Música

Daiquirí, esa rumba que no se acaba

Luego de tres décadas fuera de los escenarios, el grupo venezolano concebido, fundado y dirigido por el economista Alberto Slezynger compite hoy por su primer Grammy Latino con el disco Esa morena, que mantiene el sello rítmico con el que rompieron récords en los años ochenta

Fotografía de portada: Mauricio Candela
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Alberto Slezynger dice que sufrió un shock de adrenalina cuando recibió la noticia. También, que al amigo con el que estaba reunido en ese momento en México DF se le cayó la boca, se le abrieron los ojos. El compositor de jingles y música tropical y para televisión recuerda que pasó 72 horas alegre: “Uno tiene momentos de felicidad durante el día, pero yo lo estuve continuamente porque se cumplió un sueño. Toda la vida había querido una nominación al Grammy”. Este jueves le toca estar en Las Vegas y, quizá, recibir un dorado gramófono, el primero para Daiquirí.

El economista egresado de la UCV y creador del grupo Daiquirí, que durante los años 80 construyó su “casa del ritmo” en Venezuela, volvió al estudio de grabación con nuevos músicos y lanzó en abril el álbum Esa morena. Como si su ausencia de la escena durante tres décadas no le hubiera restado ingenio, la producción de Slezynger fue considerada por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación y colocada en la categoría Mejor Álbum de Fusión Tropical este 2015. Allí compite con Radio universo de Chino y Nacho, El mismo de la banda colombiana ChocQuibTown, The King is Back del español-dominicano Juan Magan y El día que vuelva del ex líder del grupo Bacilos, Jorge Villamizar.

Esa morena surgió de muchas peticiones. Slezynger cuenta que cuando se encontraba con gente de Venezuela, Colombia y Ecuador muchos lo reconocían y le pedían material nuevo. “Y al cumplirse 30 años me di cuenta de que o sacaba un disco ahorita o no lo haría más nunca”.

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El álbum es una mezcla de viejos éxitos y nuevas composiciones. Los recordados “Morir de amor”, “Caso perdido”, “Puro deseo” y “Chamo candela” comparten espacio con el tema que le da título al disco, y que Slezynger presenta como un homenaje a la mujer caribeña, y con otros como “El pana parrandero”, “Sabrosura” y “Eres tú”. “Son ese tipo de canciones que uno le canta bajito en el oído a la mujer que uno quiere mientras baila con ella”, dice.

Con este álbum, que tardó dos años en completarse, el sello Daiquirí se mantiene intacto. A su fusión se suman nuevas herramientas tecnológicas, como en sus inicios hiciera con la guitarra eléctrica, los teclados sintetizadores, el órgano electrónico y sonidos FM del Yamaha DX-7. Además, agrega Slezynger, repite la fórmula de reunirse con los mejores.

En la producción de Esa morena estuvieron Yasmil Marrufo y Javier Mendoza, que formaron parte del sonido del grupo de décadas pasadas, así como Eric Schilling –el mismo de la Miami Sound Machine de Gloria y Emilio Estefan– fue el encargado de las mezclas.

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Entre los músicos participaron el famoso guitarrista Dan Warner, el percusionista Richard Bravo, quien ha trabajado con Ricky Martin, el bajista venezolano Ricardo Martínez y el también guitarrista de Juanes, Juan Pablo Daza. Para las letras contó con la colaboración de Fernando Osorio, compositor del tema “La negra tiene tumbao”; Jorge Luis Piloto, autor de hits como “Yo no sé mañana”; y Jorge Villamizar, a quien se enfrenta en la 16° edición de los Grammy Latinos, cuya ceremonia de entrega se realizará el próximo 19 de noviembre en el MGM Grand Garden Arena en Las Vegas.

“Trabajo en la industria de la música y tengo una compañía de producción, por eso siempre estoy ligado a los estudios. Pero ponerme a cantar de nuevo me costó mucho; porque siempre dirijo a los cantantes y ahora era yo quien necesitaba director y no lo tenía. Me tocó imbuirme en la sensación que tuve cuando comencé y recordar la felicidad, que es lo que llena al disco. Siento que traer un regalo de alegría en estos momentos tan difíciles por los que atraviesa Venezuela y el mundo nos puede hacer olvidar lo malo”.

