Investigación

El Congreso de la Patria: propaganda o fortalecimiento chavista

La vapuleada electoral de las elecciones parlamentarias llevó a Maduro a convocar al Congreso de la Patria, una convocatoria para reagrupar y fortalecer al chavismo desde la base, reconectando a la cúpula con sus seguidores. Pero, más allá del anuncio, no se ha producido una convocatoria formal ni se han definido las particularidades del evento. Mientras tanto, los "bolivarianos" agotan su paciencia

Texto: Franz Von Bergen | Fotografía: AVN
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El pasado 29 de diciembre, poco más de 20 días después de la derrota electoral más dolorosa de la historia para el chavismo, el presidente Nicolás Maduro presentó un presunto bálsamo para los problemas de popularidad del movimiento: el Congreso de la Patria. «Nos permitirá elaborar las líneas maestras de la contraofensiva revolucionaria y del renacimiento del bolivarianismo. Permitirá la expansión de las fuerzas revolucionarias para visualizar los escenarios para el año 2016», aseguró el Jefe de Estado sobre la reunión, para la cual quedó en agenda el 23 de enero como la fecha de instalación de su comité promotor.

El encuentro serviría en teoría para congregar a las distintas fuerzas chavistas, desde las más leales al gobierno hasta las disidentes, y llegar a puntos de encuentro para solucionar los problemas actuales. Sin embargo, cuando falta poco más de una semana para su arranque oficial, poco se sabe sobre la nueva instancia. Además, las distintas corrientes —que se proclaman revolucionarias y socialistas— no han recibido una invitación formal, lo que pone en riesgo la efectividad de la cita. Así las cosas, afloran dudas sobre si el congreso sanará realmente los problemas que debilitan al chavismo o si sólo servirá como una propuesta propagandística.

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En el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) todavía sienten que la ocasión llegará a buen puerto. Aunque admite que no se ha definido la convocatoria y no se han extendido invitaciones formales, Heryck Rangel, coordinador de política electoral de la juventud de la organización, indica que están a tiempo de que el encuentro produzca “un salto cualitativo” de la revolución. “Abordaremos principalmente cinco temas: 1) cómo hacer más funcionales y eficientes las estructuras organizativas de la revolución, 2) propuestas para mejorar la economía del país, 3) profundizar la política social de la revolución, 4) reimpulsar las comunas y la organización popular, y 5) mecanismos para fortalecer la democracia participativa”, comenta Rangel.

Aunque no saben en dónde presentar sus propuestas, partidos del Polo Patriótico y movimientos de base alejados del PSUV sugieren que se deben agregar otros puntos a la lista. Rafael Uzcátegui, secretario general del partido político Patria para Todos (PPT), uno de los miembros del Polo, propone que el tema de la hegemonía del partido de gobierno sea revisado. “El gabinete anunciado la semana pasada terminó siendo nuevamente uno exclusivo del PSUV. Esto limita al Gobierno porque las propuestas de los aliados deberían ser escuchadas también”, subraya el dirigente.

Desde el año 2007, cuando apareció el PSUV tras la desaparición del Movimiento V República (MVR), las organizaciones aliadas han sido excluidas por completo del gabinete de gobierno. La mayoría de las candidaturas para las distintas elecciones también han sido monopolizadas por la tolda oficial. En esa misma línea, Uzcátegui advierte que es urgente una reforma de la ley del sistema electoral para acabar con la subrepresentación de los partidos más grandes en los cuerpos colegiados como la Asamblea Nacional (AN).

Por su parte, Carlos Castillo, miembro de la Asociación Nacional de Amigos Vecinales (Andave), agrega que se tienen que sincerar sobre la verdadera situación del poder popular. “La mayoría de las comunas y consejos comunales son de papel y los financia el Estado. No se hacen elecciones para escoger a sus directivos y en muchos hay corrupción. Por eso la gente no se anima a participar en ellos”, declara. Hasta 2013 Castillo dirigía una Unidad de Batalla Bolívar Chávez en los Magallanes de Catia. Ese año fue expulsado junto a otros dirigentes de su localidad por rechazar la postulación para la reelección del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez.

