Opinión

Epa, Diosdado: la Asamblea también la ganó Filipinas

Como primera finalista derrotada, el gobierno comandado por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello se niega a aceptar que la oposición ganó la mayoría de la Asamblea Nacional. Ante ello, se les envía este recordatorio a quienes siguen aferrados a una corona que ya no les pertenece

Composición fotográfica: Andrea Tosta
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En la pasada edición del concurso Miss Universo, celebrado hace casi un mes en Las Vegas, las tensiones brotaron a flor de piel cuando el animador Steve Harvey admitió al final del concurso que se había coronado a la ganadora equivocada. No era Miss Colombia, quien desfilaba ya con corona en testa, banda en pecho y flores en mano, la eventual ganadora, sino Miss Filipinas, quien lamía sus heridas de primera finalista en un lado oscuro del escenario.

Con toda la madurez inusualmente característica en una niña de tan pocos años, Miss Colombia accedió a que le quitaran la corona y se la pusieran a la verdadera ganadora. El momento será para siempre inmortalizado en los errores garrafales de la televisión en vivo. Cuando no ganaste, pues perdiste y como tal debes aceptar los resultados, tal como hizo la amazónica Miss Colombia.

Así no parece suceder con el gobierno de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello con los resultados de las elecciones parlamentarias venezolanas del 6 de diciembre. Ellos parecen una Miss picada renuente a dejar que la corona salga de su cabeza. En Las Vegas, los jueces declararon que la votación había sido unánime en la escogencia de Filipinas. En Venezuela, el árbitro anunció que la votación dio para que la Asamblea Nacional fuese ocupada por la mayoría calificada de la Mesa de la Unidad. Entonces, ¿por qué chistan las primeras finalistas?

El mayor error político del Partido Socialista Unido de Venezuela comandado por estos reyes sin corona en las pasadas elecciones fue no escuchar la voz de su público. La gente quería que desfilaran con abundancia, progreso y cambio. En cambio, salieron a la pasarela con una banda de insultos, medidas económicas fracasadas y pachulí a guiso. “Venezuela se respeta” proclamaban cual reinas de belleza encabronadas en cada mitin político en el que se entarimaron. Pero cuando el público no vio resultados de sus promesas, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello no pueden ser tan descarados como para esperar siquiera la banda de Miss Simpatía.

Ahora se habla de un revés en los resultados. Son 109 y no 112 como se había anunciado. Un juez oculto llamado el Tribunal Supremo de Justicia aparece en la tribuna y las amenazas de desacato, nulidad de leyes y desincorporación de parlamentarios engalanan el fastuoso traje de una Asamblea Nacional recién barrida de retratos de Simón Bolívar con la nariz aplastada. “¡Ganó Colombia! ¡Ganó Colombia!” parece decir Diosdado en cada una de sus declaraciones. Pero el pueblo de Venezuela, juez soberano de esta contienda, está más que claro que esta elección la ganó Filipinas.

Fin de la transmisión.

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