Curiosidades

Invasión extraterrestre, no estamos solos

En un universo donde abundan galaxias, planetas y hasta dimensiones es fácil pensar que hay vida además de la terrícola. La NASA anunció el hallazgo de siete planetas que podrían albergar vida en un mismo sistema. Entre cientos de personas, hay quienes juran la existencia de seres extraterrestres. Muchos se han dedicado a la exploración de un tema desconocido, la ufología, burlada por la ciencia, y que gesta aún muchos tabúes

Nasa le mete ciencia a los ovnis
Composición fotográfica: Víctor Amaya
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—¿Tú crees en los extraterrestres?
La respuesta siempre es casi inmediata.
—No, vale. Cero.
La pausa. Dos o tres segundos. Una segunda afirmación.
—Bueno, de que vuelan, vuelan. Yo no sé si estamos completamente solos en la galaxia…
En el universo todo es infinito, incluidos los misterios. El hombre desde tiempos remotos lo observa con asombro y curiosidad. La astronomía se estableció como ciencia natural, dedicada a entender los cuerpos celestiales. Luego vendrían tiempos modernos, tecnologías, armatostes precisos, en fin, el desarrollo que daría cabida a varias expediciones espaciales, muchas todavía en curso. Y no obstante quedan preguntas sin responder. Entre ellas, la existencia de seres alienígenos.
26 DE JUNIO 2014 AV BOYACA 1 Y 22 PM-1 Francisco Lemus
Cita-5-OVNI
Los primeros avistamientos de seres extraterrestres surgieron durante la década de los 40 en los Estados Unidos. Un piloto llamado Kenneth Arnold denunció haber visto una serie objetos voladores no identificados con forma de platillos voladores. De allí surgiría el acrónimo OVNI para referirse a dichas naves de películas. También vendría acompañado de una oleada de reportes similares a lo largo del país, y con el paso del tiempo, alrededor del globo, eventualmente transformándose en el “fenómeno ovni”.
Aunque muchos estudios establecen que la mayor parte de los avistamientos de ovnis suelen ser objetos convencionales como aviones, globos aerostáticos o fenómenos naturales como meteoros, sí existe entre un 5% y 20% sin explicación. Ese porcentaje es el que da cabida al estudio que realizan individuos como el periodista Héctor Escalante. Él quiere determinar si estas embarcaciones de los aires forman parte del ajuar de unos seres superiores y de otras galaxias lejanas.
Escalante lleva alrededor de 16 años dedicado al estudio de la ufología —refiere al estudio de los ovnis, el nombre viene de sus siglas en inglés: UFO. Afirma que ya no puede considerarlo un pasatiempo porque le exige el mismo empeño con el que afronta sus responsabilidades periodísticas. Y aunque no cobra por sus sondeos extra planetarios, siente una satisfacción mucho más valiosa en desenmarañar los misterios del cosmos.
Ovni en marcha opositora
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Todo inició en el año 2000. El cambio de siglo trajo para él una experiencia del más allá, literal: vivió su primer encuentro con un ovni. A eso de las seis de la tarde se encontraba junto a su pareja del momento, la hermana y su novio. Subían por los caminos de El Ávila. En medio de la naturaleza avistaron un objeto volador, como un plato hundido, que hacía juegos de luces. Pero en cuestión de segundos dio un giro de zigzag, también subió y bajó. Tan rápido como apareció, desapareció. El encuentro duró muy poco, pero la imagen se chispea aún en su mente.
Los que lo acompañaban, aterrorizados, quisieron olvidar lo sucedido. Quizás por la naturaleza de su carrera, Escalante se decidió a indagar más. “No quise quedarme como testimonio, sino dedicarme a la parte de investigación”, explica el periodista. A raíz de ese primer encuentro y la sensación que vivió, conoció con mayor profundidad la fenomenología ovni y decidió hacerle seguimiento a los testimonios de ciudadanos alrededor del país. “Yo soy de los únicos que se acerca a los lugares de los testimonios para confirmar la veracidad de ellos”. Todos estos hallazgos los concentra en su blog.
Encuentros intergalácticos
Los encuentros con seres extraterrestres son tan heterogéneos como las luces de sus platillos. La mayoría son avistamientos de naves espaciales o de figuras extrañas, pero también hay quienes dicen haber vivido un contacto cercano o incluso, una abducción. Estas personas se hacen llamar “contactados”. Incluso hay personajes públicos como el ex presidente de la república rusa Kalmykia, Kirsan Ilyumzhinov, quien aseguró en el año 2006 haber sido raptado por estos seres.
En Latinoamérica hay un individuo que no solo fue contactado, sino que pergeñó un trabajo de investigación sobre sus hallazgos en esa experiencia intergaláctica. Su nombre es Enrique Castillo Rincón, y aunque falleció el año pasado, todavía es reconocido por muchos adeptos a la ufología como un gran maestro del fenómeno. Escalante asegura que mucho de lo que sabe viene de los hallazgos de Castillo Rincón en su libro El Ovni, gran alborada humana.