¿Verdadera pluralidad?

Castillo ni su organización, la cual agrupa a varios movimientos vecinales de distintos lugares del país, han sido invitados al Congreso de la Patria. El dirigente duda que sean convocados: “En Caracas es Jorge Rodríguez el que decide quiénes van a esas cosas. Ellos nos consideran críticos y radicales y por eso no nos invitan”. Sin embargo, Rangel asegura que el PSUV está abierto a que acudan todas las organizaciones de base si “son revolucionarias y chavistas” o están abiertas a hacer propuestas “patrióticas”.

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Esta descripción parece que se ajusta al perfil público de Marea Socialista, una corriente interna del PSUV con representación en casi todo el país y dirigida por algunos dirigentes que en 2014 fueron expulsados del partido de gobierno, como Nicmer Evans, Heiber Barreto y Gonzalo Gómez. Pero ellos tampoco han sido convocados para el Congreso de la Patria todavía. “Si hay una propuesta metodológica abierta y transparente no tenemos problema de asistir, pero si es un evento sin viabilidad ni impacto real, no nos interesa ser relleno”, indica Evans sobre la cita.

El éxito real de un congreso puede ser decidido por la metodología que presente y sus integrantes. Si termina siendo una simple reunión en la que dirigentes de peso acuden a pronunciar discursos televisados, es poco probable que se dé un verdadero debate que produzca cambios y soluciones a lo interno del chavismo. Néstor Francia, excompañero de Mario Silva en La Hojilla, escribió en el sitio web rebelión.org algunas dudas que todavía persisten sobre la convocatoria: 1) ¿Cómo se designará el comité promotor?, 2) ¿Cómo se escogerán los delegados?, y 3) ¿Cómo se constituirá la mesa directiva del congreso?. “Lo ideal sería que se incorporaran al Comité Promotor inclusive sectores críticos antiimperialistas que aunque difieren de algunas de las políticas del PSUV y del Gobierno, están dispuestos a defender la Patria frente al imperialismo y la oligarquía”, afirma.

La lección del pasado

Las experiencias de otros años pueden ser un precedente útil para definir cómo actuará la alta dirigencia del chavismo ante la nueva cita. Para el Congreso del PSUV en 2014 se anunció que más de la mitad de los delegados serían escogidos por las bases del partido. No obstente, al final se terminó dando entrada a los ministros, gobernadores, alcaldes y diputados electos, lo que hizo que el número de voceros no seleccionados fuera más que los elegidos por votación.

Esto limitó los logros de esa reunión, en que se aprobaron algunos cambios en la estructura e ideología del partido pero no hubo una transformación importante que se materializara en la práctica.

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Ese año Maduro aprovechó el impulso de ese congreso para anunciar otros que también fueron poco eficaces, como el de los trabajadores y el de la juventud. El Presidente habló de ellos repetidamente en televisión, pero luego los olvidó en 2015 sin que hubiesen alcanzado soluciones reales. “La ausencia de convocatoria clara y sin método no proyecta ser algo distinto a convocatorias anteriores. Pero damos aún el derecho a dudas y convocamos a que, si es cierta la voluntad de cambio, se corrija ya la situación. Si no es así, igual seguiremos participando en espacios alternos para la creación de salidas a la crisis desde una visión de izquierda”, resalta Evans sobre la postura de Marea Socialista.

La diferencia de este congreso con respecto a anteriores es que el chavismo está urgido de recuperar popularidad y resolver los problemas económicos para poder mantener su posición de dominio dentro de la política nacional. Con el precio del petróleo por debajo de 30 dólares por barril esa necesidad se agudiza aún más.

Este hecho lleva a Rangel a admitir que el tema más “perentorio” del congreso debe ser la economía y discutir ideas diversas para poder consolidar un modelo socialista sustentable.

Esta nueva realidad podría hacer que las cosas cambien de cara al nuevo congreso, aunque para ellos deberían aparecer señales muy claras de amplitud el próximo 23 de enero. El chavismo se podría estar jugando una de sus últimas cartas con la cita convocada por el Presidente. Llegará el día y se verá si la propuesta era sincera o se limitaba a una simple propaganda.

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