Dalida, déjala bailar sin ropa

Olivier Saillard, director del museo, Sandrine Tinturier y Robert Carsen se ocuparon de la edición y la puesta en escena de este espectáculo de moda y música. Todas estas piezas constituyen el conjunto de la generosa donación que hizo Orlando —hermano de la cantante— al museo y que servirán para preservar su legado pop.
La cantante y actriz poseía un cuerpo perfecto, talla de modelo, una gestual única, dueña de glamour y siempre marcó tendencias. Llegó a ser un gran ícono de la moda en el país galo. Encarnó el prototipo de la belleza mediterránea, bronceada y trágica al mismo tiempo con su inconfundible acento que la llevó al estrellato.

Para abrir el recorrido se encuentra un vestido bustier estilo «Hollywood» confeccionado en terciopelo rojo y creado por el modisto Jean Dessès. Dalida lo llevó en 1958 durante su primer recital, su traje fetiche, amuleto de la suerte que volvió a lucir en 1981 en el Olympia. Su minúscula cintura nunca aumentó de talla siempre conservando una silueta juvenil.

Siempre se ocupó de cada detalle, sin dejar nada al descuido. Adoraba a los diseñadores de su época y ellos la idolatraban proponiéndole increíbles looks de prêt à porter y Alta Costura. Sofisticada, arreglada, maquillada, bañada en accesorios, siempre fue una estrella que rutilaba dentro y fuera de escena.

Cada diseñador marcó una etapa dentro de su recorrido artístico: Carven, por ejemplo, diseñó sus siluetas 50’s; los largos trajes al estilo Hollywood fueron ejecuciones de Jean Dessès en los convulsos 60’s —no olvidar el mayo francés del 68—; sobria y chic se pavoneó en los modelitos de Loris Azzaro; pop 60’s de la mano de Balmain; los atuendos disco, punk y lentejuelas fueron de Michel Fresnay; en los 80’s, embutida en cueros multicolores y enormes hombreras, Jean Claude Jitrois la esculpió. Clásica y atemporal, como su voz, fue obra de Yves Saint Laurent.

La exposición además cuenta con videos de las memorables coreografías de Dalida, emisiones de televisión, películas del cineasta italiano Giorgio Simonelli donde participó.
En 1980, la cantante causó furor cuando salió a escena ataviada por Michel Fresnay con un body en terciopelo negro y una gran capa en plumas de avestruz rosa pálido. Un cambio total ¿Chic o shock? A través de esta magnífica exposición no solo vemos la carrera de esta diva eterna sino también su amor hacia la moda y el diseño.

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