y modernizar una flota de taxis. Venezuela recibirá apoyo financiero “en diversas modalidades” de Arabia Saudita y entre Doha y Caracas habrá un vuelo directo así como “oxígeno suficiente para cubrir la caída de los precios petroleros” -que esperamos no sea como el oxígeno que intentaron cobrarnos en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar en el 2014.

Ahora que el dinero no sigue entrando, las grandes preguntas que las páginas y pantallas chavistas evitan hacerse son: ¿logró Nicolás Maduro frenar la bajada del precio del barril del petróleo? No. ¿Qué espejitos intercambió una nación que no tiene reservas internacionales para cubrir ni la quinta parte de su deuda externa? Lo sabrá el Contralor General de la República. ¿Fue todo un triunfo la «Gira de los Espejitos»? Depende. Si usted lee Ultimas Noticias y su titular “Gira de Maduro por el petróleo es un éxito” esto fue mejor que la del «arco iris».

Si usted lee un medio independiente o escucha lo que dicen los venezolanos en las colas de los supermercados sobre la gira de los Maduro, ya sabe que ni Evita.

Publicidad
Publicidad