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Estados orientales, entre malos conocidos y buenos por conocer

Los candidatos en Anzoátegui y Monagas tienen no pocas canas en su hoja de vida política. Delta Amacuro, Sucre y Nueva Esparta tiene opciones un tanto más frescas. Las opciones son, en muchos casos, de saltarines de la política

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Boxeo de sombras en Monagas

Es una rareza que Guillermo “El Negro” Call esté abanderado por Copei en los comicios regionales de octubre de 2017. Ha militado en Acción Democrática (AD) por años, incluso antes de que las gobernaciones se eligieran por voto popular y los monaguenses pudieran escogerlo directamente como su cabecilla. Ocupó el cargo de secretario general del partido blanco en la entidad durante varios años del siglo pasado y en 1998 fue secretario de organización del Comité Ejecutivo Nacional de AD (CEN) a nivel nacional.

A Monagas lo ha mandado por voto y por dedo. Fue designado gobernador por el presidente Jaime Lusinchi en 1986, durante un año. Luego fue el primer mandatario electo, y se mantuvo en el cargo hasta 1995 cuando le entregó la banda a su pupilo, Luis Eduardo “El Burro” Martínez. Dos décadas más tarde, se enfrentó con él en las primarias de la Mesa de la Unidad por la candidatura monaguense, ahora arropado por el color verde de Copei, y venciendo también a María Gabriela Hernández, de Primero Justicia, y Ramón Fuentes, de Un Nuevo Tiempo.

Su piel tostada y su sombrero panameño lo identifican. También su apellido, que ha rondado la política regional desde hace cuatro décadas cuando asumió el primero de sus tres períodos como diputado regional, entre 1974 y 1988. La magistratura regional la volvió a ocupar en 2000 y hasta 2004 cuando ese estado cayó en manos del chavismo con otro de sus hijos políticos, José Gregorio “El Gato” Briceño.

Monagas está gobernado desde 2013 por Yelitze Santaella, exmandataria de Delta Amacuro que cruzó la frontera de la entidad para recalar en ese despacho cuando “El Gato” cayó en desgracia con el chavismo. Ella no tiene apodo, vaya rareza. Ahora, la mujer busca su primera reelección con el apoyo de la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el respaldo del “hijo ilustre” de ese territorio –para el oficialismo–: Diosdado Cabello.

Con una seguidilla de rectos y ganchos mal conectados, Santaella simuló ganarle sobre un rin de boxeo al candidato opositor, representado por un hombre con un color de piel similar y un sombrero como el de Call. Ella, ataviada con una ajustada franela rosada, dejó entrever su regordete cuerpo, y su descoordinación. Una de las tantas estratagemas del ridículo que han prevalecido en la campaña de los candidatos de Nicolás Maduro.

Pero el papelón de Santaella no es solo buscando votos, sino también en su gestión. En 2016 inauguró el segundo puente sobre el Caño de Juniaco en Maturín, cuya infraestructura no soportó las lluvias torrenciales de comienzos de 2017 y se desplomó el 2 de enero. Un montaje sin soportes. Unos años antes, en 2013, medios de comunicación y periodistas aseguraron que un hijo de la gobernadora fue detenido en México con 40 kilos de cocaína y un pasaporte diplomático. Un show de escala internacional.

En Monagas no tiene historia antes de 2012, pero sí en el Delta, de donde es oriunda. Allí fue concejal y luego primera autoridad entre 2000 y 2008, primero con el apoyo del Movimiento Al Socialismo (MAS). Cuando dejó ese estado, fue relevada por una de sus aliadas de gestión: Lizeta Hernández.

