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Juan Pablo Jaramillo y “La Divaza”: los youtubers se confiesan

En los últimos cinco años,  millones de niños y adolescentes en el mundo siguen a sus ídolos a través de sus móviles y computadoras, los nuevos magos de la cara de vidrio, ante los rostros atónitos de sus padres que no logran entender el fenómeno de los youtubersAntes los ídolos pop de los jóvenes eran fabricados por los medios tradicionales de comunicación. En la década de los noventa y principios del 2000 Disney Channel y MTV lanzaron al estrellato figuras como Britney Spears, Miley Cyrus, Zac Efron, Vanessa Hudgens, Cristina Aguilera, Justin Timberlake, entre otros. Ahora esta generación “Millennials”, que no conoce un mundo sin internet, elige lo que quiere consumir sin seguir los parámetros culturales tradicionales. Además aprovecha plataforma digitales como YouTube y las redes sociales para subir y compartir su propio contenido con sus iguales, sin necesidad de una maquinaria publicitaria o medio que censure su forma de pensar y ser.

Texto: Dulce María Ramos | Composición fotográfica: Andrea Tosta
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Cada vez más se observa en Latinoamérica el fenómeno indetenible de los youtubers: Germán Garmendia (Chile), Sebastián Villalobos (Colombia) Juan Pablo Jaramillo (Colombia), Sebastián Arango (Colombia), Yuya (México), Carolina Jaramillo (Colombia), Juana Martínez (Colombia), La Divaza (Venezuela), Dross (Venezuela). Ellos son algunos de los nombres más populares en el público infantil y adolescentes. En sus canales tocan diferentes temas que van desde el entretenimiento, tutoriales, videojuegos, o simplemente contar su cotidianidad.  Si bien los youtubers son muy activos en redes y se comunican siempre con sus seguidores, conseguir una entrevista con ellos puede ser una tarea tan imposible como lograr unos minutos con Madonna. Algunos de estos chicos, que antes llevaban una vida normal, son unas celebridades, figuran en las portadas de revistas, colapsan los lugares que visitan, publican libros con grandes editoriales que se convierten en los más vendidos.

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Sobre este tema el periodista y gurú de las redes sociales Luis Carlos Díaz dijo: «Es un fenómeno que ensambla varias cosas. Primero, más gente puede producir contenidos, eso significa que potencialmente se pueden comunicar y tener una comunidad de seguidores pero no significa que todos lo están haciendo. Los talentosos resaltarán de alguna manera. La democratización del acceso a estas plataformas permite que haya más voces, más lenguaje, más narrativa. Segundo, el fenómeno está vinculado a algo clave: la autenticidad. Las redes conectan a personas con personas. Cuando tú ves a un youtuber encendiendo una cámara y hablándole, a lo sumo edita para hacer el lenguaje más rápido, estás viendo a la gente directamente a los ojos en términos virtuales. Se convierte en una relación donde el youtuber comparte contenido, sus vivencias, y a otra gente le empieza a interesar.  Son fenómenos imparables». Estas nuevas estrellas ganan más espacios, imponen sus propias reglas en el mercado del consumo y la cultura pop, se han convertido en los influencers más buscado por las marcas, aunque el mundo los satanice como en su momento ocurrió con The Beatles a nivel mundial o en el mercado latino con Menudo, Timbiriche o RBD.

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Aparte de los elementos de producción de contenidos y autenticidad, Díaz destacó el fenómeno fan, además que los niños y jóvenes pueden sentir a la televisión aburrida. «Cada generación se inventa algo que sus padres no entiendan. El fenómeno fan se repite una y otra vez, solo que en YouTube se potencia y llega a más gente. Por otra parte, los chicos están más tiempo en su casa y la televisión puede llegar a ser aburrida, los programas no están diseñados para ellos, deben esperar a determinada hora para ver algo.  Son cambios en el consumo cultural. En YouTube veo lo que quiero, cuántas veces quiero, a la hora que yo quiero».

