Opinión

Ese opositor llamado Nicolás

El único perdedor del domingo fue el “heredero de Chávez” que le falló a su Comandante. A él hay que decirle que no ganó la contrarrevolución, sino el pueblo queriendo vivir en un país que se maneje distinto y en el que se pueda vivir bien. Para eso escogió una nueva Asamblea Nacional

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No cabe la menor duda de que el perdedor más grande de la campaña electoral más sucia que se haya jugado en los últimos tiempos fue Nicolás Maduro. Con toda la maquinaria del Estado en su bolsillo, el control casi total de los medios y un amedrentamiento diario a los ciudadanos sobre una guerra económica que solo existe en su cabeza, el heredero de Chávez le falló a su Comandante. ¿Quién diría que hoy en Venezuela el más grande opositor a la voluntad de la mayoría es precisamente Nicolás Maduro?

Es cierto, que la Mesa de la Unidad haya obtenido la mayoría calificada en la Asamblea Nacional no implica que Maduro deje de ser Presidente de Venezuela. Ese puesto es suyo hasta que se mida en una nueva elección, renuncie, sea decretado ausente de su cargo o hasta que el pueblo así lo decida por medio de las vías legales. Pero no puede considerarse legítimo un Presidente que menos de cinco minutos después de los resultados oficiales del CNE salga en una “cadena que no fue cadena” diciendo que en Venezuela triunfó la contrarrevolución.

Triunfó el pueblo, señor Maduro. No hay otra manera de explicarlo.

El pueblo se cansó de una llamada “Revolución Bolivariana” que divide a los venezolanos en leales o traidores al proceso cuando aquí las únicas lealtades se le deben a la Constitución Nacional y a los símbolos patrios. El pueblo se hartó de no conseguir comida, ni medicamentos, ni futuro. ¿Cuántos venezolanos han muerto porque esta Revolución Bolivariana no se ocupó de equipar funcionarios policiales que atacaran sin misericordia el tema de la inseguridad? ¿Cuántos hemos visto a seres queridos languidecer en hospitales porque no hay médicos, medicamentos o camillas? ¿Cuántas familias deben hacer sus maletas porque aquí la palabra futuro solo es posible si uno se enchufa?

No más, señor Maduro. Las leyes de ahora en adelante no serán para sus viajes sino para las universidades. Venezuela necesita con urgencia una clase de educación familiar y ciudadana si no queremos matarnos entre nosotros por un paquete de harina precocida. Venezuela requiere de leyes que ajusten la economía de cochinito a una que ofrezca oportunidades de ahorro. Venezuela pide a gritos leyes para que sus jóvenes se eduquen y que sus viejos se atiendan.

Yo elijo vivir en un país con leyes que incentiven la creación de miles de empresas como Polar. No que las quiebre a todas. Yo prefiero vivir en un país donde su Presidente respete la voluntad de la mayoría y trabaje para que ésta se cumpla. No uno que se atrinchere en las catacumbas de un despacho vociferando ante sus focas y las cámaras de televisión que la edad de oro volverá. Aquí no hay oro, presidente Maduro. Se lo robaron. Lo único que existe es la simple realidad de que en este momento usted es la oposición.

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