Sucesos

Heyker Vásquez, con doble identidad y licencia para matar

En el 23 de Enero hay incertidumbre frente al asesinato de Heyker Vásquez, caído durante la Operación Gedeón que dio muerte al sublevado Óscar Pérez. Vásquez era líder del colectivo Tres Raíces, que controlaba la seguridad y distribución de alimentos en varias zonas de la parroquia. Su caso está marcado por la doble identidad que el Estado y el PSUV confirman y por la nueva evidencia de que los grupos paraestatales del chavismo medran dentro de la fuerza pública 

TEXTO: ANGÉLICA LUGO Y VÍCTOR AMAYA
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“Heyker ha caído en combate, como caen los revolucionarios de todos los días, los revolucionarios de siempre, los que son capaces más allá del discurso de arriesgar la vida por las ideas, y en esta oportunidad por el legado del comandante Hugo Chávez (…) Así es la guerra, compatriotas. En la guerra o se triunfa o se muere”. Las palabras fueron dichas por el ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal, el lunes 15 de enero en un audio que se distribuyó vía Whatsapp. Era la primera confirmación de que el hombre había muerto durante el operativo que dio caza y muerte a Óscar Pérez, calificada como “la masacre de El Junquito” por la Asamblea Nacional y la Conferencia Episcopal Venezolana.

Desde ese día, la fama de Heyker Vásquez sobrepasó los linderos de la parroquia 23 de Enero, donde ejercía la autoridad. Líder del colectivo Tres Raíces, a sus 33 años de edad, mandaba en los sectores El Mirador y las Zonas E y F. Controlaba la seguridad, las dinámicas sociales y hasta la procura de alimentos, al ser el encargado de distribuir la comida a bodegas Mercal, abastos y revendedores, además de tener la última palabra en la entrega de los Clap a los vecinos de Catia y el 23 de Enero. De allí, su cercanía con el jefe de ese programa gubernamental: Freddy Bernal.

Un poder amparado en las armas, que ya el grupo había exhibido antes y que, por si quedaban dudas, mostraron durante el sepelio del hombre en Caracas cuando compañeros de Tres Raíces hicieron guardia alrededor del féretro, utilizando armas de guerra, frente a funcionarios de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana.

Pero en el oeste de la ciudad la preocupación no era solo sobre la confirmación de que los grupos armados del chavismo operan en conjunto con la fuerza pública. Por las calles de la parroquia 23 de Enero hay tristeza, desesperanza, incertidumbre, miedo y duelo. El carómetro de los habitantes da cuenta de las expectativas sobre las consecuencias que su asesinato traerá en la comunidad, una vez apagados los tiros al aire que acompañaron su velorio el martes 16 de enero.

Una vecina cuenta a Clímax que, pese a que en esa zona sabían que Vásquez tenía antecedentes penales, la comunidad prefiere seguir las reglas del Tres Raíces para poder tener acceso al alimento. “Ahora viene una lucha para definir quién asumirá el poder. Otros colectivos tienen resentimiento porque el monopolio de la comida lo tiene el Tres Raíces, grupo que, a diferencia de otros tiempos, no tiene tanto renombre como La Piedrita”.

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En la populosa parroquia ubicada frente al Palacio de Miraflores operan más de 30 colectivos. Cada uno tiene delimitadas sus zonas con graffitis y pinturas. Encabezar alguno es tener mucho poder. Por eso, y a pesar de asegurar que se trata de organizaciones sociales y no delictivas, un integrante de otro colectivo teme que se registren enfrentamientos entre los miembros de Tres Raíces para tomar el control.

“Es claro que la distribución de alimentos en la parroquia es un negocio. Lo que hemos percibido otros colectivos es que en Tres Raíces no hay una cadena de mando establecida. Si después del asesinato de Heyker se desarrolla una guerra interna en esa organización, puede salpicar a otros grupos y, sin duda, la cosa se va a poner caliente en el 23”, expresó y pidió resguardar su identidad.