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Anzoátegui en total Déjà vu

En Anzoátegui, al igual que en Nueva Esparta,  el candidato de oposición se acordó mediante un consenso de los partidos adversarios al gobierno que evitó la realización de unas primarias en la región. Antonio Barreto Sira, en principio, fue propuesto como candidato a la gobernación con el apoyo del partido Avanzada Progresista; pero las demás toldas se alinearon detrás del diputado electo en 2015 y reincidente en la carrera por la magistrtura regional

Masista de antaño, fue alcalde del municipio Freites (Cantaura) desde el año 1995 hasta 2004, cuando le dejó el cargo a su esposa gracias a los votos de los electores. Entonces, compitió por primera vez por la gobernación, pero perdió frente a un aún no tan musculoso Tarek William Saab. Luego lo volvería a intentar en 2008 pero una inhabilitación en su contra le truncó el camino. Pero no amilanó y en 2012 volvió a correr por la silla que finalmente consiguió “el negro” Aristóbulo Istúriz, con quien se medirá el 15 de octubre.

Como alcalde, el ingeniero agrónomo es recordado, entre otras cosas, por haber construido el Complejo Ferial de Cantaura, donde se celebran las Ferias de la Virgen de la Candelaria, patrona del estado Anzoátegui. También fue vicepresidente de la Asociación de Alcaldes de Venezuela.

En 2010 y 2015, Barreto Sira logró ser electo como diputado a la Asamblea Nacional por Anzoátegui, manteniendo una racha de 20 años activo en política. La mitad que su contendor, Aristóbulo Istúriz, que compite con apoyo del PSUV y el resto de aliados del Gran Polo Patriótico.

Istúriz ha tenido un recorrido agitado en la política venezolana. Se inició como activista de Acción Democrática en el año 1975, partido al que le dedicó nueve años de su vida y en los que trabajó en la organización sindical del periodo presidencial del ex presidente Luis Herrera Campins. También fue concejal de Caracas.

Luego pegó un brinco al partido Movimiento Electoral del pueblo, y más adelante a La Causa R donde tuvo su gran momento: fue candidato vencedor a la alcaldía del Municipio Libertador, venciendo a Claudio Fermín. Pero no pudo repetir al frente de ese despacho pues Antonio Ledezma le propinó una sonora derrota.

El golpe de Estado fallido que encabezó Hugo Chávez aquella madrugada del 4 de febrero de 1992, contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, y las palabras de Rafael Caldera ante el congreso fueron suficientes para que el educador diera su apoyo al insurrecto en su campaña presidencial de 1998 desde el partido Patria Para Todos, el cual fundó con Pablo Medina.

La victoria de Hugo Chávez lo hizo destacar aún más en la política venezolana. Fue constituyente en 1999, segundo vicepresidente de esa instancia. Más adelante, en 2001 asumió el Ministerio de Educación, hasta 2007.

Alejado del PPT, se plegó al PSUV cuando el partido nació en 2006 reuniendo a casi todas las fuerzas del chavismo. Dos años más tarde, sería derrotado por segunda vez por Ledezma, ahora en competencia por la Alcaldía Metropolitana. En 2010 se convirtió en diputado a la Asamblea Nacional por Caracas pero no terminó su período para caer de paracaidista en Anzoátegui y hacerse con la gobernación en 2012. Eran tiempos en los que decía que el mejor gobernador sería aquel que más rápido desbaratara las instituciones para dar paso al Estado comunal.

Luego dejó inconclusa la gestión para asumir la Vicepresidencia de la República en 2016, volviendo al gabinete para después desfilar como Ministro para las Comunas, ya en 2017. El encargo le duró poco, pues se postuló a la Asamblea Constituyente para repetirse en la segunda vicepresidencia por apenas unas semanas antes de asumir de nuevo la carrera por Anzoátegui. Una vida de eternos retornos.

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¿Cuál será el bueno por conocer?

La cara fresca del diputado Robert Alcalá intentará llegar a la gobernación del estado Sucre, abanderado por el partido Acción Democrática (AD), donde milita desde que tiene 14 años. Fue seleccionado como la cara unitaria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en unas primarias que sonaron fuera de la entidad por su controversia: simpatizantes de los candidatos Ramón Martínez, por Avanzada Progresista, y Alcalá protagonizaron una trifulca en el centro de votación del Polideportivo Félix Lalito Velásquez, en la parroquia Altagracia. Incluso, hubo dirigentes de ambos partidos que intentaron llevarse consigo cajas de resultados.

