Opinión

En la amnistía está prohibido olvidar

El futuro de la Ley aprobada por la Asamblea Nacional parece escrito: su no aplicación. Mientras los encarcelados se mantengan tras las rejas, otros cantarán victoria y le sumarán al caldo del conflicto político. Pero la historia determina que quienes están arriba luego estarán abajo, y allí se verán en ese espejo roto

Composición fotográfica: Andrea Tosta
Publicidad

Esto es lo que va a ocurrir con la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional. El presidente Nicolás Maduro va a recibir el texto aprobado por la Asamblea Nacional y lo enviará sin leerlo a sus bandoleros en la Sala Constitucional para que lo decreten nulo nulito. La Asamblea chistará y alguna que otra marcha organizada con poca afluencia protestará por la negativa. Leopoldo López, entre muchos, no saldrá de la cárcel. Su esposa Lilian viajará al exterior para denunciar el atropello constitucional y Venezuela continuará en su indefensión jurídica por ahora y mientras tanto.

Eso no es lo que debería pasar pero es lo que va a suceder. Los presos políticos son el sustento del discurso gubernamental. Liberarlos implicaría reconocer su derrota. No lo dice en público pero el Presidente también invoca ese lema tan opositor que dice: “Prohibido olvidar”. Prohibido olvidar lo que le conviene.

La tan esperada ley que busca exonerar los delitos de todos aquellos venezolanos que fueron perseguidos y/o enjuiciados por motivos políticos desde el 1 de enero de 1999 no conseguirá ni la reconciliación ni la amnistía deseada por la mayoría. Solo le dará más combustible y palabreo a un Maduro sin apoyo que se esconde con una cámara de televisión en su trinchera de rencores.

Sus focas aplaudirán como siempre. Pobres ignorantes. En un futuro ellos mismos serán los primeros en querer aprobar una ley de amnistía. Una ley que les perdone su apoyo al “gas del bueno”, el “me la meten presa” y el “ataque fulminante”. ¿O es que acaso a alguien le queda dudas de que muchos funcionarios de los nefastos gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro no pasarán en un futuro a ser pesados por la balanza de la justicia?

Por más que veten la ley, lo difícil no es en realidad conseguir la amnistía de nuestros valientes hombres y mujeres que languidecen tras las rejas o permanecen en el exilio por caprichos presidenciales. Tarde o temprano eso vendrá. Por más que intenten, no podrán prevenirnos a quienes creemos en nuestros derechos ciudadanos y constitucionales de lograr una reconciliación para encarar entre todos el futuro que deseamos para Venezuela. Eso está escrito.

Difícil la tiene Maduro y sus secuaces al interrumpir el transcurso natural de la justicia y de la reconciliación nacional. Un gobierno que tiene en su haber la mancha de un preso político no es realmente un gobierno sino una bomba de tiempo. Un funcionario público que tiene todas las cartas en su mano para alcanzar la paz y se niega a jugarlas no es sino un cobarde. Mal futuro le auguramos. Pues cuando explote la bomba de tiempo y los cobardes que nada hicieron se arrodillen a pedir clemencia, como seguro pasará, la única respuesta de los venezolanos hacia ellos será: “Prohibido olvidar”.

Publicidad
Publicidad