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El milagro que acercó a la Madre Carmen a la santidad

La Madre Carmen fue beatificada el 16 de junio. Para los fieles a la Congregación que formó, su santidad es un hecho a pesar de que su canonización esté en curso desde hace dos décadas y todavía no pinta su final. De venerable a beata, el Papa Francisco es el pontífice en dar las buenas nuevas: Carmen Rendiles Martínez está ahora más cerca de la santidad

FOTOGRAFÍAS: DANIEL HERNÁNDEZ
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Ana Antonia Martínez estaba embarazada en 1903. Una tarde, escuchó cómo tocaron la puerta de la casa de sus suegros en El Paraíso, Caracas. Al abrirla se topó con un mendigo sin un brazo. Cuando lo despidió, la impresión fue tanta que fue a la pequeña capilla que tenían dentro del domicilio y le preguntó a Dios: “¿Qué quieres decirme con esto?”. Poco sabía que una de sus hijas nacería sin un brazo y estaría destinada a ser la tercera religiosa beata en la historia de la iglesia católica venezolana.

La voz se corría por Caracas: la casa de los Martínez en El Paraíso daba limosnas a los pobres que se acercaran. Era una familia adinerada. Allí vivió Carmen Rendiles Martínez, ahora conocida como Madre Carmen, con una discapacidad y una atracción por la religión desde muy pequeña. Nacida el 11 de agosto de 1903, decidió alejarse de a poco de su vida ostentosa para entrar de lleno en el mundo espiritual.

Madrecarmencita7Luego de crecer en una casa donde la cristiandad y la eucaristía nunca faltaron, el colegio San José de Tarbes fue su confirmación religiosa. Si Madre Carmen sintió pasión por algo fuera de la religión fue por la educación, pero al sendero para juntar ambas no le faltaron obstáculos. Su discapacidad física le valió el rechazo de varias congregaciones en Caracas hasta que decidió optar por un camino en Francia a 7.615 km de Venezuela para unirse el 25 de febrero de 1927 a la Congregación Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento.

En 1951 la nombraron Superiora Provincial de la Congregación en Venezuela y durante su ejercicio fundó el Colegio Belén de Caracas y el Colegio Nuestra Señora del Rosario de La Punta en Mérida. Sin dejar de lado su amor inicial por la enseñanza, también donó su casa paterna para que funcionara como centro de educación para niños con bajos recursos.

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De una a dos congregaciones

Durante su estadía en Francia, la Madre Carmen se enfrentó a la persecución que fuerzas oficiales francesas propinaron contra las religiosas en el territorio durante la Segunda Guerra Mundial. El papa Pío XII escribió una bula o carta papal en donde autorizó a las monjas a no usar el hábito y optar por la condición de hermanas seculares.

Dentro de la Congregación, las religiosas podían elegir pertenecer a la rama interna de la cofradía para vivir en comunidad en una casa -tal como lo decidió la Madre Carmen- o a la externa, en donde las monjas tenían la posibilidad de quedarse con sus padres en sus casas y formarse desde allí.

A raíz del conflicto bélico y la bula del papa Pío XII, la rama externa comenzó a crecer de forma acelerada en Francia, mientras que en otras regiones en donde existía la congregación, como Venezuela, la fórmula se aplicó al revés. En medio del meollo, a Madre Carmen la regresaron a su país como maestra de novicias y luego se convirtió en superiora delegada, pero desde el país galo la comunicación se hacía cada vez más complicada.

MadreCarmencita5“Allá –en Francia- se celebró un Capítulo General que es cuando las hermanas se reúnen para reelegir o elegir a una madre general y como la rama externa de la congregación había crecido tanto, tuvieron que insertar en las elecciones a las monjas externas y por supuesto quedó electa una madre de esa rama. Nadie ama lo que no conoce y ella no conocía tanto la congregación como lo hacían las internas”, cuenta una Sierva de Jesús que trabaja en el colegio Belén de Caracas desde hace 34 años.

La recién electa madre general tomó la decisión de exigir que todas las religiosas pertenecientes a la congregación pasaran a su rama externa y abandonaran la interna. “A la Madre Carmen, Dios la inspiró a que debía conservar la congregación tal como ella la vivió y le tocó enfrentarse en una lucha espiritual. Fue un trabajo muy duro, la iglesia intervino, el Cardenal José Humberto Quintero la auxilió y orientó”, sigue la monja.