Por otra parte, sostuvo que las bandas delictivas de zonas como El Guarataro, El Observatorio y la Cota 905 han celebrado la muerte de Vásquez pues, a su juicio, el principal líder delcolectivo trató de erradicar el microtráfico de drogas en esas zonas. “A él lo conocían como el malo, o el matón. Pero entre nosotros sabemos que Heyker no se metía con la gente buena”, aseguró.

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Con licencia para matar

La identidad de Heyker Leobaldo Vásquez Ferrera da para mucho. Así era conocido por sus vecinos del 23 de Enero, por sus compañeros del colectivo y, como se escuchó, por las autoridades del PSUV, como Freddy Bernal y Diosdado Cabello, quien lo mencionó en su programa Con el mazo dando. Pero en la Policía Nacional Bolivariana tenía otro nombre: Andriun Domingo Ugarte Ferrera.

Identidad de Heyker como policía

Así fue reseñado cuando el ministro de Interior, Néstor Reverol, mostró su rostro como una de los dos uniformados caídos durante la Operación Gedeón –que en hebreo significa «Destructor»– del lunes 15. Entonces, fue identificado como Supervisor Jefe del FAES. Curiosamente, en la primera minuta policial difundida horas después de los sucesos de El Junquito, se le nombró como Andriu Garate, sin cédula de identidad.

Minuta policial FAES Operacion Gedeon

Un integrante de Tres Raíces explica a Clímax que tanto en la organización a la que pertenece, como en otras que tienen en su nómina a funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado, los militantes cuentan con doble identidad como medida de seguridad. De igual forma, en entrevista para Runrunes, el vicepresidente del colectivo, Eudi Otaiza, ratificó la información: “Cuando dicen que caen funcionarios, indicamos nombres y direcciones falsas para poder movilizar a los familiares y resguardar ciertos objetivos de interés de nuestra organización y para que los cuerpos apátridas que siempre nos han atacado tengan ese falso positivo”.

Pero no es solo un asunto de nombres y datos sueltos. Tampoco una medida unilateral de un grupo paramilitar amparado por el poder y la ideología. El propio Estado avala que un ciudadano tenga doble identidad, incluso para sufragar.

De hecho, Heyker Vásquez estaba registrado en el Registro Electoral con su cédula 16.342.391, habilitado para votar en la Unidad Educativa Nacional 23 de Enero, ubicada en el sector Mirador. También sale registrado en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) donde se muestra como último empleador, hasta 2010, la Corporación de Servicios del Distrito Capital, una oficina dependiente del Gobierno del Distrito Capital que ese año era encabezado por Jacqueline Faría.

CNE Heyker VásquezIVSS Heyker Vásquez

Por su parte, Andriun Domingo Ugarte Ferrera, cédula de identidad 16.598.461, está registrado ante el Consejo Nacional Electoral para votar en el mismo centro electoral del municipio Libertador, pero no posee ficha en el IVSS que confirme su estatus como Activo en la Policía Nacional Bolivariana.

CNE Adriun Ugarte Heykel

Jefe en las FAES

Las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana ganaron protagonismo en 2017. Entonces, comenzaron a actuar como un cuerpo “antiguarimbas”. En mayo de ese año detuvieron a siete personas en Chacao por supuestamente organizar protestas violentas. En julio, fueron 12 los detenidos durante un operativo en Caricuao, también acusados de “guarimberos”.

Pero fue en septiembre de 2017 cuando comenzó la captación formal para “operadores” de esta unidad táctica. En octubre, se anunció que en El Junquito sería inaugurado un centro de operaciones estratégicas para este cuerpo.

Según Monitor de Víctimas, que califica a las FAES como el «grupo de exterminio de la PNB», entre mayo y noviembre de 2017 en el Área Metropolitana de Caracas se registraron 403 homicidios en los que participaron los cuerpos de seguridad del Estado. De estos, 124 (31%) fueron atribuidos a las FAES –incluyendo 31 ejecuciones extrajudiciales, denunciadas por testigos y familiares de las víctimas–, que a su vez son las responsable de 62% de las muertes cometidas por la PNB.

Heyker Vásquez formaba parte del grupo élite de la PNB a pesar de tener antecedentes penales. En la cuenta de twitter @DignidadMP, administrada por funcionarios del Ministerio Público vinculados con la fiscal en el exilio Luisa Ortega Díaz, se revelaron seis casos en donde el líder de Tres Raíces aparece involucrado.