A pesar de la revuelta, los electores dieron como ganador al adeco con más de 60% de ventaja sobre el exgobernador Martínez, que se divorció del chavismo hace un lustro. Lo acompañan también las tarjetas de Copei, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo, entre otras 15 toldas opositoras.

Su vida política ha sido de estructura partidista y no de figuración pública. Buscó la alcaldía de Cumaná en las elecciones de 2013, pero quedó más de 12 puntos porcentuales por debajo de su contrincante psuvista, David Velásquez. Su nombre comenzó a sonar después de eso, y resonó aún más cuando optó por una curul en la Asamblea Nacional para el período 2016-2021. El 6 de diciembre de 2015, el abogado, fue electo por voto lista en representación del estado Sucre.

Traer de vuelta a AD a la cabeza de la gobernación nunca ha sido tarea sencilla en Sucre. El estado solo ha tenido dos gobernadores adecos: Eduardo Morales Gil, entre 1989 y 1992; y Eloy Gil, entre 1998 y 2000. De resto, el chavismo ha sido la marca y en seguidilla: Movimiento Al Socialismo (MAS), Podemos, Movimiento V República (MVR) y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han dominado el despacho hasta la fecha. La postulación de Edwin Rojas representa la continuación del dominio “rojo rojito”.

El actual gobernador acumula apenas unos meses de experiencia en la gobernación, desde que fue encargado a asumir el cargo que dejó Luis Acuña, quien renunció “por cuestiones de salud”, y fue reubicado como Cónsul en Canadá. Era 29 de enero de 2017 cuando la presidenta del Consejo Legislativo del estado Sucre (Cles), Carmen Rodríguez, lo juramentó en el cargo, un año después de haber sido electo para el Poder Legislativo y asumir la Secretaría de Gobierno regional para permitir esa sustitución.

Abogado egresado de la Universidad de Los Andes, tiene una trayectoria mínima en cargos ejecutivos. Fue director encargado del Instituto Nacional de Transporte Terrestre en 2010 y, en 2011, fue nombrado viceministro de Política Interior y Seguridad Jurídica. Antes, en 2007, fue director general de prevención del delito del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia, para luego formar parte de la Comisión del Sistema Policial (Consipol). Además, se le recuerda como corredactor del Decreto de Ley de Policía Nacional y Servicio de Policíaycomo uno de los “expertos” de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme del año 2011. Un evidente exitazo.

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Nueva Esparta, lo civil versus lo militar

En Nueva Esparta hubo armonía opositora. Las primarias fueron innecesarias cuando todos los partidos acordaron impulsar a Alfredo Díaz, alcalde del municipio Mariño y jefe regional de Acción Democrática.

Es margariteño y su vida política comenzó hace dos décadas, en 1995 cuando fue concejal de la localidad que ahora encabeza. Como edil repitió varias veces, alcanzando la Presidencia del Concejo Municipal, hasta que en 2008 ganó la alcaldía y repitió en 2013.

Esta será su primera competencia por la gobernación del estado, que está en manos de Carlos Mata Figueroa, que busca su reelección como ficha del PSUV. Exministro de la Defensa, al día siguiente de pasar a retiro en 2012 se enfundó de rojo y se lanzó como candidato en la isla, logrando el triunfo u destronando a uno hasta entonces invicto: Morel Rodríguez.

Más allá de los escándalos personales, por su matrimonio con una “muchachita”, Mata Figueroa tiene un currículo amplio, que comienza con estudios en la Academia Militar de Venezuela, con cursos realizados en Italia y Estados Unidos, además de especializaciones en Derecho Internacional Humanitario, una maestría en Seguridad y Defensa y otra especialización en Seguridad y Defensa realizada en Holanda.

Fue subiendo en la escalera castrense nacional hasta que en 2010 Hugo Chávez lo nombra al frente de la cartera de Defensa. El despacho lo dejó en manos de Henry Rangel Silva, quien seguiría sus pasos como abanderado del PSUV para unas elecciones regionales.

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