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Como resultado de los esfuerzos de la Madre Carmen por conservar las tradiciones dentro de la Congregación Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento y la imposibilidad de hacerlo por no lograr acuerdos entre la parte europea y la venezolana, se decidió dividir la cofradía.

En 1965 nació Siervas de Jesús de Venezuela bajo su cargo.

“Dios tenía sus planes porque luego de que se dividieron, a la congregación francesa no les permitieron ser seculares en su totalidad. Pudieron haber quedado como una sola, pero entonces Madre Carmen no habría sido fundadora”.

MadreCarmencita4El milagro clave

14 años después de ver un rayo de luz salir de un cuadro de Madre Carmen, a la cirujana Trinette Durán de Branger todavía se le hacen agua los ojos cuando recuerda el milagro que le permitió seguir ejerciendo una profesión que ama.

Después de 34 años como médico, a Trinette le apasiona su trabajo a pesar de haber dejado el Hospital Pérez Carreño por las condiciones de escasez a las que se enfrentaba. Fue en ese mismo recinto en donde recibió una descarga eléctrica que se convirtió en su historia más contada desde 2003.

La mañana del 20 de mayo de 2003, la doctora se preparaba para operar a los pacientes que tenía cuando recibió un corrientazo al rozar la camilla en la que el doliente se posaría.

“El día anterior se había hecho un Plan Bolívar, es decir que a los quirófanos se metían dos camillas para operar a dos pacientes. Eso está prohibido por resguardar su integridad. En este caso, se metieron soldados a mover los cables de las máquinas y dejaron un cable pelado con un teipe en la camilla”, dice Durán. La instrumentista del quirófano le dijo a Trinette que era imposible recibir corriente de la camilla, pero cuando la cirujana tomó el bisturí para proceder con el paciente, la descarga eléctrica en su brazo derecho fue tan fuerte que la tumbó al suelo.

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Luego de que colegas la ayudaran, siguió operando por el resto del día. Al llegar a su casa, empezó un dolor que no disminuyó a punta de pastillas ni por más médico que visitara. “Me vieron más de 20 médicos, te lo juro. Me pusieron una férula y recorrí las principales clínicas de Caracas. Cada uno me mandaba una medicina peor que la otra y como no mejoraba, pasé dos meses en un sofá de la casa. Estaba demacrada, no podía dormirme, era muy fuerte el dolor. Había perdido completamente la fuerza”.

En medio de su desesperación, la doctora decidió operarse en el Centro Médico de Caracas el 18 de julio de ese mismo año. Lo que no sabía era que una parada en el Colegio Belén iba a cambiarle los planes. “Qué cosa me dijo que fuese hasta allá, no lo sé. Yo soy sumamente intuitiva y le he hecho caso toda la vida a mi corazón. Mi operación era a las 2 pm y en el colegio fui a la capilla y prácticamente me acosté sobre el altar a rezar”.

Trinette no tenía mayor conocimiento sobre la fundadora de la Congregación, pero su instinto la llevó a rezarle y pedirle por su pronta curación. Una hermana que la vio, le señaló a una mujer sentada en la primera fila de la capilla y le dijo que hablara con ella porque era “prácticamente santa”. Su nombre era San Luis, una de las hermanas menores de Madre Carmen.

MadreCarmencita3“Me tomó el brazo, empezó a rezar y sobarlo y me dijo que la Madre Carmen me iba a curar y que tenía que pintarla. Yo hago retratos, le hice uno a la Madre María Teresa de Calcuta. Ella me dio una foto pequeña de Madre Carmen y desde ese día lo tengo en mi cartera”.

La hermana San Luis llevó a Trinette al cuarto en donde reposaba la Madre Carmen. Ella contó que al llegar ambas sintieron una “energía invisible que nos hizo difícil pasar pero cuando lo hicimos, la hermana me muestra un cuadro grande, levanta la mano y me dice ‘esta es la Madre Carmen’. En ese momento, de la pintura salió un rayo de luz inmenso que nos invadió y el calor que sentí en la cabeza y el brazo fue indescriptible”.

Trinette perdió la fuerza y cayó al piso. “Cuando volví en mí, estaba acostada en la cama y la hermana San Luis me tenía abrazada y decía ‘no pesas nada, eres una pluma’. Ya no tenía dolor, recuperé la fuerza, estaba perfecta”.