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Toman la palabra

Sebastián Villalobos estuvo más de doce horas firmando libros en la más reciente Feria Internacional del Libro de Bogotá. El youtuber colombiano de 20 años y con más de 3 millones de seguidores, aún trata de entender el fenómeno: «Todos los días me hago la misma pregunta, no encuentro el porqué, lo único que hice fue crear un canal de Youtube y empezar a compartir mis ideas sobre la vida. La gente empezó a ver mis videos porque se sentía identificada».

Juan Pablo Jaramillo, quien nació en el año 1993 también cuenta con 3 millones de suscriptores en YouTube, se atrevió hablar de su homosexualidad en un país tan conservador como lo es Colombia y su libro La edad de la verdad fue el más vendido el año pasado. «La gente me sigue porque me ven como una persona alcanzable. Lo que hablo en mi libro y en mi canal es autenticidad pura. Quiero que la gente entienda que cada acto cotidiano puede ser importante y que cada uno puede aportar algo al mundo». Este concepto de autenticidad es compartido por Juana Martínez, una chica que empezó su canal de YouTube hace cuatro años y posee hasta la fecha más de un millón de seguidores: «No hay un intermediario, alguien que nos diga qué hacer. La gente puede confiar en nosotros. No estamos fingiendo».

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Las críticas sobre sus trabajos no es algo que los preocupe. Opinan que los adultos no los entienden y no han vistos sus videos. «En todo lo que hagas encontrarás opiniones buenas o malas. He leído malos comentarios sobre los youtubers, no entiendo si llevamos tantos años luchando por la igualdad y la libertad de expresión. No puedes criticar sin conocer nuestro trabajo, somos personas normales, simplemente un día decidimos prender una cámara y retratar nuestras vidas»,  afirmó Villalobos.  Por su parte, Sebastián Arango, otro veinteañero con más de un millón de suscriptores dijo: «La gente siempre generaliza.  No somos una comunidad mala ni hacemos un contenido negativo».

“La Divaza”: contra la escuela

Una tarde de sábado en la Plaza Sur de Altamira de Caracas se podía divisar una larga cola de  jóvenes, no esperaban la llegada de un producto regulado, querían conocer y tomarse una selfie con Pedro Figueira, conocido en las redes sociales como “La Divaza”. Tiene de 18 años y en estos momentos es el ídolo de los adolescentes y niños en Venezuela. Algunos lloraron, otros le pedían autógrafos y una madre le daba las gracias por hacer feliz a su hija. Figueira se sorprendía por el gesto de cariño de la gente, especialmente de los niños.

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Figueira estrenó su canal en YouTube hace tres años, actualmente posee más de 400.000 suscriptores, sus videos alcanzan más de un millón de visitas y se han convertido en trending topic en Twitter. También varias marcas lo han buscado para promocionar sus productos entre ellas Coca Cola Colombia. La popularidad del fenómeno de “La Divaza” llegó a su clímax el año pasado cuando presentó un  video confesando a sus padres que era gay. «Mis padres no sabían que yo era homosexual, quise hacer un video para decírselo, también era algo que me preguntaban mucho mis seguidores. No debería existir tabú sobre eso. Simplemente que la gente entienda que nosotros somos personas normales, iguales. Mucha gente se sintió muy identificada,  me escribían diciéndome que era muy valiente”, confiesa.

Admitió que cuando sus padres vieron el video fue difícil pero ahora tiene una comunicación más abierta con ellos. Tampoco para Figueira representó una tarea sencilla ser un youtuber cuando cursaba estudios de bachillerato en el Instituto Escuela de Maracay. «Las personas de otros salones, especialmente los de quinto, se metían conmigo porque cuando comencé casi no tenía visitas, me decían gafo y cosas así. En realidad no me importó nunca porque mis compañeros de clases me apoyaban y defendían.  Con los que sí tuve realmente  problemas fue con los profesores, varios no estaban de acuerdo con que hiciera videos, de hecho me llegaron a expulsar por tres días. Estos profesores decían que mis videos daban una mala reputación al colegio”.

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En la actualidad, “La Divaza” piensa continuar con su canal en Youtube, a pesar de las limitaciones de conexión a Internet que posee Venezuela; también espera retomar pronto sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y materializar varios proyectos entre ellos poder publicar un libro.

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