Las investigaciones lo apuntan por cinco homicidios y una extorsión, y los datos revelan que en algunas de las causas existen órdenes de captura libradas en su contra y nunca ejecutadas. Los casos son de 2008 hasta 2013, antes de que existieran las FAES y antes de que Vásquez fuera acreditado como funcionario activo de ese cuerpo policial. Es decir, se le dio una chapa ya teniendo antecedentes penales.


Una fuente de la Policía Nacional Bolivariana explicó a Clímax que Vásquez fue entrenado en la Universidad Experimental de la Seguridad (UNES) para ser miembro de las FAES. Entretanto, el militante del colectivo aseguró que el líder caído también fue formado en Cuba para “meterle cerebro a la capacidad organizativa en la parroquia 23 de Enero”.

El doble cedulado no es el único de ese colectivo que porta credenciales policiales. Entre los heridos de la Operación Gedeón está el funcionario Hansin Jesús Dávila Jiménez, portador de la cédula de identidad 10.528.055, quien fue herido de bala en la pierna izquierda, según la minuta policial. También está adscrito a las FAES de la PNB y forma parte del colectivo Tres Raíces.

Lo admite el vicepresidente del grupo, Eduin Otaiza, en la entrevista para Runrunes, al referirse a la doble identidad de Vásquez: “Cuando el compañero Hansin (Dávila) cae, antes de dar la noticia, tuvimos que tomar muchas medidas de seguridad porque nosotros somos asediados por los cuerpos de seguridad”. Según esa conversación, en la Operación Gedeón participaron más miembros del Tres Raíces, aunque no precisó si uniformados como PNB.

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¿El “Juancho” de 2018?

No deja de causar curiosidad que un líder de un colectivo del 23 de Enero, además Supervisor Jefe de un cuerpo élite tenga que protegerse de cuerpos de seguridad “enemigos”.

Por eso hay quienes en el 23 de Enero barajan la hipótesis de que a Heyker Vásquez “lo querían matar porque tenía mucho poder, al igual que lo hicieron con ‘Juancho’ Montoya el 12 de febrero de 2014”, dijo una fuente consultada por Clímax. “Los dos murieron en circunstancias extrañas. Los dos tenían poder y fueron utilizados como carne de cañón en hechos políticos importantes en el país. En el caso de Juan Montoya, fue utilizado para dispersar las protestas opositoras en Candelaria el 12 de febrero de 2014 y allí fue asesinado, mientras que a Heyker lo utilizaron para encabezar la operación de captura a Oscar Pérez en El Junquito y allí fue asesinado”, agregó. Una fotografía que muestra una herida en el tórax del  cadáver, que se presume es de salida, sirve de gasolina para la especulación de que recibió un disparo por la espalda.

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El homicidio de “Juancho” Montoya, según determinó el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), fue a manos de un oficial del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin): José Ramón Perdomo Camacho, de 42 años al momento del suceso. Es el mismo funcionario señalado de haber causado la muerte al estudiante Bassil Dacosta en los mismos hechos. Fue el único detenido, a pesar de evidencias de que otros funcionarios (alguno de los cuales también formaban parte de colectivos “revolucionarios”) participaron de la balacera. Ocho meses más tarde de esos eventos, fue asesinado José Odreman, líder del colectivo 5 de Marzo, quien al igual que Montoya tenía nexos con el Sebin, según investigaciones periodísticas. Su muerte ocurrió a manos del Cicpc durante un operativo policial en Quinta Crespo.

Pero el relato gubernamental insiste en que “Andriun Domingo Ugarte Ferrera” fungió de negociador con los sublevados, a petición del grupo de Óscar Pérez. Un trabajo publicado dos días después en Últimas Noticias explaya la versión oficial, difundida primero por Diosdado Cabello, el 17 de enero: “Ellos lo mandaron a buscar porque José (Alejandro) Díaz Pimentel, compañero de Pérez, es del 23 de Enero y lo conocía”. Según el vicepresidente del PSUV, Pimentel fue quien asesinó al líder del colectivo “con un tiro en el pecho”.

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