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La operación no fue necesaria. “El cuerpo humano se enferma tan terrible porque uno se aleja de Dios”, asegura. Al principio creyó que quien obró detrás de su milagro era el Espíritu Santo, pero al enterarse de que a la Madre Carmen le faltaba un brazo, no le quedó duda de que había sido ella.

“Fue ahí que me di cuenta de que sí fue ella, hasta entonces decía que había sido el Espíritu Santo. A la semana siguiente de mi milagro, fui al médico y después de exámenes él se impresionó porque había recuperado toda la fuerza”.

Un proceso que dura décadas

Más de dos décadas se tomó el proceso para la canonización de la Madre Carmen que inició el 9 de marzo de 1995 y hasta hoy, a pesar de tener pautada su beatificación para el próximo 16 de junio, no está completa. Todavía no es considerada como “santa”. Para ello, un milagro no es suficiente.

Hace falta una nueva confirmación de un milagro instantáneo, total, permanente, sin explicación médica ni natural, para que la canonización de Carmen Rendiles Martínez esté completa. Sin embargo su beatificación es un paso importante en el camino.MadreCarmencita2El 5 de julio de 2013, el papa Francisco reconoció las “virtudes heroicas” de la Madre Carmen y le otorgó el título de venerable. Cuatro años después, el 19 de diciembre, el pontífice publicó un decreto en donde se aprobó la beatificación de la religiosa.

A Madre Carmen la llamaron venerable por “hacer cosas que están fuera de lo normal para su condición. Ella lo donó todo a la iglesia. Es difícil que una familia se vaya desprendiendo de sus cosas para formar niños”, explica Trinette.

En el 2014 empezó una etapa diocesana de investigación que amerita llevar recaudos a la máxima autoridad de la zona en donde ocurrió el milagro. En ella, la doctora entregó al cardenal asignado, llamado “mensajero de la causa”, los documentos que verificaban su condición y operación pautada.

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“Debo describir lo que pasó, me graban, tengo que escribirlo textualmente de mi puño y letra para luego entregarlo a la iglesia. Empieza entonces un periplo para averiguar la veracidad de todos los documentos que llevé y posterior a eso, una comisión de Roma viene a Venezuela a investigarme y a los médicos que me vieron”.

Esta fase terminó el 18 de septiembre de 2014 con una sesión solemne del tribunal diocesano en donde se reconocieron y sellaron los fascículos entregados a la Santa Sede para su estudio. El proceso eclesiástico es el que sucede directamente en Roma y en donde más de 100 personas verifican y revisan los documentos enviados desde la zona del milagro.

“Al ser aprobado en este nivel, se abre el proceso que todavía no llega al papa. En el vaticano hay como ministerios que se encargan de dar órdenes al cardenal en Venezuela para que abra el proceso en el país. Esto dura años, es algo serio”.

MadreCarmencita1A los médicos que vieron a Trinette los llamaron a testificar ante un juicio para investigar nuevamente los hechos y verificarlos. Para mala suerte de la doctora, la mayoría de sus colegas no estaban en el país, pero incurrió en su fe para lograr que todos llegaran a Venezuela a testificar.

“Fui a la tumba de la hermana San Luis y le pedí que hiciera lo posible. Le dije ‘seguro tú puedes mover cielo y tierra para traer a esos médicos a Venezuela y que testifiquen’. Le di sus números y correos a la hermana Rosa María que llevaba la causa en el Vaticano y resulta que los médicos vinieron a buscar lo que les quedaba aquí para volver a irse”.En diciembre de ese año, el Papa aprobó el milagro.

Para el cardenal Jorge Urosa Savino, la Madre Carmen “fue una mujer de gran personalidad, de intensa piedad y ardiente caridad, descolló en la humildad, la fortaleza y el amor a la eucaristía, de mucha dulzura. De carácter fue también firme y determinada, así como de gran capacidad de organización”.

La Iglesia Católica todavía no la toma como una santidad, pero la Madre Carmen representa fortaleza para sus siervas y para ellas siempre ha sido una santa. Trinette las acompaña en sus creencias. “La iglesia sí es exigente”, dice entre risas, “ya se sabe que es una santa”.

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