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Donde todo era conga y bongó

Mientras hacía su posgrado en Economía en la Universidad de Nueva York con una beca Gran Mariscal de Ayacucho y en paralelo tomaba un curso de producción musical, Alberto Slezynger creaba los primeros demos de lo que luego sería su más grande cóctel melódico. Entonces comenzaban a correr los años ochenta.

Slezynger ya estaba relacionado con la música. Había formado parte de Sietecuero con Yordano y Evio Di Marzo, con el que hacían rock latino, de espíritu urbano. Lanzaron un disco al mercado que no tuvo mayor repercusión.

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“Quería hacer un álbum que le gustara a todo el mundo. Comencé a componer en los inviernos duros de Nueva York porque mi alma caribeña sufría. Recordaba las playas de Morrocoy, Todasana, Margarita. Cuando regresé a Venezuela traía Daiquirí”, recuerda.

El grupo tuvo en su formación a músicos como el bajista Danilo Aponte (que falleció el año nuevo de 1988 y fue sustituido por Rafael “Rafucho” Figliolo), el tecladista Silvano Monasterios, el guitarrista Pedro Vilela, los percusionistas Gerardo López, Carlos “Nené” Quintero y Gustavo Calle; y a Manolo Álvarez en los coros.

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Con ingeniosas campañas publicitarias y pegajosas mezclas de son cubano, samba, cumbia, pop y percusión afro venezolana, Daiquirí alcanzó popularidad en el norte de América Latina, Estados Unidos y Europa.

Su primer LP Puro deseo de amar logró un récord en la historia de Sacven: recaudó Bs 191.097, 52 por derecho de autor; lo que hizo que, luego de los descuentos, Slezynger recibiera un cheque por 158.372,07 bolívares. Fue una producción que vendió más de 260.000 copias.

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Un éxito que poco a poco decayó. Su segundo LP La casa del ritmo, con su “Chamo Candela”, vendió 110.000 copias; luego vinieron dos discos más (La noche y Mi tumbao) recibidos con menor entusiasmo. El grupo estuvo bajo perfil y reapareció en 1989 con su quinto LP homónimo; ya habían pasado de la disquera Sonográfica a Sono-Rodven. Y con la llegada del fundador del grupo a Miami, se publicó el álbum Caribeña en 1994 en Madrid y Colombia (pero no en Venezuela), con una alineación de músicos de sesión; además de posteriores recopilaciones.

Bueno de verdad

Durante las últimas dos décadas, Daiquirí realizó algunos conciertos esporádicos, en Miami y ciudades latinoamericanas. A Venezuela volvieron en el año 2008 y regresarán a principios de noviembre para promocionar Esa morena.

Slezynger ha estado dedicado principalmente a su compañía publicitaria Personal Music, que se ha convertido en una de las más importantes de Estados Unidos y ha recibido varios galardones por su trabajo para musical para audiovisuales: el León de Oro del Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions en cuatro ocasiones, ASCAP, reconocimientos en los Premios ASCAP, en los CLIO y en el London International Awards.

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Sobre los antiguos integrantes del grupo, Slezynger afirma que han seguido en contacto, cada quien desde su trinchera y sus diversas ocupaciones dentro y fuera de la música.

“Daiquirí le recordó al venezolano, y en especial al caraqueño, que detrás del Ávila está el Mar Caribe. El que nosotros nos vistiéramos con camisas floreadas hawaianas hizo que la gente las usara en los conciertos, les despertó su parte caribeña. Al principio fue difícil convencer a las disqueras, el único que vio el potencial fue Alejandro Blanco Uribe. Yo pensaba que no iba a pegar mucho, sino que iba a vender lo suficiente para comprarme un carro. El primer disco fue un éxito: triple platino; y 30 años después vamos a los Grammy. Fue perfecto”.

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