Ingeniero de profesión, Castillo Rincón nació en Costa Rica pero vivió tanto en Venezuela como en Colombia. A lo largo de su vida, desde 1963, aseguró tener encuentros con objetos voladores y fenómenos casi hasta paranormales. No obstante, sería en el año 1969 cuando tendría su primer encuentro con un alienígeno con forma humanoide. El cuento es así: aunque no lo supo en ese momento, mientras asistía a una función de teatro, conoció a un hombre de aspecto nórdico y con facciones muy marcadas que se hacía llamar Cyril, oriundo de Suiza. Una amistad se generó entre ambos y aunque el suizo aseguraba no creer en la vida extraterrestre, antes de partir al extranjero, le admitió que tal vez sí existían y que podrían estar merodeando tierra. En el año 1973, Castillo Rincón se reencontraría con su amigo Cyril, bajo circunstancias completamente distintas. Mediante una mujer que se hacía llamar “La mensajera de unos seres extraterrestres”, el ingeniero viajó a una localidad a 80 km de Bogotá y se sorprendió al encontrarse con una nave de la que salían dos seres. Uno de ellos era Cyril. De estos encuentros aseguró que hay más de 75 especies de alienígenas—entre ellos Los Pleyadianos, la raza de su amigo—que, sí, se encuentran entre nosotros.
Ovni fotografiado por Francisco Lemus durante encuentro organizado por carmencita Padrón el 21 de noviembre de 2015
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Como el ingeniero Castillo Rincón, en Venezuela también hay quienes aseguran ser parte de este grupo. Uno de ellos es Gonzalo Valery. Es un esposo y padre de 62 años, contador y músico. También dice ser un contactado. Sin embargo, aclara que él observa el fenómeno ovni desde una perspectiva íntima y espiritual. A los extraterrestres los llama “hermanos mayores” y asegura que vienen a la Tierra para ayudarnos a crecer y evolucionar.
“Son seres de mucha luz. Son seres familiares, los sientes muy cercanos a ti”, explica Valery. Relata que su encuentro sucedió en Chacao, dentro de su propio hogar. Una noche cualquiera divisó una nave que casi chocaba con los edificios cercanos, pero lo que más le impactó fue que nadie, menos él, veía lo que estaba sucediendo. “Yo esperaba que la gente gritara, pero nada. Me asusté muchísimo. Pensé que ya eran cosas mías, que alucinaba. Pero mientras dormía me visitó uno de ellos y me aclaró lo que pasaba. Yo los veía porque ellos envían sus ondas energéticas a algunos receptores. Yo era uno de esos”, relata el contador. El personaje se presentó como el Capitán Heinlich. Este fue el primero de los seres con los que Valery asevera tener contacto.
Dudar y no rechazar
Como todo tipo de creencia, hay ramificaciones dentro de la fenomenología ovni. Hay quienes explican la ufología desde una perspectiva casi religiosa, otros como un fenómeno natural, y los que se ufanan del empirismo como un estudio científico. Héctor Escalante se figura dentro de los últimos, Gonzalo Valery más hacia la primera rama y Miguel Porras, quien es deportista, se ubica dentro de los dos últimos puntos.
Porras forma parte del equipo que asiste a Escalante en el estudio de la ufología en Venezuela. “Es un mundo tan natural y normal como ver animales en la naturaleza”, explica el deportista. Su primer encuentro con estos seres se parece al de Escalante, también vio una suerte de platillo volador en el Parque Nacional El Ávila. Para él, no hacen falta mayores contactos para creer. Lo considera un fenómeno natural “así como la luna no es de queso y el planeta es redondo. En todos lados ellos están presentes”.
Ovni en el Ávila 2
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El deportista invita a “practicar el buen ejercicio de la duda”. Cartesiano, esgrime el argumento: “No creer en estos seres es absurdo y retrógrado, puesto que el proceso de evolución nos debe hacer más abiertos a creer en nuevas formas y caminos de progreso”. Es por esto que se encarga, junto a Escalante, de realizar vigilias nocturnas en los espacios verdes de El Ávila.
Con grupos generalmente entre 7 y 10 personas, acampan en espacios determinados con la expectativa de presenciar avistamientos de naves o incluso, si corren con suerte, con los propios seres.
Cosa de locos
La ufología tiene más escépticos que adeptos. Todos sufren por igual el rechazo de sus compañeros, familias y, sobre todo, de la comunidad científica en general. “Cuando recibía los testimonios yo me iba al Observatorio Naval Cagigal y a los centros de astronomía en Venezuela, buscando una respuesta científica. Iba a los informes de meteorología a ver si tenían registro de cosas anómalas y ellos de plano te dicen que no y que los extraterrestres no existen. Yo les digo que solo quiero registros, no que me digan si existen o no”, comenta Escalante. La frustración que siente se hace evidente cuando añade: “Yo creo que nos hace falta abrir más la mente. La ciencia no puede ser cerrada”.
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A los creyentes los tildan de locos, adictos a sustancias psicotrópicas y hasta de idiotas. “A mí me costó mucho al principio contar lo que he vivido. Me molestaba que la gente no entienda esto. Es algo que toda la humanidad debería conocer porque es entender a nuestro propio planeta”, afirma Valery. A pesar de las trabas, los tres hombres afirman que con el paso del tiempo hay una mayor aceptación del fenómeno. “Yo creo que la gente está muy abierta creer. Puede ser incluso por la crisis. Como todo es malo, uno comienza a abrir su mente y creer en nuevas alternativas”, asegura Porras. Concuerda Valery: “Menos mal que la gente lo entiende más”. Aunque la NASA no afirma la existencia de los mismos, no descarta la posibilidad que el universo esté lleno de vida, en distintas formas.
Lo cierto es que son muchos los testimonios, sobre todo en el interior del país. Escalante enumera los espacios donde más se obtienen avistamientos: Miranda, Carabobo, Aragua, Bolívar, Mérida y Falcón. Todos estos poseen gran cantidad de vegetación y presencia de agua. “Ellos se aparecen en ámbitos naturales. Siempre son cerca de sitios donde hay agua y mucho verde”, explica Escalante.
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