La hora del té

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El té es una bebida con un sabor descrito por muchos como fresco, ligeramente amargo y astringente, además sus beneficios para la salud son amplios. Cuenta la leyenda que su nacimiento es obra de la coincidencia. El emperador chino Shen Nung, obsesionado con la salud, ordenó hervir toda agua consumible. Un día, mientras llevaba un vaso a ebullición para beberlo,  varias hojas de un árbol se agitaron con la brisa y culminaron su cadencioso descenso en el caliente líquido. Cuando el monarca saboreó el resultado, se hizo historia

Miriam Gómez y Adriana Moreno, reconocidas sumilleres de té, egresadas de la Escuela Argentina del Té y creadoras de Caracas Tea Company, tienen su fórmula para días sofocantes: Aranciata Verde. Es un exótico blend de dos tipos de té verde japonés, con trozos de fresa, lechosa y cascaritas de naranja, que una vez frío se mezcla con jugo de naranja natural. Indican que también es apreciado después de un fuerte entrenamiento físico como recuperador de electrolitos. Ofrecen la fórmula para infusionar en casa o para disfrutar en su grato recodo de la Quinta Camucha —5ta transversal de Los Palos Grandes, entre Alfredo Jhan y Andrés Bello. Las expertas hacen énfasis en que para preparar un té frío debe usarse doble porción de té, porque el hielo tiende a diluir el sabor.

Las voces del desierto

Por siglos las culturas desérticas han bebido té muy caliente a sabiendas de que regula la temperatura corporal. En Coco Tea & Wine —ubicado en el piso 5 del centro comercial Paseo El Hatillo— puede disfrutarse el clásico té marroquí, servido desde lo alto de una bella y humeante tetera árabe en pequeños vasos de cristal. Se trata de un té verde en blend con menta egipcia de envolvente intensidad, dulzor y aroma. El salón, recientemente premiado como uno de los diez mejores de Latinoamérica, es creación de David Hernández, museólogo graduado en Inglaterra, empeñado en tropicalizar con conocimiento e imaginación las bondades del té.

“Toda la vida era clima: esperar, bajo aquel calor en el que los hechos no tenían sentido, a que volviera el frescor, acariciador y suave como una mano de mujer sobre una frente cansada”. -F. Scott Fitzgerald

Fotos: Oriana Lozada y Mercedes Rojas Páez-Pumar

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